La Iglesia Católica fue un
objetivo de la Unión Soviética según informes de desertores.
Por un lado los soviéticos
vigilaron al papa Juan Pablo II, al Cardenal Ratzinger y otros funcionarios de
rango por considerarlos peligrosos para sus intereses.
Y a otros trataron de
influirlos de diversas formas.
Y por otro lado suscitaron o
apoyaron a la corriente de la Teología de la Liberación en América Latina.
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Lo hicieron subvirtiendo a sectores de izquierda dentro de la Iglesia y el clero, lo que provocó que los estadounidenses utilizaran a los evangélicos en una especie de batalla religiosa.
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Lo hicieron subvirtiendo a sectores de izquierda dentro de la Iglesia y el clero, lo que provocó que los estadounidenses utilizaran a los evangélicos en una especie de batalla religiosa.
EL ESPIONAJE RUSO CONTRA LOS
PAPAS
Los comunistas consideraban
peligrosos a Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger y los espiaban desde que eran
cardenales.
La
expansión soviética por Europa del Este estableció una lucha sorda se entre el
régimen soviético y los papas, en especial Juan Pablo II y su respaldo teológico
– y luego él también Papa -, Benedicto XVI.
Y finalmente
prevaleció Juan Pablo II, quien puede considerarse el principal
artífice, junto con el Presidente Reagan, de la caída del Muro de Berlín y la
disolución de la Unión Soviética.
Wojtyla
y Ratzinger fueron los principales referentes católicos de los últimos 50 años, y estuvieron
bien catalogados como enemigos por los comunistas, al punto de montar un
sistema de espionaje contra ellos cuando eran cardenales.
El espionaje sobre Karol
Wojtyla fue permanente, y entre 1973 y 1974 las autoridades polacas
consideraron arrestarlo con la acusación de sedición.
La
policía secreta lo acechaba en sus viajes en canoa e intentó comprometer a sus
colaboradores más cercanos, a menudo entorpeciendo sus operaciones.
Y la Stasi alemana vigilaba a
Joseph Ratzinger desde 1974 porque lo consideraba muy inteligente, en
crecimiento en la Iglesia y un fiero opositor del comunismo, incluso la Stasi
llegó a pensar que era un beligerante que apoyaba la disuasión nuclear.
La magnitud de sus esfuerzos de espionaje exigió millones de horas de trabajo y de
dólares.
EL ESPIONAJE A KAROL WOJTYLA
El Instituto Nacional de la
Memoria de Polonia ha publicado un libro en el que recopila los documentos que
detallan cómo la Policía secreta comunista mantenía bajo vigilancia al futuro
Juan Pablo II, y cómo buscaba materiales que permitieran chantajearle.
Tenían
razón en vigilarle, pues fue clave en la caída del bloque comunista en 1989.
Sin embargo, también otro libro de Andrea Riccardi
menciona como un miembro del Partido
fue pieza clave para el ascenso de Karol Wojtyla a la diócesis de Cracovia.
“Como
sacerdote, profesor y pastor, y después como Obispo y metropolitano de
Cracovia, Karol Wojtyla fue visto por el Gobierno como un peligroso enemigo
ideológico”, asegura el editor del libro, Marek Lasota en la
introducción de “Hacia la Verdad y la Libertad: La Policía Secreta Comunista
y Karol Wojtyla”.
“Esto se comprueba por el uso de una gama completa
de métodos operativos y técnicos contra él, desde pincharle el teléfono y espiarle la correspondencia, hasta la
observación directa a través de un red de agentes destinada a labores de
contra información”, continñua Lasota.
Las 687 páginas del volumen se
inauguran con un documento policial de mayo de 1946, cuando el futuro pontífice
era aún seminarista, y en el que se investigan posibles conexiones con un grupo
patriótico de estudiantes en Cracovia.
El
último de los documentos recogidos en el libro es un criptograma destinado al
Ministerio del Interior en Varsovia, fechado el 24 de mayo de 1978, en el que
se cita una petición del entonces cardenal Wojtyla en la que pedía permiso para
realizar una procesión con motivo de la festividad del Corpus Christi desde la
catedral de Wawel y se exponen las razones del rechazo oficial.
La colección de documentos
muestra cómo la vigilancia y el acoso se incrementó notablemente después de que
el padre Wojtyla fuera nombrado obispo en 1958.
