Crecí en una familia católica light pues sólo teníamos la
etiqueta, más no practicábamos el catolicismo. No iba a misa los domingos y
mejor no sigo; pero sí recuerdo que mi mamá me enseñó rezar el Ángel de la Guarda
cuando era pequeña.
Siempre me
gustó leer, mi lectura favorita siempre fue la Biblia, cuando tenía 5 años en
adelante. Recuerdo mucho que tenía la pasta dorada con las hojitas delgadas,
mis libros favoritos era el Génesis y el Apocalipsis, nunca tuve un estudio
profundo de los pasajes. Solo dejaba volar mi imaginación. En la primaria el
pasaje que más me marcó fue cuando Jesús expulso demonios de un hombre poseído
a los chanchos, estos corrían y se aventaban al abismo; a raíz de esto nunca
comí chancho y espero nunca hacerlo.
Desde
pequeña me pasaron cosas muy inusuales ,siempre había temor a la oscuridad,
dormí con mi mamá hasta los 11 años por ese motivo, ya que habían situaciones y
momentos donde podía sentir una presencia; que me perturbaba, hacía que la piel
se me erice y hasta podía verlos (o eso creo), se manifestaban y simplemente no
podía estar tranquila. Bueno tuve una niñez se podría decir un tanto solitaria
y aprovechaba mucho de mis tiempos de lectura, siempre me sentí observada. En
mi pequeñez, yo sabía que Dios existía lo sabía dentro de mi corazón y sin
querer siempre lo mencionaba, crecí…
En la
primaria estudie dos años en un colegio católico, me enseñaron lo básico del
catecismo, muy poco la verdad y en la secundaria forme parte del coro de mi
colegio, el cual nos llevan al Arzobispado a cantar y recuerdo mucho que cada
vez que cantaba mi corazón sentía AMOR; es
algo inexplicable pero simplemente me gustaba estar en el coro. Mi Confirmación la hice el último año de la secundaria,
esperaba con muchas ganas el día de la catequesis; me gustaba participar y
aprender, yo estaba atenta a todo y así conocer de Dios y la Virgen María; era
como si siempre hubiéramos tenido un lazo que nos unía, mas nunca nadie me
ayudó a profundizar eso, siempre hubieron situaciones en mi vida que hacían que
me alejara por el contrario. Tuve una adolescencia muy corta, pues fui mamá muy
joven (a los 16) y aunque inmadura amé a mi bebe y siempre le pedí a Dios su
protección.
Desde
pequeña podía presentir ciertas cosas y ese tipo de cosas me llevó que a muy
temprana edad, me interesara por lo oculto y sucesos futuros. La curiosidad por
lo desconocido me llevó a profundizar en el mundo esotérico; comencé aprender lectura
de cartas y quiromancia; la verdad es que recuerdo que encontré un libro en
casa que hablaba de todo este tipo de cosas; era un libro muy antiguo; nunca
supe de quien era y a donde fue a parar. Comencé a comprar libros donde fui profundizando
más en estas cosas, a profundizar en los horóscopos y en todo lo que tenía que
ver con eso, igual dentro de mí había algo que me decía que no estaba bien lo
que estaba haciendo; pero aun así la curiosidad y mi carne me conducían siempre
a este tipo de cosas. De las mancías, pase a los baños ritualizados, cartas
astrales, reíki, meditación, mantras, alineación de chacras, regresión,
acupuntura, rituales de pago a la tierra y todo ese tipo de cosas que tiene la
Nueva Era. Profundice más y no me daba cuenta que cada vez caía más en la
oscuridad. Llegue gastar mucho dinero desde pagar S/.200 por una lectura de
cartas a pagar $600 sólo por una consulta con un Cosmobiólogo, tremenda
tontería!!! Ponía mi fe en el Padre de la mentira.
