Las Diez (10)
Formas que Usa el Demonio para Alejarnos de la Oración: Hay algunos seres que
nunca se van de vacaciones, nunca toman una siesta, no pierden el tiempo, ni
tampoco se toman un día de descanso. Siempre están en busca de una oportunidad
para atacarnos, combatirnos, esclavizarnos y conquistarnos. ¿Quiénes son estos
seres? Si no lo has notado: son los demonios.
La
oración es una cúpula protectora contra ellos, y es por esta razón que uno de
sus ataques predilectos es para que dejes de orar, paso a paso a través de
diferentes tácticas de desaliento.
Por
eso hay que tener siempre presente no darle poder a los pensamientos malos que
nos llegan, eliminarlos inmediatamente, para que no lleguen a mellar nuestra
vida de oración.
NO
DARLE PODER A LOS PENSAMIENTO MALOS
Una evangélica de los pueblos
autóctonos de EE.UU. (indígenas) tuvo una experiencia cercana a la muerte
donde ángeles, con aspecto de
monjes, la protegieron de los demonios que la atacaban.
La
protección que le dieron los ángeles fue ponerle una cúpula de cristal
alrededor.
A raíz de esta experiencia ha
escrito un libro, donde habla de las tácticas del maligno, con reflexiones
que en su mayoría son compatibles
con lo que piensan los católicos. Con estos cuentos, adoptamos el
consejo de Pablo, quien dijo “tomar lo bueno y dejar el resto”.
Ella
comienza haciéndole pensar sobre cuántas maneras el diablo emplea para
engañarte. Él te dirige mal. Él te antagoniza. Él te planta pensamientos
insignificantes. Perturba tu paz. Te hace temeroso. Él te hace perezoso.
Inspira la gula. Le gusta que seas crítico. Interrumpe tu sueño.
No sólo lo hace obteniendo de
nosotros pensamientos negativos,
sino también nos lleva a dudar de nosotros mismos y del poder de Dios para
perdonar.
“Dado que muchas personas optan
por escuchar, el efecto dominó de las sombras en la vida de cada uno viene si
elegimos la oscuridad o no“, dice.
“Detenerse
en un pensamiento es darle energía”, ha
escrito. “Actuar sobre un pensamiento es darle vida”.
“Los nativos americanos llaman a satanás el embaucador, y es verdad
que él nos engaña haciéndonos pensar que sus pensamientos son los nuestros”, señala la autora que es en parte Lakota Sioux. “Las mofas,
chismes, y tentaciones del príncipe de las tinieblas están en todas partes”.
Y así son. ¿No?
Esto lo dice en un libro
cristiano no católico llamado The Ripple Effect (El Efecto
Dominó).
“Cuando
damos lugar a algo, algo dentro de nuestra naturaleza, se manifiesta
físicamente y espiritualmente”, afirma. “Dando
lugar a los pensamientos negativos repitiéndolos, y meditándolos, girando
alrededor de ellos, dándoles energía y por lo tanto el poder de transformarnos
a su imagen”.
EL
ATAQUE DE LOS DEMONIOS
La propia autora tuvo una
experiencia en la que varias criaturas demoníacas intentaron atacarla pero ella
dice que aparecieron ángeles
(parecían monjes) que impusieron un escudo – una especie de cúpula de cristal –
sobre ella, mientras los demonios trataban, frustrados, de subir y llegar a
ella en vano.
Cuando un
pensamiento negativo viene, ella aconseja que debemos
recordar el amor de Dios por nosotros.
“A menudo podemos reconocer algo mal adentro nuestro, ya que se
refleja de vuelta en las personas que nos rodean”.
Con
Cristo, dice, incluso los ataques del maligno pueden llegar a
beneficiarnos, refinando nuestra perspicacia espiritual cuando los manejamos en
la fe a través de Jesús.
“Vivimos en tiempos
difíciles. El mal parece estar
llegando a nuevas profundidades y tiene una mayor aceptación en la vida de
muchos. Pero la verdad también se está expandiendo en el mundo,
surgiendo con nueva luz y nuevas ideas y generando oportunidades y retos
apasionantes. Para muchos este es un tiempo espantoso en la medida que las
normas antiguas cambian y los nuevos valores se filtran. El tiempo se está acelerando”.