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En esta circunstancia que aumentó las peticiones de la Policía comunista secreta de más información y, sobre todo, más precisa, sobre su vida y el trabajo que desempeñaba, según recoge la Catholic News Agency.
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En esta circunstancia que aumentó las peticiones de la Policía comunista secreta de más información y, sobre todo, más precisa, sobre su vida y el trabajo que desempeñaba, según recoge la Catholic News Agency.
Entre las docenas de cuestiones que eran
trasladadas a los informantes, la Policía
secreta preguntaba por las ropas del obispo, cómo se afeitaba, así como sobre
la radio que escuchaba, su máquina de escribir y quién le ayudaba a mantener
estos aparatos.
Se
cree que alrededor del 10 por ciento del clero católico entonces habría ejercido
labores de información en la Polonia comunista, aunque los ratios más altos de reclutamiento se
dieron en algunas diócesis en los años 80.
En
abril de 2005,
poco después de la muerte del Papa, la misma institución que ha elaborado este
libro acusó al padre dominico polaco Konrad Hejmo de haber espiado al Pontífice
durante dos décadas en Roma.
SU NOMBRAMIENTO PARA LA
DIÓCESIS DE CRACOVIA
En “La Biografía” de Andrea Riccardi, fundador de
San Egidio, respecto a las revelaciones y hechos inéditos sobre la vida
del Papa polaco, se menciona que un
dirigente comunista estuvo en el origen de la carrera que llevó a Wojtyla ser
elegido Papa.
Muy interesante es el fragmento sobre Stefan Wyszynski, primado de la Iglesia en
Polonia.
Su deber, en base a los poderes especiales
concedidos por Pío XII -y después confirmados por sus sucesores- de elegir
candidatos al episcopado.
Se cuenta que cuando en los
´60, el primado tenía que negociar los nombres de los ordinarios diocesanos con
el poder político polaco, surge de los ambientes intelectuales de Cracovia el
nombre del vicario capitular Wojtyla, pero este no estaba entre los preferidos
de Wyszynski.
De cualquier modo, introdujo el nombre de Karol en
la lista aunque al final, en último lugar. En 1963 el Comité central del PC rechaza la selección de candidatos,
incluido Wojtyla considerado “un adversario teológico muy peligroso”.
La pregunta es obligada: después de todas estas opiniones negativas ¿cómo se llega al ascenso de
Wojtyla? Parece, según la reconstrucción de Tad Szulc, que el diputado
católico Stanislaw Stomma se dirigió a Zenon Kliszko que se ocupaba en el
Politburo de cuestiones espirituales e ideológicas.
Fue Stomma el que le sugirió
el nombre de Wojtyla como guía de la arquidiócesis de Cracovia.
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El 19 de diciembre de 1963, al final el premier Cyrankiewicz comunica al primado que el gobierno no se opondría al nombramiento de Wojtyla.
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El 19 de diciembre de 1963, al final el premier Cyrankiewicz comunica al primado que el gobierno no se opondría al nombramiento de Wojtyla.
“Probablemente – explica Riccardi – la idea
de Kliszko es la de usar la
personalidad particular de Wojtyla como alternativa a Wyszynski.
Así un dirigente comunista como Kliszko estuvo,
después del arzobispo que lo quiso como auxiliar, en el origen de la carrera
que permitió a Wojtyla ser elegido Papa”.
“No es
verdad – aclara también
Riccardi – que Wojtyla fuese impuesto a Wyszynski, pero sí que
este no era su candidato preferido como arzobispo de Cracovia”.
Dos
hombres muy distintos, entre los que, sin embargo había afecto.
Sobre todo, ambos “creen en la necesidad de un compromiso social fuerte y no son adeptos al
capitalismo, pero en ambos no hay signos de estima o interés por el marxismo.
En la base de sus convicciones está la idea de que el cristianismo es una
fuerza de liberación para la sociedad y para el hombre”.
LA VIGILANCIA DE LA STASI A
JOSEPH RATZINGER
En
1974,
un Trabant -un coche viejo de Alemania del Este- traqueteaba a través de los
campos de Turingia, una provincia de la comunista República Democrática de
Alemania.
En el sitio del copiloto se sentaba el profesor Joseph Ratzinger y al volante estaba
el padre Joachim Wanke, entonces
asistente del seminario local, el único en la RDA.