Pues bien
al margen de eso tuve también errores que ofendieron mucho a Dios que me
denigraron a mí misma como mujer y como persona, pero dentro de todo yo pensé
que estaba bien, pues nunca le hacía daño “NADIE”, ya
que todo el mundo lo hace, no me daba cuenta que provocaba heridas en mi alma
cada vez más profundas. Y por consiguiente dañaba a las personas que amaba con
ciertas actitudes y comportamientos propios de una persona enferma del alma.
El mundo
está tan de cabeza que ya todo parece normal pues que a pesar de eso yo sabía
que Dios estaba ahí, pero mi ceguera no me permitía ver más, y acabar con eso.
Finalmente las cosas que emprendía siempre me iba bien a pesar de todas mis
metida de pata siempre sentí que el Señor estaba mi lado, ahora es que me doy
cuenta, yo misma a veces me sorprendía de ciertas habilidades y capacidades,
para ser una persona que no ha tenido una educación profesional de una otra
manera agradezco que me haya dado estas gracias (que no supe utilizar).
Pero a
partir hace tres años atrás aproximadamente comencé a tener problemas, era como
si todo comenzaba a jugar en mi contra, cuando en realidad todo estaba
poniéndose en su sitio. Creo que el Señor se había cansado de esperar que
voltee y lo busque, me había dado tanto y yo tan indiferente con él. No me daba
cuenta solo vivía por vivir… me vanagloriaba de mis logros hasta que un
chasquido pase de ser una persona que tenía éxito en los negocios y ser
reconocida por sus habilidades, a entrar en un callejón sin salida. Simplemente
me perdí… me perdí de la manera más terrible. Me perdí a mi misma, había ido
matando lo que quedaba de Dios dentro de mí. Recuerdo que el último año y el
año antes que se diera mi conversión había hecho casi de todo lo que ofende a
Dios!!! Estaba con pase Vip al infierno con bloqueador incluido. Yo quería
encontrar paz y en esas prácticas encontraba una que no era real y recuerdo
como se aceleraba mi corazón, como si quisiera salirse de mi cuerpo. No me daba
cuenta a lo que me estaba entregando, en supuestas sesiones de liberación con
una bruja “blanca” (ahora sé que estas con
Dios o estas con el demonio), llegué invocar al Arcángel San Miguel… vaya que
le ofendí.
Esta
señora me dijo que necesitaba tener una medalla de San Benito, y aunque camine
por oscuridad rezaba todos los días el salmo 23 y el salmo 91 por recomendación
de ella, creo que finalmente Dios estaba intentando ya encontrarme de nuevo. Se
compadeció de mí porque estaba recontra perdida. Mandé a comprar las medallas
de San Benito y las tenía guardadas mi hijo mayor, quien por ironías de la vida
en ese momento estaba preparándose para la Confirmación, me decía que las cosas
que hacia estaban mal y sé que rezaba por mí. Aún recuerdo que podía escucharlo
muchas noches, me asomaba a escondidas y podía verlo de rodillas orando por más
de una hora entre lecturas y salmos; pidiendo por mí y su papá…siento que eso
debe haber sido agradable para los ojos de Nuestro Señor. Ya había buscado
información acerca de la medalla de San Benito, las compré en el mes de enero
2017 y recién pude llevarlas a bendecir el 25 de agosto, no fue fácil llegar al
grupo Sí Señor.
Busqué
información de la medalla en Lima y me salió la página del Hermano José, guarde
la información mucho tiempo en mi celular, sin embargo algo siempre pasaba.
Viernes tras viernes, algo sucedía: tenía trabajo, tenía problemas, había
tráfico, etc. Eran cosas descabelladas que pasaban los viernes, después de todo
salir no iba ser tan fácil.
Por
insistencia de mi hijo de poder bendecir las medallas, llego ese viernes.
Estaba por perder muchas cosas por esos días, ya que aunque nunca lo busqué, el
Señor me dio mucho…mucho aún sin merecerlo (cosas materiales). Ese día llegué a
casa 9 pm (cuando 8 pm comenzaba la oración), abrumada de tantos problemas ya
que estaba a punto de perder mis propiedades me senté y comencé a hablar con mi
esposo, nuestra relación estaba desgastada, además de tanta oscuridad que se
había metido en mí, a mi casa, a mi negocio (….)
