VATICANO, 06 Dic. 16 / 11:31 am (ACI).- El Vaticano pidió a la
comunidad internacional, por medio del Subsecretario para las Relaciones con
los Estados, Mons. Antoine Camilleri, incrementar sus esfuerzos para proteger
los materiales nucleares y aumentar la protección de las instalaciones nucleares
ante posibles ataques terroristas.
Para ello, pidió que se sustituya
la “lógica del miedo” que lleva a la
proliferación de armamento nuclear, por una ética de responsabilidad.
En un discurso pronunciado en Viena (Austria) en la Conferencia
Internacional sobre Seguridad Nuclear, organizado por el Organismo
Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mons. Camilleri indicó que “entre los ámbitos en los que se requiere un mayor
esfuerzo para avanzar en la seguridad nuclear, mi delegación hace hincapié de
forma particular en dos”.
“En primer lugar, en la protección física de los
materiales nucleares, asegurándose de que el material nuclear, y otros
materiales radiactivos, estén contenidos de manera segura y sigan siendo parte
central en el trabajo en favor de la seguridad nuclear, ya que la falta de control del material nuclear podría
tener consecuencias catastróficas”.
En segundo lugar, “en contrarrestar las
amenazas internas y prevenir ataques cibernéticos contra instalaciones
sensibles. Se debe prestar mayor atención al fortalecimiento de la seguridad
informativa e informática, así como garantizar la confidencialidad de la
información relacionada con la seguridad nuclear”.
El Subsecretario para las Relaciones con los Estados recordó que “la promoción de la seguridad nuclear es de importancia
significativa para la Santa Sede”.
Esa seguridad nuclear implica la prevención, detección y respuesta ante
actos delictivos o acciones no autorizadas que afectan a materiales nucleares,
materiales radiactivos o a instalaciones o actividades relacionadas con la
actividad nuclear.
En su discurso, señaló que, por un lado, “la
seguridad nuclear promueve la paz y la seguridad al contribuir al
fortalecimiento del régimen de no
proliferación nuclear y al progreso necesario para avanzar en el desarme
nuclear”.
Por otro lado, “la seguridad nuclear
promueve el desarrollo social y científico mediante la aplicación pacífica de
la tecnología nuclear, que permite promover el desarrollo sostenible mejorando
la agricultura, la gestión del agua, la nutrición la salubridad de los
alimentos, el control de enfermedades infecciosas y aumentar los esfuerzos para
combatir el cáncer”.
Sin embargo, Mons. Camilleri hizo un llamado a no ser “conformistas”, ya que “la
promoción de la seguridad nuclear afronta importantes desafíos”.
En este sentido, indicó que los esfuerzos para prevenir la proliferación
de armamento nuclear y avanzar hacia un mundo libre de armas nucleares, son “limitados, insuficientes y a menudo están estancados”.
Por lo tanto, para responder adecuadamente a los desafíos que plantea la
seguridad nuclear, “la Santa Sede considera
fundamental que la comunidad internacional abrace una ética de responsabilidad,
para fomentar un clima de confianza y
fortalecer la seguridad cooperativa a través del diálogo multilateral”.
“La lógica del miedo y de la desconfianza,
personificada en la disuasión nuclear, debe reemplazarse por una nueva ética
global”, indicó.
“Las amenazas a la seguridad nuclear representan
serios desafíos técnicos y diplomáticos. Estas amenazas deben abordarse
haciendo frente a las dinámicas de seguridad, política, economía y cultura que
lleva a los actores estatales y no estatales a buscar seguridad, legitimidad y
poder en las armas nucleares”.
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