Los dos sacerdotes, escribe Rainer Erice, un
periodista de la radio alemana Mitteldeutsche Rundfunk Thüringen (MDR), se encontraban realizando una excursión a
las históricas ciudades de Jena y Weimar.
Era un momento de relajación durante la breve
visita del padre Ratzinger a Alemania del Este, cuyo propósito era dar una serie de ponencias a los estudiantes
y teólogos de Erfurt, capital de Turingia.
Lo que le dio importancia a
esta visita, sin embargo, es que marcó el comienzo de la vigilancia a la que
sometió la “Stasi”, o policía secreta de Alemania del Este, al padre Ratzinger.
Que
el profesor Ratzinger fue espiado por los informantes de la Stasi ya se sabía. En 2005, se
supo que los agentes de Alemania del Este habían tenido archivos sobre el
recientemente elegido Papa.
Pero
ahora archivos descubiertos por el MDR, añaden más luz sobre cómo
consideraba la policía secreta al futuro Pontífice y quién se encargaba de
informar sobre él.
Los documentos revelan que en
1974, la Stasi era muy consciente de que el padre Ratzinger tenía futuro en la
Iglesia, pero no tenían espías adecuados para seguirle.
Todo lo que sabían en ese momento (de un informante
no oficial llamado Birke, empleado del obispo de Meissen) era que el profesor Ratzinger había realizado
ponencias sobre teología moderna a estudiantes y académicos durante su visita.
ESFUERZOS RENOVADOS
A
medida que el papel del profesor crecía en la Iglesia, la policía de
Alemania del Este comenzó a interesarse más por sus actividades e intensificó
los esfuerzos, de acuerdo con el informe de Erice.
En la época en que monseñor
Joseph Ratzinger, arzobispo de Munich visitó Berlín, en 1978, para encontrarse
con el cardenal Alfred Bengsch, presidente de la Conferencia Episcopal, la
sección de exteriores de la seguridad de Alemania del Este ya había asumido la
tarea de espiarle y había asignado a numerosos informante no oficiales en ambas
Alemanias.
El servicio secreto de la RDA
consideraba al profesor Ratzinger como “conservador, reaccionario y
autoritario”, escribe Erice y que Juan Pablo II había señalado al entonces
cardenal Ratzinger para que fuese el organizador de “la contrarrevolución en
Polonia”.
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Más notas de la Stasi revelan que lo consideraban “uno de los más fieros opositores al comunismo”; creían que apoyaba la disuasión nuclear entre los bloques militares del Este y del Oeste y que consideraba el pacifismo “poco realista”.
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Más notas de la Stasi revelan que lo consideraban “uno de los más fieros opositores al comunismo”; creían que apoyaba la disuasión nuclear entre los bloques militares del Este y del Oeste y que consideraba el pacifismo “poco realista”.
Pero Erice añade que, a pesar de “los cientos de
páginas” de información sobre Joseph Ratzinger, había “poca información significativa”,
y los informes individuales de espionaje extranjero fueron casi “destruidos
en su totalidad”.
Los
documentos descubiertos están relacionados sólo con “la información
básica sobre el autor y el motivo por el que fue recogida tal información”.
Sin embargo los documentos revelan detalles
interesantes sobre los agentes de la Stasi encargados de informar sobre Joseph
Ratzinger.
Erice
escribe que “al menos había una docena de empleados no oficiales”
encargados de esta tarea.
En
este grupo se incluye a dos profesores universitarios de Alemania del Este
considerados por la Stasi como “de confianza”: el agente
“Aurora”, un profesor de ateísmo científico en Jena y Warnemünde, mientras que
el agente “Lorac” trabajaba de incógnito como profesor de teología en Leipzig.
El
agente “Georg” estaba en el comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal de
Berlín
y estaba, aparentemente, muy informado de los asuntos internos de la Iglesia.
En Alemania del Oeste, la red
de la Stasi incluía a un monje benedictino en Trier conocido con el nombre en
clave de “Lichtblick” (rayo de esperanza). Lichtblick espió para la Stasi
durante décadas y según Erice, “dio informes extensos y fiables sobre los
sucesos en el Vaticano”.
Otro agente no oficial conocido como “Antonius” era
un periodista de la agencia católica
alemana de noticias, KNA, que dio muchísima información sobre el Papa,
el cardenal Ratzinger y el Vaticano.
