viernes, 1 de junio de 2018

ANNA FOA, INVESTIGADORA JUDÍA, CALIFICA DE «FAKE NEWS» LAS ACUSACIONES A LA IGLESIA POR LA INQUISICIÓN



Afirma que la apertura de los archivos secretos hace 20 años deshizo todo prejuicio

Lamentó que las pasiones y los prejuicios prevalezcan por encima del conocimiento en una especie de «fábrica mitológica», donde lo falso «grita más fuerte» que lo verdadero.
(Gaudium Press/InfoCatólica) La profesora de Historia Moderna en la Sapienza de Roma, Anna Foa, publicó un artículo en L'Osservatore Romano sobre las conclusiones del congreso celebrado en Roma al cumplirse 20 años de la apertura del archivo vaticano sobre la Santa Inquisición. La académica judía lamentó que el conocimiento y las investigaciones que desmienten las acusaciones y leyendas negras no hayan sido suficientes para cambiar la imagen que transmiten los medios de comunicación sobre la Inquisición y que podría ser calificada bajo la categoría de «Fake News» (Noticias falsas), discutida frecuentemente en la actualidad.
El papa Juan Pablo II abrió los archivos en la preparación del Tercer Milenio y en el conjunto de actos sobre el perdón. La historiadora judía Anna Foa, profesora de Historia Moderna en la Sapienza de Roma, recuerda que se esperaba que a raíz de conocerse todos esos documentos la Iglesia renegase de la Inquisición, «que parecía haber representado el brazo armado de la Iglesia contra la herejía, el libre pensamiento y la libertad de conciencia» y era, para los historiadores conformistas no menos que para los medios, «el enemigo por antonomasia del pensamiento moderno».
DECEPCIÓN DE LOS MEDIOS POR NO ENCONTRAR SENSACIONALISMO EN LA VERDAD
Para la experta, la apertura de los archivos permitió resolver cuestiones especializadas y académicas, pero los contenidos «difícilmente podrían contribuir al sensacionalismo deseado por los medios». La investigación de las últimas dos décadas ha conducido a una revisión extensa «que ha conducido, más que en la dirección de una petición de perdón, en el sentido de una revisión de la llamada leyenda negra de la Inquisición». Los datos han permitido cuestionar el número real de los condenados y el papel real de la Inquisición en hechos de persecución.
La distancia entre la certeza científica y la difusión popular se amplía con la multiplicación de la producción de contenidos a través de Internet. «Muy lejos de disminuir con el mayor acceso a la documentación, la imagen de la Inquisición como un reino de tortura y maldad ahora tiene vida propia, ha terminado por parecerse a las Fake News, de las que se habla tanto hoy en día», declaró Foa.
La historiadora lamentó que las pasiones y los prejuicios prevalezcan por encima del conocimiento en una especie de «fábrica mitológica», donde lo falso «grita más fuerte» que lo verdadero. «No hay ningún archivo–deberíamos saberlo, deberíamos haberlo aprendido de los acontecimientos del pasado siglo– que pueda prevalecer sobre eso, ningún documento que pueda desmentir un prejuicio consolidado ni poner en crisis un estereotipo».

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