VATICANO, 14 Sep. 17 / 04:22 am (ACI).- Después de casi dos meses,
el Papa Francisco celebró de nuevo la Misa matutina con algunos
fieles en la capilla de la casa Santa Marta, donde él mismo vive, y dedicó la
homilía a la Exaltación de la Cruz, fiesta que se
celebra en este día.
Advirtió de 2 tentaciones espirituales que se dan ante la Cruz de
Cristo: la de pensar en un Jesús sin cruz y hacer de él un “maestro espiritual” y la de una cruz sin Cristo,
es decir, no tener esperanza en una especie de “masoquismo”
espiritual.
Francisco señaló que la cruz es un “misterio
de amor”. “Solamente con la contemplación se va adelante en este misterio de
amor”, afirmó. “Jesús subió al cielo para llevarnos a
todos nosotros a subir al cielo” y “este es
el misterio de la cruz”.
Al comentar la lectura de San Pablo de la liturgia del día dijo: “Este es el descenso de Jesús, hasta lo más bajo, la
humillación; se vació de sí mismo por amor, y por eso Dios lo exaltó y lo ha
hecho subir. Solo si nosotros logramos entender este descenso hasta el final
podemos entender la salvación que nos ofrece este misterio de amor”.
El Papa recordó que los gálatas habían caído en “una
ilusión de un Cristo sin cruz o de una cruz sin Cristo”. “Estas son las dos
tentaciones” a las que se refirió el Papa.
“Un Cristo sin cruz que no es el Señor: es un
maestro, nada más. Es eso que, sin saberlo, quizás buscaba Nicodemo. Es una de
las tentaciones. Sí, Jesús que es buen maestro, pero… sin cruz, Jesús. ¿Quién
os ha ‘encantado’ con esta imagen?”. Esta es “la rabia” que muestra San Pablo. “Presentando a Jesucristo, pero no crucificado”, añadió.
La otra tentación “es la cruz sin Cristo, la
angustia de permanecer abajo, rebajados, con el peso del pecado, sin esperanza.
Es una especie de ‘masoquismo’ espiritual. Solo la cruz, pero sin esperanza,
sin Cristo”.
Y la cruz sin Cristo sería “un misterio de
tragedia”, como las paganas. “Pero la cruz
es un misterio de amor, la cruz es fiel, la cruz es noble. Hoy podemos tomar
cualquier minuto y que cada uno se haga una pregunta: el Cristo crucificado,
¿para mí es un misterio de amor?; ¿yo sigo a Jesús sin cruz, a un maestro
espiritual que llena de consuelo, de consejos buenos?; ¿sigo la cruz sin Jesús,
siempre lamentándome, con este ‘masoquismo’ del espíritu?; ¿me dejo llevar por
este abajamiento, vaciamiento total y enalzamiento del Señor?”. Después
de casi dos meses, el Papa Francisco celebró de nuevo la Misa matutina con
algunos fieles en la capilla de la casa Santa Marta, donde él mismo vive, y
dedicó la homilía a la Exaltación de la Cruz, fiesta que se celebra en este
día.
Advirtió de 2 tentaciones espirituales que se dan ante la Cruz de
Cristo: la de pensar en un Jesús sin cruz y hacer de él un “maestro espiritual” y la de una cruz sin Cristo,
es decir, no tener esperanza en una especie de “masoquismo”
espiritual.
Francisco señaló que la cruz es un “misterio
de amor”. “Solamente con la contemplación se va adelante en este misterio de
amor”, afirmó. “Jesús subió al cielo para
llevarnos a todos nosotros a subir al cielo” y “este
es el misterio de la cruz”.
Al comentar la lectura de San Pablo de la liturgia del día dijo: “Este es el descenso de Jesús, hasta lo más bajo, la
humillación; se vació de sí mismo por amor, y por eso Dios lo exaltó y lo ha
hecho subir. Solo si nosotros logramos entender este descenso hasta el final
podemos entender la salvación que nos ofrece este misterio de amor”.
El Papa recordó que los gálatas habían caído en “una
ilusión de un Cristo sin cruz o de una cruz sin Cristo”. “Estas son las dos
tentaciones” a las que se refirió el Papa.
“Un Cristo sin cruz que no es el Señor: es un
maestro, nada más. Es eso que, sin saberlo, quizás buscaba Nicodemo. Es una de
las tentaciones. Sí, Jesús que es buen maestro, pero… sin cruz, Jesús. ¿Quién
os ha ‘encantado’ con esta imagen?”. Esta es “la rabia” que muestra San Pablo. “Presentando a Jesucristo, pero no crucificado”, añadió.
La otra tentación “es la cruz sin Cristo, la
angustia de permanecer abajo, rebajados, con el peso del pecado, sin esperanza.
Es una especie de ‘masoquismo’ espiritual. Solo la cruz, pero sin esperanza,
sin Cristo”.
Y la cruz sin Cristo sería “un misterio de
tragedia”, como las paganas. “Pero la cruz
es un misterio de amor, la cruz es fiel, la cruz es noble. Hoy podemos tomar
cualquier minuto y que cada uno se haga una pregunta: el Cristo crucificado,
¿para mí es un misterio de amor?; ¿yo sigo a Jesús sin cruz, a un maestro
espiritual que llena de consuelo, de consejos buenos?; ¿sigo la cruz sin Jesús,
siempre lamentándome, con este ‘masoquismo’ del espíritu?; ¿me dejo llevar por
este abajamiento, vaciamiento total y alzamiento del Señor?”.
Por Álvaro de Juana
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