Otro periodista fue contratado en Munich bajo el
alias “Chamois”, mientras que un espía especialmente importante fue un político perteneciente al partido
Christian Social Union y un antiguo confidente de Franz Josef Straus,
que fue líder de dicho partido. El agente era conocido con los nombres en clave
de “Lion” y “Trustworthy”.
Esta red de información
también traspasaba las fronteras de Alemania. En Italia, la Stasi empleó al
agente “Bernd” que proveía de información sobre la política de exteriores de la
Santa Sede.
TÍMIDO PERO ENCANTADOR
Con todos estos informadores colocados, Erice
escribe que la Stasi estaba bien
organizada cuando Joseph Ratzinger viajó a Dresde en 1987 para encontrarse con
un grupo de católicos.
“La
Stasi realizó un gran esfuerzo en la vigilancia del encuentro”, dice Erice,
esforzándose para que la vigilancia pasase desapercibida sobre todo en el paso
de la frontera.
“Las fuerzas de seguridad
recibieron instrucciones para darle un trato preferente y educado cuando
cruzase la frontera”, dicen los informes y que molestias como los registros de equipaje
usualmente aplicados a los visitantes occidentales “tenían que omitirse”.
Pero a pesar de sus grandes esfuerzos, Erice dice
que la Stasi cometió algunos errores
básicos. Escribió mal la ciudad natal del Papa, Merkl en vez de Marktl.
Y, a pesar de que lo querían
retratar negativamente, no pudieron evitar hacer alguna observación positiva.
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Además de alabar su gran inteligencia, destacaron: “Aunque puede parecer tímido al principio en una conversación, tiene un encanto que te gana”.
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Además de alabar su gran inteligencia, destacaron: “Aunque puede parecer tímido al principio en una conversación, tiene un encanto que te gana”.
LA RELIGIÓN EN LATINO AMÉRICA
FUE UN CAMPO DE BATALLA QUE USÓ LA UNIÓN SOVIÉTICA
Un desertor de alto rango
soviético revela que la Teología de la Liberación en Latinoamérica fue una
intervención de la KGB.
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Y haciendo un comentario sobre esta tesis, el periodista norteamericano John Allen complementa que la CIA y el Pentágono probablemente auspiciaron el crecimiento de los Evangélicos y Pentecostales como respuesta en Latinoamérica.
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Y haciendo un comentario sobre esta tesis, el periodista norteamericano John Allen complementa que la CIA y el Pentágono probablemente auspiciaron el crecimiento de los Evangélicos y Pentecostales como respuesta en Latinoamérica.
Ion Mihai Pacepa, el que
denuncia la intervención de la KGB, fue un general de tres estrellas de la policía secreta de la Rumanía comunista
que desertó a los Estados Unidos en 1978.
Esto hace que posea un tesoro de información privilegiada sobre las operaciones de la KGB
y las estrategias de inteligencia en el antiguo imperio soviético.
Está considerado como uno de los más altos desertores de clasificación de todos los tiempos
del bloque soviético.
EMPECEMOS POR LA TEOLOGÍA
DE LA LIBERACIÓN
La
Teología de la Liberación es un movimiento progresista que se desarrolló en
América Latina en la década de 1950 y 60 tratando de involucrar a la Iglesia
Católica en los esfuerzos para el cambio social, con su idea central de la
“opción preferencial por los pobres”.
Muchos teólogos e
historiadores de la Iglesia consideran que el más importante, y sin duda el más
divisivo, movimiento en el catolicismo latinoamericano de la segunda mitad del
siglo XX.
Cuando los debates sobre la Teología de la
Liberación estaban en su apogeo en la década de 1980, los partidarios lo
elogiaban como una recuperación de la
dimensión social de la noción cristiana tradicional de “liberación”, mientras
que los críticos los desestimaron que era una promoción de la lucha de clases
marxista rociado con una barniz cristiano.
La
Teología de la Liberación, surgió en un momento de profunda tensión en América
Latina
alimentada por la pobreza y la exclusión social, el surgimiento de regímenes
militares y la policía, y los abusos generalizados contra los derechos humanos.
Y sobre todo en medio de la Guerra Fría y la
política de la URSS de exportar la revolución, especialmente al patio trasero
de EE.UU.
Llegó
también poco después del Concilio Vaticano II, 1962 hasta 1965, que llamó al catolicismo a un
compromiso más profundo con “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las
angustias de los hombres de nuestro tiempo.”