Sin duda, hemos notado la rapidez
con que el reloj avanza en estos días.
LA
ORACIÓN ES CENTRAL PARA MANTENER LA FE
Los
evangélicos lamentablemente no tienen una inclinación y necesidad tan fuerte
como los católicos para la oración. Para ellos la oración es algo desestructurado
que se realiza en forma diríamos casi zalamera, hablando grandilocuencias del
Dios para pedir inmediatamente un favor.
En cambio
los católicos tenemos (o deberíamos tener) una vida de oración estructurada a
través de diversos formatos de oración, especialmente el Rosario, que no se realizan solamente cuando tenemos expresa necesidad de pedir
algo.
Pero aun así, los católicos nos
debemos preguntar: ¿Oramos lo
suficiente? ¿Oramos por quienes pueden estar en las garras de la oscuridad?
Orar por una persona no sólo puede salvar un alma, sino también
neutraliza el poder de la negatividad.
Las
flechas de Satanás, los dardos de fuego, tienen problemas para penetrar en una
persona que está enviando ondas de oración.
Ondas de
paciencia. Ondas de amor. Esta es nuestra propia “cúpula protectora”: la
oración por todos los que están en tinieblas.
DIEZ
TÁCTICAS QUE USA EL ‘ENEMIGO’ PARA ALEJARNOS DE LA ORACIÓN
El diablo puede atacar en
cualquier momento y en cualquier lugar. Él es astuto, sagaz, inteligente y
despiadado. Sin embargo, hay
un área en la que es más propenso a atacarnos: nuestra vida de oración.
San Pedro
compara al diablo con un león rugiente que
busca la oportunidad para devorar a su presa.
San
Ignacio nos recuerda que el diablo nos ataca cuando nos encuentra en un estado
de desolación. Por la desolación nos
referimos a una cierta falta de fe, esperanza y amor, con la tristeza y el
desánimo que lleva a la depresión, la tibieza y el letargo.
Nuestra
visión sobrenatural se hace borrosa, oscura y sombría. Puedes sentir como si
estuvieras en una nube oscura o en un túnel largo y oscuro que parece como si
en realidad no hay salida. Este es el estado del alma cuando el diablo
apunta sus dardos de fuego y los lanza.
Veamos
10 maneras en que el tentador (santo Tomás), el león rugiente (san Pedro),
el perro enojado en la correa (san Agustín), el enemigo mortal de nuestra
salvación (san Ignacio), el mentiroso y asesino desde el principio (Jesús en
Jn. 8), el diablo, puede atacarnos en nuestra vida de oración.
1
– DILACIÓN, DEJARLO PARA OTRO MOMENTO
Posponer
la oración, dejarla para otro momento.
Él puede tentarnos con esto:
“En realidad no hay prisa para nada; sólo hay que quitar tu
oración por la mañana. Dios entiende; él conoce tus pensamientos y
sentimientos de todos modos. Dios no tiene ninguna prisa, ni tu deberías
tenerla”
2
– ORAR MENOS
Si el
diablo no puede ganar haciendo que pospongas la oración por la mañana, entonces
por lo menos que ores menos.
En lugar
de una Hora Santa, disminuirla a media hora; renunciar a la misa diaria.
Sólo tienes que ir a misa el domingo de todos
modos.
¿El Rosario? En lugar de
todo el Rosario, el diablo tratará de reducirlo gradualmente a una o dos décadas.
3
– DISTRACCIONES EN LA ORACIÓN
Otra táctica
del diablo es sacar tu mente fuera de lo que estás haciendo cuando rezas.
En lugar
de centrarte en Dios, que termines de centrar tu
atención sobre un tema irrelevante, como es la comida siguiente, quien está
jugando en un evento deportivo, lo que vas a hacer el fin de semana.
4
– LA CULPA POR ‘PERDER EL TIEMPO’
El diablo
es implacable en sus ataques a la persona que ha decidido entregarse a una vida
de oración seria.
La Palabra de Dios nos
recuerda: “Si usted decide
seguir al Señor prepárese para la batalla”.