Entra mi
hijo, me dice: otra vez es viernes y las medallas siguen sin bendecir mamá!!!,
le dije ahora no por favor… otra semana más mencionó. Al mirarlo algo tocó mi
corazón; tomé el celular y llame al Hermano José, no hubo respuesta. Al menos
lo intente hijo le dije… ya se habrán ido ya son las nueve. A los 10 minutos
suena mi celular y el Hermano José de frente me dijo: Acaso no sabes que estoy
ocupado… tú eres la que está PERDIDA!!!, me
dijo: Ven rápido. Ni si quiera pregunto mi
nombre ni me dejo hablar. Llegue con la dirección que está en el blog
acompañada de mis dos hijos. Al llegar me abrió un Señor que es miembro del
grupo al cual posteriormente conocí y me hizo pasar, me dijo: ¿tienes problemas en tu trabajo no?.. Si le
respondí… tu esposo debería estar aquí contigo menciono… la pelea será dura,
una vez que empiezas ya no puedes retroceder. Solo pude decir gracias.
Finalmente yo solo iba para bendecir las medallas.
Olvide
mencionar que cuando llegue estaban en el momento de liberación, el Hermano al
mirarme me dijo: Tú eres la pérdida. Yo sentía que la distancia de la puerta al
altar era larga e inclinada. Sentía confusión, mareos y hasta vergüenza por que
era la segunda vez que me decía PERDIDA. La
liberación se dio yo sentí que algo en mi salió (pero aun había mucho mas)… El
hermano me dijo: A donde te has ido, has estado recontra PERDIDA. Solo me quede en silencio.
Me sentí la
persona más ruin, era la única persona nueva y otra chica, que jamás volví a
ver. En esa Teofanía, San Miguel Arcángel se dirigió de una manera muy
imperativa, estaba muy molesto porque se le había ofendido, ya que menciono que
se le había invocado en cosas oscuras, sabía que se estaba dirigiendo a mí.
Hablaba de la ofensa a nuestro Padre Celestial, perdóname… perdóname…perdóname
decía por dentro, quería meterme debajo de la tierra.
Ese día
fue el antes y el después en mi vida .Comenzó mi CONVERSIÓN,
ese día entró en mí el Temor de Dios, desde ese día hasta el día de hoy sólo he
faltado dos veces al grupo por motivos extremos, pero esos dos días que falte
tuve la sensación como que quisieran arrastrarme nuevamente.
Agradezco
a Dios por haberme llevado el Grupo Si Señor, pues lo encontré a Él, lo único
que le pido todos los días es que no me suelte de su mano.
Después de
tres meses de haber participado como asistente para sanación en el grupo, me
invitaron a formar parte de él. Ni siquiera lo dude, sólo por instinto mi
corazón respondió: Si Señor!!!
Me he
demorado mucho en escribir ese testimonio, pues quería tener la certeza que el
Señor ya me había perdonado, descubrí que cuando Él encuentra un corazón
sincero te da su perdón, la que no se perdonaba era yo. Puedo decir que: Grande es su MISERICORDIA como lo es su AMOR.
Gracias
Padre por haberme llamado a servir y haberme hecho esclava de tu esclava; de la
Perfectísima Virgen María… aunque poco a poco estoy aprendiendo y debo de estar
volviendo loco al Espíritu Santo. Sólo sé que cada cosa que hago lo hago con
amor porque sierva inútil soy y sólo hago lo que tengo que hacer, porque tú así
lo has dispuesto. Solo te pido que me tengas paciencia porque el único temor
que tengo es de fallarte. Gracias Jesús por los sublimes momentos donde me
llevas a tu Sagrado Corazón… aunque indigna soy, la Paz y la Esperanza
regresaron a mí; me siento amada y protegida sintiéndome la Niña de tus ojos. ABBA PADRE…aquí tienes a tu oveja perdida!!
NB – Junio 2019
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