Los admiradores de la teología de la liberación a
menudo dicen que fue simplemente la traducción
latinoamericana del Vaticano II.
Pero según Pacepa, la Teología
de la Liberación fue la tercera etapa de un plan soviético para desestabilizar
a EE.UU. en varias etapas.
PRIMERA ETAPA DEL PLAN
SOVIÉTICO: CAMPAÑA DE DESCRÉDITO
Pacepa
revela una campaña encubierta para desacreditar figuras dentro de las
iglesias y tratar de influir en la iglesia con una versión marxista-friendly
del cristianismo.
La estrategia de los
comunistas contra la iglesia tenía tres pilares:
– una ofensiva propagandística,
– la implantación de agentes de influencia
– y la promoción de la Teología de la Liberación con un giro anti-occidental.
– una ofensiva propagandística,
– la implantación de agentes de influencia
– y la promoción de la Teología de la Liberación con un giro anti-occidental.
Pacepa también revela que un objetivo principal de
la Unión Soviética fueron las “medidas
activas” contra el Papa Pío XII.
“Los soviéticos comprendieron que Pío XII era una amenaza mortal a su ideología,
porque menospreciaba el comunismo tanto como lo hizo con el nazismo.
De este modo, se embarcaron en una cruzada para
destruir al Papa y su reputación, escandalizando a su rebaño, y fomentando la
división entre las religiones”, dice pacepa en su libro Desinformación.
El quee fue escrito en sociedad con Ronald Rychlak, Profesor de Derecho de la
Universidad de Mississippi. También se han lanzado un documental,
titulado Desinformación:
La estrategia secreta para destruir a Occidente.
La afirmación de que el Papa
Pío XII fue “El Papa de Hitler” se origina en una emisión de 1945 de
Radio Moscú o, en otras palabras, del aparato de propaganda soviética.
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Más tarde, los soviéticos reaccionaron a su muerte en 1958, con una nueva campaña de desinformación. Es mucho más fácil mentir acerca de alguien cuando no puede responder.
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Más tarde, los soviéticos reaccionaron a su muerte en 1958, con una nueva campaña de desinformación. Es mucho más fácil mentir acerca de alguien cuando no puede responder.
Pacepa,
que estaba sirviendo en la inteligencia rumana en ese momento, dice que el primer ministro
soviético Khrushchev aprobó el plan de
la KGB en febrero de 1960.
El
nombre clave fue “Seat-12” y Pacepa dice que él era el representante de
Rumania para ello. Y aquí detalla
públicamente su participación.
La
revelación de esta operación contra el Papa Pío XII no sólo es
importante para el análisis histórico. Enseña además una lección sobre la
eficacia de las operaciones de influencia.
“Se nos dice que los expertos de desinformación nos
pueden convencer de cualquier cosa.
Tomaron una persona ampliamente considerada como un
defensor de los Judios y otras víctimas, alguien que fue despreciado por Adolf
Hitler y convencieron al mundo de que
era un virtual colaborador”, dijo Rychlak.
SEGUNDA ETAPA: LA CAMPAÑA DE
INFLUENCIA DENTRO DE LAS IGLESIAS CRISTIANAS
La
segunda etapa de la estrategia de lucha contra las Iglesias de la KGB era
influir a quienes no podían destruir, usando las iglesias del bloque del Este, en
particular la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El desertor de la KGB Vasili
Mitrokhin proporcionó una directiva secreta en 1961 para infiltrarse en la
Iglesia Ortodoxa Rusa.
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El objetivo era implantar agentes de influencia, que luego podrían quitar de la iglesia a los “reaccionarios” y “sectarios” que eran vistos como una amenaza para el comunismo.
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El objetivo era implantar agentes de influencia, que luego podrían quitar de la iglesia a los “reaccionarios” y “sectarios” que eran vistos como una amenaza para el comunismo.
Mitrokhin reveló una reunión secreta de altos oficiales de inteligencia del Bloque
Oriental en Budapest en julio de 1967. Dos oficiales de la KGB
dieron instrucciones sobre
“el trabajo contra el Vaticano, las medidas para
desacreditar al Vaticano y sus partidarios, y las medidas para exacerbar las diferencias dentro del Vaticano y entre el
Vaticano y los países capitalistas“.
