El Papa Francisco reveló cuál es el secreto de la
alegría de la Virgen María este 31 de mayo, fiesta de la visitación de María a
su prima Santa Isabel, durante la primera Misa de su histórico viaje apostólico
en Rumanía.
En la Celebración Eucarística realizada en la Catedral católica de San
José de Bucarest a donde llegó en papamóvil para saludar y bendecir a los
numerosos fieles que le esperaban en las calles, el Papa Francisco centró su
homilía en el pasaje bíblico de la visitación de María a su prima Isabel en el
cual la Virgen recita la oración del ‘Magnificat’.
Por ello, el Santo Padre señaló que María “entona
las maravillas que el Señor realizó en su humilde esclava con el gran canto de
esperanza para aquellos que ya no pueden cantar porque han perdido la voz”
y añadió que el Magnificat es un “canto de esperanza que también nos
quiere despertar e invitarnos a entonar hoy por medio de tres maravillosos
elementos que nacen de la contemplación de la primera discípula: María camina, María encuentra, María se
alegra”.
En este sentido, Francisco destacó que “María
camina, encuentra y se alegra porque llevó algo más grande que ella misma:
fue portadora de una bendición” por lo que el Papa los animó a anunciar el Evangelio con alegría y sin
miedo.
“Como ella, tampoco nosotros tengamos miedo a ser
los portadores de la bendición que Rumania necesita. Sean los promotores de una cultura del encuentro que desmienta la
indiferencia y la división y permita a esta tierra cantar con fuerza las
misericordias del Señor”, exhortó el Papa.
SECRETO DEL CRISTIANO
Durante su homilía, el Papa Francisco recordó también la importancia de
la alegría y explicó cuál es el secreto del cristiano y de la alegría de la
Virgen María.
“Este es el secreto del cristiano: Dios está en medio de nosotros como un
salvador poderoso. Esta certeza, como a María, nos permite cantar y
exultar de alegría. María se alegra porque es la portadora del Emmanuel, del
Dios con nosotros”, señaló el Papa quien remarcó que “sin alegría permanecemos paralizados, esclavos de
nuestras tristezas”.
De este modo, Francisco explicó que “a
menudo el problema de la fe no es tanto la falta de medios y de estructuras, de
cantidad, tampoco la presencia de quien no nos acepta”, sino que “el problema de
la fe es la falta de alegría. La fe vacila cuando se cae en la tristeza
y el desánimo”, afirmó.
“Cuando vivimos en la desconfianza, cerrados en
nosotros mismos, contradecimos la fe, porque, en vez de sentirnos hijos por los
que Dios ha hecho cosas grandes, empequeñecemos todo a la medida de nuestros
problemas y nos olvidamos que no somos huérfanos:
tenemos un Padre en medio de nosotros, salvador y poderoso. María viene
en ayuda nuestra, porque más que empequeñecer, magnífica, es decir,
‘engrandece’ al Señor, alaba su grandeza”, explicó.
SECRETO DE LA ALEGRÍA
DE MARÍA
En este sentido, el Papa Francisco reveló que “el
secreto de la alegría. María, pequeña y humilde, comienza desde la grandeza de Dios y, a pesar de sus problemas
-que no eran pocos- está con alegría, porque confía en el Señor en todo” y nos recuerda que “Dios puede realizar siempre maravillas si permanecemos
abiertos a él y a los hermanos”.
Una vez más, el Santo Padre recordó a los numerosos mártires cristianos
y animó a pensar en “los grandes testigos de estas
tierras: personas sencillas, que confiaron en Dios en medio de las
persecuciones” quienes “no pusieron la
confianza en el mundo, sino en el Señor, y así́ avanzaron”, alentó el
Papa.
Por ello, el Santo Padre agradeció “a estos
humildes vencedores, a estos santos de la puerta de al lado que nos marcan el
camino. Sus lágrimas no fueron estériles, fueron oración que subió́ al cielo y
regó la esperanza de este pueblo”, exclamó.
Al finalizar, el Papa Francisco invitó a promover “una cultura del encuentro que desmienta la indiferencia
y la división y permita a esta tierra cantar con fuerza las misericordias del Señor”.
Una cultura del encuentro que “nos impulsa a los cristianos a experimentar
el milagro de la maternidad de la Iglesia que busca, defiende y une a sus hijos.
En la Iglesia, cuando ritos diferentes se encuentran, cuando no se antepone la
propia pertenencia, el grupo o la etnia a la que se pertenece, sino el Pueblo
que unido sabe alabar a Dios, entonces acontecen grandes cosas”.
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI
Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario