REDACCIÓN CENTRAL, 11 Dic. 16 / 04:41 pm (ACI).- El 12 de
diciembre de cada año la Iglesia
Católica celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. En ese día en 1531,
la Virgen María se apareció a un indígena de 57 años llamado Juan Diego.
Juan Diego fue proclamado Santo por San Juan Pablo II en 2002.
En uno de sus encuentros, la Virgen María le encargó a San Juan Diego
que recogiera en su tilma –una tela muy sencilla– rosas de Castilla que habían
florecido a pesar del invierno para que se las presentara al Arzobispo de
México, Mons. Juan de Zumárraga, como prueba de las apariciones.
Cuando Juan Diego desplegó la tilma con las rosas ante el Prelado, sobre
ella estaba impresa la imagen de Nuestra Señora Guadalupe. En los siguientes
siete años, más de 9 millones de aztecas se convirtieron al cristianismo.
A continuación cuatro hechos realmente asombrosos
sobre la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe:
1. TIENE CUALIDADES QUE
SON IMPOSIBLES DE REPLICAR HUMANAMENTE
Hecha principalmente de fibras de cactus, una tilma era típicamente de
muy baja calidad y tenía una superficie áspera, haciéndola muy difícil de usar,
mucho menos pintar sobre ella una imagen que perdurase. Sin embargo, la imagen
aún se conserva intacta y los científicos que la han estudiado insisten en que
no se usó ninguna técnica previa para adecuar la superficie.
La superficie es muy suave, como la seda. La parte en donde no está la
imagen sigue siendo áspera y tosca.
Más todavía. Los expertos en fotografía infrarroja que estudiaron la
tilma a fines de la década de 1970 determinaron que no había trazos de pincel,
dando como resultado una imagen que fue plasmada toda al mismo tiempo.
Esto, junto con una calidad iridiscente de cambiar ligeramente de
colores dependiendo del ángulo en el que una persona la mira, y el hecho de que
se determinó que la coloración de la imagen no tiene elementos animales o
minerales (los colorantes sintéticos no existían en 1531), generan muchas más
preguntas aparentemente incontestables. Eso es asombroso.
2. LA GENTE DICE QUE
SOLO ES UNA PINTURA PERO LA CIENCIA HA DEMOSTRADO LO CONTRARIO
Una de las primeras cosas que dicen los escépticos sobre la imagen es
que de alguna forma tiene que ser una falsificación o un fraude, pero todas las
veces que se hizo un intento de replicar la imagen, la original nunca parece
decolorarse, mientras sus duplicados se han deteriorado en corto tiempo.
Miguel Cabrera, artista del siglo 18 que produjo tres de las copias
mejor conocidas (una para el arzobispo, una para el Papa y una para él para
futuras réplicas) una vez escribió sobre la dificultad de recrear la imagen
incluso sobre las mejores superficies. Eso es asombroso.
3. LA TILMA HA MOSTRADO
CARACTERÍSTICAS SORPRENDENTEMENTE PARECIDAS A LAS DE UN CUERPO HUMANO
En 1979, cuando el dr. Phillip Callahan, un biofísico de la Universidad
de Florida (Estados Unidos), estaba analizando la tilma usando tecnología
infrarroja, descubrió que el tejido mantiene una temperatura constante de entre
36.6 y 37 grados celsius, la temperatura regular de una persona viva.
Cuando el Dr. Carlos Fernández de Castillo, médico mexicano, examinó la
tilma, encontró una flor de cuatro pétalos sobre el vientre de María. Los aztecas
llamaban a la flor “Nahui Ollin” y era el
símbolo del sol y de la plenitud.
Después de más exámenes, el Dr. Fernández de Castillo concluyó que las
dimensiones del cuerpo de Nuestra Señora en la imagen eran los de una madre por
dar a luz pronto. El 12 de diciembre está muy cerca de Navidad.
Finalmente, una de las atribuciones más comunes y descubrimientos
reportados es el de los ojos de la Virgen en la imagen.
El Dr. José Alte Tonsmann, un oftalmólogo peruano, estudió los ojos de
la imagen de la Virgen con una magnificación de 2.500 veces y fue capaz de
identificar hasta 13 individuos en ambos ojos en diferentes proporciones, así
como el ojo humano reflejaría una imagen.
Parecía ser una captura del momento exacto en el que Juan Diego desplegó
la tilma ante el Arzobispo Zumárraga. Eso es sorprendente.
4. PARECE SER PRÁCTICAMENTE
INDESTRUCTIBLE
Dos eventos distintos han amenazado la tilma a través de los siglos. Uno
de ellos ocurrió en 1785 y el otro en 1921.
En 1785 un trabajador estaba limpiando el recubrimiento de vidrio cuando
accidentalmente derramó solvente de ácido nítrico sobre una gran porción de la
imagen. La imagen y el resto de la tilma, que debió haberse corroído casi
instantáneamente por el derrame, se auto-restauró con el paso de 30 días, y
permanece intacta hasta el día de hoy, con solo unas pequeñas manchas en
lugares en donde no está la imagen.
En 1921, un activista anticlerical escondió 29 varas de dinamita en un
jarrón de rosas y lo puso ante la imagen dentro de la Basílica de Guadalupe.
Cuando la bomba explotó, casi todo, desde el piso y el reclinatorio de
mármol voló. La destrucción alcanzó incluso a ventanas a 150 metros de
distancia.
Sin embargo la imagen y el vidrio a su alrededor permanecieron intactos.
El único daño que ocurrió cerca a la tilma fue en un pesado crucifijo de
bronce, que terminó doblado hacia atrás.
Por Church POP
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