ESTA FAMILIA RELATA EL DRAMA QUE ESTÁN VIVIENDO CON LA "LOCURA TRANS" QUE HA ENGULLIDO A SU HIJO
«HA REESCRITO SU PROPIA HISTORIA E
INFANCIA», LAMENTA SU MADRE
Este martes se debatía en el
Congreso de los Diputados de España la Ley Trans propuesta por Unidas
Podemos pero que quedó frenada por sus conflictos internos con el
PSOE debido a la oposición de una parte del feminismo contra esta ofensiva
trans.
Sin embargo, en numerosos países, también en España, se multiplican de
manera preocupante los casos de menores de edad que quieren hacer esta
“transición”. Tanto que
hay países como Reino Unido que han decidido poner freno
así como médicos y hospitales de referencia que pararan los tratamientos en menores
ante las dañinas consecuencias que pueden tener en ellos.
Auspiciado por el mundo del
entretenimiento, de los medios de comunicación e incluso desde el ámbito de la
política, el movimiento trans en menores está provocando una
silenciosa lista de víctimas, que
poco a poco van levantando la voz. Se tratan de jóvenes que nunca oyeron un “no” y ahora se arrepienten de los tratamientos e
incluso operaciones, pero también de las familias de estos menores, que han
vivido un auténtico drama.
Una de estas familias cuenta su
testimonio en Mercatornet.
Al tratarse del caso de un hijo menor de edad se les ha mantenido en el
anonimato, pero lo que relata la madre muestra claramente el funcionamiento de
una ideología que arrasa todo a su paso.
EL DRAMA TRANS DE UNA
FAMILIA QUE SE CONSIDERA PROGRESISTA
Y precisamente esta familia no es
ni conservadora ni creyente. Es más, se considera
progresista, activista contra el cambio climático y luchadora en favor de los
derechos de los homosexuales, incluido el mal llamado matrimonio homosexual.
Hasta que se han encontrado con la transición de su hijo y
todo lo que la ha rodeado. Y esto les ha hecho ver todo de una manera bastante
diferente.
“Temo ser atacada y
demonizada, pero tengo que decir toda la verdad sobre las ‘transiciones’”, explica la madre al inicio de su artículo.
Todo comenzó cuando hace unos
años su hijo, un niño extrovertido y muy deportista comenzó a llegar del
colegio llorando y con algunas heridas.
Sufría
“bullying” aunque él rogaba a sus padres a que no dijeran nada
a la escuela para que las cosas no empeoraran.
LA PRESIÓN DEL ENTORNO
SOCIAL
Esta mala experiencia fue el
punto de inflexión. Su primera amiga, y el grupo de ésta, comenzó a
identificarse como de género no binario y fluido, y pronto se hicieron
populares. Pero él que se había aislado y encerrado en
sí mismo como vía de escape ante el bullying tomó nota.
Fue entonces cuando encontró un
nuevo grupo a los que convenció de que era trans y que era una chica encerrada
en el cuerpo de un chico. ¿Qué hicieron estas
amigas? Ser sus mayores animadoras animándole a seguir hasta el
final.
Y él que tenía un grave problema afectivo decidió huir hacia adelante.
Su madre confiesa que su hijo “se obsesionó” en “su intento de convencernos a nosotros, su familia, de
que realmente había sido una niña todo el tiempo”. Para ello -agrega su
madre- “ha reescrito su propia historia y la versión editada es muy diferente a la nuestra”.
“Aquellos días que
pasaba corriendo por la casa como Darth Vader, trepando árboles, haciendo
carreras de coches y camiones o esas horas en el campo de fútbol, se han
borrado de su memoria. En cambio, ahora dice que recuerda jugar a
disfrazarse y sentarse en su habitación soñando con ser una niña. Y ha
cambiado la edad a la que supo que era una niña en numerosas ocasiones; cada
vez dice que fue antes”, afirma
esta madre.
En su testimonio, la madre
asegura que en la familia se quedaron “estupefactos
por su nueva identidad”. Y se justifican afirmando que “si bien no somos de la cultura woke, no somos tampoco
ultraconservadores ni fóbicos de ninguna manera. Somos una familia que ha
asumido un papel activo contra el calentamiento global. Hemos apoyado a
nuestros amigos gays y lesbianas en su lucha por los derechos del matrimonio
gay. Siempre hemos enseñado a nuestros hijos a respetar a todos y a tratar a
todas las personas por igual”.