El diablo puede tentar de esta
manera: estás malgastando tu
tiempo en la oración. Mucho mejor si salieras a ayudar a su prójimo. ¿Te
acuerdas de Jesús con Marta y María?
El diablo
empuja al activismo para convencernos que nuestro trabajo es mucho más
importante que la vida de oración y la conversación con el Señor.
Recuerda
que Jesús fue en defensa de María, que
sentada a los pies de Él y en silencio lo escuchaba como un verdadero modelo
para la contemplación.
5
– QUE SIGAS SIENDO LA MISMA PERSONA
Estás
orando más que antes, pero realmente no eres nada
mejor que antes, y muchas personas te han dicho esto.
Por lo tanto, es mejor renunciar a una vida de oración
seria y volver a un estilo normal, cómodo y fácil de vida como la mayoría de
tus amigos y familiares.
6
– SEMBRARTE DUDAS SOBRE LA EMOCIÓN QUE DEBES ESPERAR CUANDO ORAS
Él te
puede engañar con la creencia de que tus oraciones no van a ninguna parte, por
la sencilla razón de que realmente no sientes ninguna emoción y sentimientos
fuertes cuando oras.
Antes
tenías sentimientos y sensaciones como
por ejemplo en ese primer retiro carismático que hiciste, pero ahora las
emociones han bajado y la oración es menos emocionante, más tranquila y pacífica.
Cualquier
buen director espiritual o texto de teología de la oración señalarán que la oración no siempre depende de los sentimientos,
sino de la fidelidad a Dios.
7
– LA DUDA CUANDO DIOS ES SILENCIOSO Y NO RESPONDE
Si no me
contesta, entonces quizás Él simplemente no exista.
Puede
suceder que hayas orado por mucho tiempo por
alguna intención específica, tal vez hiciste novenas u ofreciste misas, pero
esta intención no ha sido contestada.
El diablo
puede convencerte de no orar, o que la oración es un
ejercicio inútil, una mera pérdida de tiempo.
Para
algunos, el diablo pinta a Dios como parecido a Papá Noel en el cielo o un genio listo para salir fuera de la lámpara si
frotamos lo suficiente. Cuando no responde es que viene la duda.
8
– DUDAS ANTE LA AUSENCIA DE DIOS EN LOS DESASTRES
Quizás
algún desastre te haya visitado: una pérdida económica, un revés
financiero, o una muerte prematura de un ser querido.
¿Cómo
puede un Dios bueno permitir que eso suceda? Un
buen Dios no podría permitir eso, si en verdad Él fuera tan bueno.
Nuestra salvación podría estar
explicada en el libro de Job:
“Desnudo
salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a la tierra; el Señor nos
da, el Señor nos quita, bendito sea el nombre del Señor”.
9
– TENTACIONES CONTRA LA PUREZA Y CASTIDAD
Ha
sucedido Incluso en la vida de los santos –
Santa Catalina de Siena, Santa Margarita María y San Antonio – de haber
sido atacados con frecuencia contra la virtud de la pureza.
El diablo
usa muchas y diversas formas de tentaciones para
disminuir nuestra vida de oración o incluso apagarla.
10
– DESESPERACIÓN
Quizás el ataque más mortal del
enemigo es convencernos de ceder a
la desesperación.
Esta fue
la caída de Judas Iscariote. Si él se
hubiera arrepentido, tal vez tendríamos a través de todo el mundo iglesias con
el título: “San Judas el penitente”.
Pedro se arrepintió, fue
perdonado y se convirtió en un gran santo.
Después
que caemos en el pecado el diablo nos acusa y condena y nos induce a la
fatalidad y la desesperación. El Espíritu Santo nos consuela y nos anima
con la confianza y la esperanza en la misericordia infinita de
Dios. ¡Jesús, Yo confío en Ti!
En
conclusión, debemos aferrarnos a la oración como si fuera un chaleco
salvavidas, el aire que nos mantiene vivos, el ancla para nuestra salvación.
Si
el diablo nos tienta a abandonar la oración o rezar menos, entonces debemos
seguir el consejo ignaciano de “agere contra”(actuar a la inversa) hacer
exactamente lo contrario; esforzarse por orar más y mejor; de esta manera,
vamos a ganar la batalla.
Publicado por Unción Católica y Profética
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