“Id
proclamando que el Reino de los Cielos está cerca”: a partir de esta
frase del Evangelio de Mateo, el Papa Francisco subrayó, durante la Misa
celebrada en la Casa Santa Marta este lunes 11 de junio, los tres pilares
fundamentales de la evangelización: el anuncio, el servicio y la gratuidad.
ANUNCIO
En su homilía, Francisco subrayó que el protagonista de la
evangelización, el que hace posible la transmisión de la Palabra, es el
Espíritu Santo: “Hemos visto planes pastorales muy
bien hechos, perfectos. Pero no eran instrumentos de evangelización porque eran
incapaces de cambiar los corazones”.
En este sentido, recordó que sólo la obra del Espíritu Santo “es capaz de cambiar los corazones”. El Papa
insistió: “El mandato de Jesús no tiene un carácter
‘empresarial’. Lo que manda hacer se sustenta en el Espíritu Santo. Ese es la
verdadera fuerza de la evangelización. No es una cabezonería humana, es el
Espíritu el que nos da la fuerza que nos lleva hacia adelante”.
SERVICIO
Sobre el servicio, el Santo Padre hizo hincapié en que “podemos anunciar cosas buenas, pero sin servicio no hay
anuncio. Puede parecer que sí, pero no, porque el Espíritu no solo te empuja a
proclamar la verdad del Señor y la vida del Señor, sino que te lleva también
ante los hermanos, ante las hermanas, para servirles”.
“El servicio –continuó
Francisco– se debe ver incluso en las cosas
pequeñas. Qué feo resulta encontrar evangelizadores que se hacen servir y que
viven para hacerse servir. Es feo”.
GRATUIDAD
“Gratis lo recibisteis; dadlo gratis”. Con esas palabras de Jesús, el Papa señaló que nadie puede redimirse
gracias a sus propios méritos. “Todos nosotros nos
hemos salvado por Jesucristo de forma gratuita, y por lo tanto debemos dar
gratuitamente lo que hemos recibido”.
“Los trabajadores pastorales de la evangelización
deben aprender esto: su vida debe ser gratuita, el servicio, el anuncio,
llevando el Espíritu. La propia pobreza empuja a abrirse al Espíritu”, concluyó.
Evangelio comentado por
el Papa Francisco:
Mateo 10:7-13
7 Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
8 Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.
9 No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas;
10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.
11 «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis.
12 Al entrar en la casa, saludadla.
13 Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros.
7 Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.
8 Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.
9 No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas;
10 ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.
11 «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis.
12 Al entrar en la casa, saludadla.
13 Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros.
Redacción ACI
Prensa
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