LA FAMILIA, SEÑALADA
POR NO PLEGARSE
Sin embargo, esta familia afirma
que lo que el modelo trans en un desafío a la ciencia. “Las preguntas
que planteamos se recibieron con insultos y nos avergonzaron por no respaldar
este cambio drástico. Le prometí que
haría mi parte para aprender más y poder apoyarlo y comprenderlo”, cuenta
la madre.
Pero lo que descubrió –añade- fue
“impactante”.
“Hemos pasado
muchos fines de semana durante los últimos años viajando en familia y apoyando
a nuestra estrella del fútbol. Nos hemos sentado en la grada de muchos
estadios, en todo tipo de clima, viéndolo jugar fútbol y pasar el rato con sus
amigos. Nunca vimos a un chico afeminado; vimos a un chico normal.
Jugar al fútbol era su pasión y nunca lo vimos más feliz que cuando chocaba los
cinco con sus compañeros después de marcar un gol. Los almuerzos, cenas y fines
de semana pasados con el equipo y los niños siendo niños fueron una gran
parte de nuestra vida familiar”, añade su
madre.
Ahora apenas sale de su sótano
para ir al instituto y a un pequeño trabajo a tiempo parcial. A día de hoy se identifica con otro nombre, realiza gestos que nunca ha utilizado,
incluida una voz aguda.
Además, la madre cuenta
angustiada: “nos ha dicho que después de la secundaria planea
mudarse lo más lejos posible de nosotros.
Su grupo clandestino de amigos le dijo que eso es lo mejor para él. Le han
dicho que si está lejos de su familia, puede hacer la transición y deshacerse
de una familia que ‘nunca lo aceptará’”.
LAS VÍCTIMAS
COLATERALES DE LA "LOCURA TRANSGÉNERO"
A su juicio, “escuchar eso es un cuchillo para el corazón de cualquier
madre. Como padres, solo hemos querido lo mejor para nuestros hijos. Lo
amamos y estamos aquí para él. Esto significa ayudarlo a resolver los problemas
que lo llevaron a este lugar, especialmente el acoso.
Lamentablemente, este tipo de ayuda no es lo que le interesa. Ni siquiera lo
comenta”.
Su hermana pequeña, antes
totalmente unida a él, echa de menos a su hermano, ausente y distante. “Ahora se resiste a estar cerca de él porque dice: ‘¡él está obsesionado
con tratar de convencerme de que yo también soy trans!’. Sólo habla de esto en lugar de las tonterías de las que
los hermanos suelen conversar y reír. Esto ha causado una gran tensión. Ella
está triste y temerosa por él y por su futura amistad. Las cenas familiares a
menudo pueden ser incómodas porque discuten mucho. Ella ve sus gestos como
falsos e insiste en que está haciendo todo esto para llamar la atención. Ella
siente que está creciendo y madurando y ahora él es emocionalmente más joven”, explica
la madre.
Esta mujer se lamenta que incluso
si su hijo recapacitara y volviera a identificarse con su sexo biológico la
familia nunca podrá recuperar estos años
“Si bien una gran
parte del mundo celebra la explosión de los géneros nos estremecemos ante los
peligros a los que están expuestos estos niños pequeños. Lo que
habíamos soñado durante tantos años nos lo roba una cultura que ninguno de
nosotros comprende, incluido él. Está siendo influenciado por aquellos que no
se preocupan por el mejor bien para él, que apenas lo conocen. Le están robando
a nuestro hijo los que deberían ser sus años más felices y despreocupados”, afirma.
La familia confiesa que
echa de manos la energía y la positividad que desprendía su hijo. “Es un caparazón de lo que alguna vez fue”, explican. Y por ello, con este escrito pretenden
hacer ver también que “una madre, un padre y
una hermana son el daño colateral de esta locura transgénero, de la decisión de
nuestro hijo de creer en una ideología no científica, de borrar su pasado y de
confiar en la benevolencia de los ‘amigos’ ocultos Internet”.
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