Pacepa ilustra el
éxito de esta operación con múltiples ejemplos. Por ejemplo, en enero de 2007, el recién nombrado
arzobispo de Varsovia tuvo que renunciar en medio de revelaciones de que había
sido un colaborador del servicio secreto polaco durante la Guerra Fría.
Dentro de esto se inscribe la
acción de los servicios secretos comunistas de Yugoeslavia que plantaron
información contra las apariciones de Medjugorje entre los fieles y sacerdotes
católicos, ver aquí.
Rychlak, quien co escribió en libro Desinformación
con Pacepa, dijo que también fueron
dirigidos esfuerzos soviéticos para influir en los protestantes.
En
1944,
los soviéticos establecieron el Consejo de la Unión de Bautistas Cristianos
Evangélicos, ahora llamado la Unión de Bautistas Cristianos Evangélicos de
Rusia.
El presidente del Instituto de Religión y Democracia, Mark
Tooley, ha escrito sobre el
uso comunista del Consejo Mundial de
Iglesias. Él
señala que cientos de iglesias protestantes y ortodoxas pertenecían al mismo,
remolcaba la línea soviética e incluso fue tan lejos como financiar a las
guerrillas marxistas.
TERCERA ETAPA: EL
DESARROLLO DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
La tercera etapa fue la
promoción de una marca anti-capitalista y anti-occidental del cristianismo.
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Si la KGB no podía eliminar el cristianismo, razonó que bien podría manipularlo. Nació la Teología de la Liberación.
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Si la KGB no podía eliminar el cristianismo, razonó que bien podría manipularlo. Nació la Teología de la Liberación.
Pacepa recuerda oír
a Khrushchev diciendo en 1959: “La
religión es el opio del pueblo, así que vamos a darles opio.”
También afirma que la KGB
“maniobró” prelados católicos de izquierda en la celebración de la Conferencia del
Episcopado de latinoamérica de 1968 en Medellín, Colombia.
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Allí los obispos pidieron un compromiso con los pobres y aprobaron un elemento clave de la construcción de la Teología de la Liberación, las “comunidades de base”, es decir pequeños grupos de personas que se reúnen para orar, estudiar la fe, y para aplicarlo a situaciones sociales.
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Allí los obispos pidieron un compromiso con los pobres y aprobaron un elemento clave de la construcción de la Teología de la Liberación, las “comunidades de base”, es decir pequeños grupos de personas que se reúnen para orar, estudiar la fe, y para aplicarlo a situaciones sociales.
En los años siguientes,
cientos de sacerdotes, monjas y laicos utilizaron sus posiciones de influencia
sobre la gente común para instruirlos en una nueva lectura, revolucionaria, del
Evangelio.
Cuando
los sandinistas marxistas llegaron al poder en Nicaragua, sacerdotes de
la Teología de la Liberación trabajaron estrechamente con el gobierno, pese a
las objeciones del Papa Juan Pablo II.
En 1984,
el Papa Juan Pablo II pidió a la
Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezada por el cardenal Ratzinger, luego Papa Benedicto XVI,
que preparara un análisis de la Teología de la Liberación.
Ese estudio expuso que la teología de la liberación tenía elementos de la “lucha de clases”
y del “marxismo violento”.
Pacepa
afirma llanamente que la Teología de la Liberación es un invento de la KGB.
Él dice que tiene conocimiento de primera mano de
agentes secretos rumanos enviados a América Latina para extender la religión
entre las masas.
Robert. D.
Chapman escribe en
el Diario Internacional de Inteligencia y Contrainteligencia:
“Sin duda, la doctrina de la
Teología de la Liberación es una de las más duraderas y de más alcance que
salieron de los cuarteles de la KGB.
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La doctrina pide a los pobres y oprimidos rebelarse y formar un gobierno comunista, no en nombre de Marx o de Lenin, sino como la continuación de la obra de Jesucristo, considerado un revolucionario que se opuso a la discriminación económica y social“
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La doctrina pide a los pobres y oprimidos rebelarse y formar un gobierno comunista, no en nombre de Marx o de Lenin, sino como la continuación de la obra de Jesucristo, considerado un revolucionario que se opuso a la discriminación económica y social“
Es dudoso que el libro intente decir que todos los
que estuvieron identificados con la Teología de la Liberación, incluso sus
diseñadores doctrinales, hayan sido agentes de la KGB o comprados por ella,
sino que jugaron en un espacio creado
por el clima inducido por la KGB, y que luego adquirió su dinámica propia.
