VATICANO, 10 Dic. 16 / 08:02 am (ACI).- El Papa Francisco advirtió a
los seminaristas que el gran obstáculo que deberán esquivar durante su
formación para el sacerdocio
es el narcisismo, pensar solo en uno mismo, “la
tentación más peligrosa”.
En un discurso escrito entregado en el Palacio Apostólico a la Comunidad
del Pontificio Seminario Regional de Puglia “Pío
XI”, el Papa describió el ministerio sacerdotal como una vocación que se
realiza a través de una triple pertenencia: “al Señor, a la Iglesia y al Reino”.
“Esa pertenencia –explicó
el Santo Padre–, naturalmente, no se improvisa, ni
nace después de la ordenación, sino antes”.
El Pontífice explicó que “la palabra
‘pertenencia’ implica el sentirse parte de un todo. Solo si nos sentimos parte
de Cristo, de la Iglesia y del Reino, caminaremos bien en los años del
Seminario”.
Francisco advirtió a los seminaristas que “no
todo comienza y termina conmigo. Puedo y debo mirar más allá de mí mismo, con
el fin de acogerme a la belleza y a la profundidad del misterio que me rodea,
de la vida que me supera, de la
fe en Dios que sostiene cada cosa y a cada persona, incluso a mí”.
“¿Cómo puedo acogerme a Cristo si solo pienso en mí
mismo?”, se preguntó el Papa. “¿Cómo puedo disfrutar de la belleza de la Iglesia, si mi
única preocupación es salvarme, protegerme y salir indemne de cada
circunstancia? ¿Cómo puedo entusiasmarme con la aventura de la construcción del
Reino de Dios si cada entusiasmo queda frenado por el miedo a perder alguna
cosa mía?”
En este tiempo litúrgico de Adviento,
dijo, “estamos invitados a vigilar el riesgo real
de ser narcisistas, porque sin esta vigilancia ningún camino vocacional es
realmente posible”.
Por lo tanto, hay prepararse para pertenecer “a
Cristo, a los hermanos con los que compartimos el ministerio y la fe, a todas
las personas que encontramos en la vida. ¡Y es en el seminario donde se empieza
a aprender a relacionarse bien!”.
“No se puede pretender caminar hacia el sacerdocio
sin haber tomado esta decisión en el corazón: quiero ser un hombre que se
relacione”.
El Obispo de Roma invitó a los presentes a no sentirse “diferentes de sus coetáneos. No traten de ser mejores
que otros jóvenes. Aprendan a estar con todos, no tengan miedo de ensuciarse
las manos”.
“Si mañana van a ser sacerdotes que vivan en medio
del pueblo santo de Dios, hoy deben comenzar a ser jóvenes que sepan estar con
todos, que sepan aprender de cada persona que se encuentran en el camino, con
humildad y con inteligencia”.
Sin embargo, precisó, esa relación con los demás debe fundamentarse en
el Señor. “Que la base de toda relación sea la
relación con Cristo”, señaló, e indicó que “el
lugar en el que crece la relación con Cristo es la oración, y el fruto más
maduro de la oración siempre es la caridad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario