Aunque apoya que se tomen medidas para controlar su
adquisición
Una ley para el
control de armas no detendrá por sí sola los tiroteos masivos. Así lo asegura
Mons. Charles Chaput, arzobispo de Filadelfia, en un artículo escrita en
respuesta a los recientes tiroteos en Gilroy, California, El Paso, Texas, y
Dayton, Ohio.
(CNA/InfoCatólica) Mons. Chaput cree que debe haber un cambio social para transformar la actual «cultura de la
violencia».
El prelado dijo que si bien
apoya totalmente el uso de verificaciones de antecedentes y restricciones sobre
quién puede comprar armas de fuego, «solo un tonto
puede creer que el control de armas resolverá el problema de la violencia
masiva».
«Las personas
que usan las armas en estos incidentes repugnantes son seres morales con corazones retorcidos. Y la cultura de la
anarquía sexual, el exceso personal, el odio político, la deshonestidad
intelectual y las libertades pervertidas que hemos creado sistemáticamente durante el
último medio siglo hacen que todo se tuerza».
Chaput mencionó su experiencia
como arzobispo de Denver consolando a la comunidad después del tiroteo en la
escuela secundaria Columbine. En aquel entonces enterró a algunas de las
víctimas y se reunió con sus familias.
Durante su testimonio ante el
Senado de los Estados Unidos, poco después del tiroteo en Columbine, Chaput
habló de «una cultura que comercializa la violencia
en docenas de formas diferentes» que se ha convertido en «parte de nuestro
tejido social».
«Cuando
construimos nuestras campañas publicitarias sobre el egoísmo y la codicia de
los consumidores, y cuando el dinero se convierte en la medida universal de
valor, ¿cómo podemos sorprendernos de que nuestro sentido de comunidad se
erosione», preguntó en
ese momento. «Cuando glorificamos y multiplicamos las armas,
¿por qué nos sorprendemos cuando los niños las usan?»
Chaput también abordó el uso
de la pena de muerte y la legalidad del aborto como «ciertos
tipos de asesinatos que consagramos como derechos y que protegemos por ley», lo
que crea una «contradicción» social. Esta
contradicción ha reducido la visión de la vida humana, dijo.
En 1999, Chaput sugirió que
Estados Unidos adoptara un «compromiso implacable
de respetar la sacarlidad de cada vida humana, desde el útero hasta la muerte
natural», y que no creía que el tiroteo en la Escuela Secundaria
Columbine fuera el último tiroteo masivo.
«Al examinar
cómo y por qué nuestra cultura comercializa la violencia, les pido que no se detenga
con los síntomas», dijo. «Miren más allá».
Chaput repitió esta llamada en
su columna el lunes y dijo que «tratar los síntomas
en una cultura de violencia no funciona. Necesitamos mirar más profundo. Hasta
que estemos dispuestos a hacer eso, nada fundamental cambiará»
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