El «miedo a
equivocarse» nos acompaña desde que somos niños, no queremos cometer errores,
ni «meter la pata» como dicen por ahí. Esa sensación horrible que nos recorre
todo el cuerpo cuando nos contradicen es natural, todos la hemos sentido, ¿la
recuerdas?
Esta semana me encontré con
una charla TED fantástica y me pareció muy oportuna para hablar de este famoso «miedo a equivocarse». Piensa en este momento
cuáles han sido esos momentos en los que te has dado cuenta que cometías un
error, que estabas mal, que efectivamente estabas lejos de tener la razón. Y
ahora atención a esta historia:
EL MIEDO A EQUIVOCARSE NOS SORPRENDE A CUALQUIER
EDAD
«1986, tenía
nueve años. Mi papá solía llevarme a sus partidos de fútbol todos los sábados.
Me encantaba acompañarlo, siempre era el goleador del partido. Cuando las cosas
se ponían complicadas y el lenguaje obsceno era inevitable, hacía una pausa, y
me pedía que abandonara la cancha.
No era que le
desobedeciera, abandonaba la cancha de inmediato. Pero me quedaba escondida
entre los árboles. De lejos, con el estómago apretado contenía los gritos en
cada gol. Mi papá era el mejor jugador de fútbol del mundo. Nadie lo podría
negar.
¡Soy Diego
Armando Maradona, el mejor jugador de fútbol del mundo! Un niño corría pateando
la pelota seguido por todos sus compañeros. Sin pensarlo dos veces, a los nueve
años grité con todas mis fuerzas y un poco de indignación: ¡Pero qué tonto!
¡¡¡El mejor jugador del mundo es mi papá!!!
Escucho las
risas y burlas de esos niños tan claras como si hubiera sido ayer. Qué
sensación tan horrible cuando te das cuenta que no solo estás equivocada sino
que el mundo entero lo sabe y eres el hazmerreír.
Mundial de
Fútbol México 86. Aprendí que la realidad no era como la miraba».
¿POR QUÉ NECESITAMOS TENER LA RAZÓN?
Kathryn Schulz, escritora e
investigadora sobre el fenómeno del error, comenta que parte de esa obsesión
obedece a evitar esa sensación tan desagradable de «darse cuenta» que uno está
equivocado.
Una sensación que puede
marcarte de por vida y conducirte a esforzarte por lograr la excelencia y
evitar el error a cualquier precio. Esforzarnos por convertirnos en aquellos
que son los que siempre tienen la razón.
Te invito a que veas esta
charla TED de 15 minutos llamada «On being wrong» y analicemos algunos puntos.
EVITAR EQUIVOCARNOS ES IMPOSIBLE
Evitar el error, no solo es
imposible sino que además nos priva de una serie de aprendizajes muy ricos. En
primer lugar, aprendemos de nosotros mismos. Y en segundo lugar nos abrimos a
lo que el otro también tiene que decir.
Tener una duda razonable del
devenir de las cosas, nos abre a la posibilidad de descubrir y sorprendernos
con nuestras propias capacidades. Por supuesto con las capacidades de los demás
también.
SI SIEMPRE CREO TENER LA RAZÓN, NO VOY A PODER
ESCUCHAR IDEAS CONTRARIAS A LAS MÍAS
Me cierro a tanto y a tantos.
Tener una conciencia viva de poder estar equivocado, me da la posibilidad de
escuchar a los demás sin prejuicio.
A poder recibir ayuda, a poder
entregarme. Sobre todo me abre a escuchar a Dios, que me habla justo en mis
fragilidades. Que me perdona justo cuando «me doy
cuenta» que he fallado y me acerca a Él una y otra vez.
Si no nos diéramos cuenta de
nuestros propios errores, no existiría el arrepentimiento y sin el
arrepentimiento no podríamos pedir perdón. Sin pedir perdón, cómo podríamos
reconciliarnos con el otro, con nosotros mismos, con Dios.
¿CON QUÉ ACTITUD VAS A ENFRENTAR TUS ERRORES?
Recuérdalo, todos cometemos
errores, todos tenemos inseguridades, todos hemos tenido que bajar la cabeza y
aceptar que nos equivocamos. Innumerables veces el miedo a equivocarse se
presentará en nuestra vida, pero lo bueno es que ¡de todo podemos aprender!
Qué aburrida sería la vida si
fuéramos perfectos, mantente abierto a las opiniones de los demás. Sé humilde,
sé comprensivo y trata de cambiar ese «miedo a
equivocarse» por «miedo a no ser capaz de
escuchar al otro».
«Confiar demasiado en la sensación de encontrarse
en el lado seguro de cualquier cosa, puede ser muy peligroso» (Kathryn Schulz).
Escrito por Silvana Ramos
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