Y
probablemente este haya sido el mayor éxito, que adquirió su propia dinámica.
ESTADOS UNIDOS SE HABRÍA
DEFENDIDO AUSPICIANDO A LOS PENTECOSTALES Y EVANGÉLICOS
La afirmación de Pacepa es
fascinante, y en parte es inquietante por la profunda convicción entre algunos
católicos latinoamericanos que otro fenómeno religioso distintivo en el
continente a mediados y finales del siglo XX – el crecimiento masivo del Cristianismo
Evangélico y Pentecostal – fue el resultado de una estrategia por la otra
superpotencia de la Guerra Fría, Estados Unidos. Esta es la Evaluación del
laureado periodista norteamericano John Allen.
Muchos neoconservadores estadounidenses en el círculo del Presidente Reagan estaban
horrorizados por la Teología de la Liberación en la década de 1970 y 80
y vieron las deserciones hacia los grupos evangélicos y pentecostales como una
tendencia que les convenía apoyar.
Es así como se apunta a un ensayo de 1969 de Nelson Rockefeller, que incluyó la observación:
“La Iglesia
Católica [en América Latina] ha dejado de ser un aliado de confianza de los
Estados Unidos, y por el contrario se está transformando en un peligro,
ya que aumenta la conciencia de la gente.
Se
recomienda dar apoyo a los grupos fundamentalistas cristianos e iglesias de la
especie del Reverendo Moon y el Hare Krishna“.
Esa línea de pensamiento, creen que culminó en el
influyente “Documento de Santa Fe”, elaborado en 1980 por el Consejo
para Interamericana de Seguridad.
El nombre completo del
documento fue “Una nueva política Interamericano de los años ochenta”, y
recomendó subvertir la Teología de la Liberación en América Latina, considerada
como un obstáculo para el “capitalismo productivo”, fomentando al mismo
tiempo a los rivales protestantes.
Teniendo en cuenta estos
antecedentes, algunos observadores, incluyendo no sólo a unos pocos obispos de América
Latina, creen que la política exterior fue al menos en parte
responsable de las deserciones masivas del catolicismo en América Latina
durante el último cuarto del siglo XX, que estiman una deserción masiva del
catolicismo durante la década de 1990 de hasta 8.000 personas por día.
Sin embargo, hoy en día la mayoría de los católicos
latinoamericanos reconocen que la
fuerza fundamental que impulsó a la gente a salirse de la Iglesia Católica, fue
el modelo clerical de la Iglesia, que a menudo se traduce en una falta
de cuidado pastoral básico y una noción pasiva de la función.
Los obispos encargaron una “encuesta de salida”
sobre ex católicos en la década de 2000 en la que muchos dijeron que si la Iglesia Católica hubiera ofrecido un
estudio más profundo de la Biblia, más culto y más atención personal, nunca la
habrían dejado.
Por otro lado también es cierto, que muchas iglesias protestantes conservadoras en
los Estados Unidos tienen una orientación profundamente misionera, y con
los años han proporcionado una considerable cantidad de dinero y otros recursos
para los afiliados en América Latina.
En otras palabras, los
evangélicos y pentecostales empujaron misionalmente, mientras que los católicos
se conformaban con el monopolio impuesto por el Estado.
La gente de Reagan puede haber
aplaudido y reforzado la realineación, pero no “crearla”, al igual que la KGB probablemente
no haya “creado” la Teología de la Liberación sino que le dio mayor impulso.
COMPAÑEROS DE CAMINO
En ese sentido, es probablemente correcta la
información de Pacepa sobre la estrategia de la KGB, pero puede estar dando la agencia demasiado crédito
por sus resultados.
Los Padres Fundadores del
movimiento, como el teólogo peruano Gustavo
Gutiérrez, el brasileño Leonardo Boff, y Juan Luis Segundo de
Uruguay, querían leer los “signos de los tiempos” a través de la lente de la
enseñanza social católica y la Biblia, y es probable que hubieran dado lugar a
la Teología de la Liberación no importando a qué intereses geopolíticos
sirviera.
Del mismo modo, los obispos latinoamericanos liberales como Samuel Ruiz
García del estado de Chiapas en México y Hélder Cámara de
Olinda y Recife, en Brasil, no tienen por qué haber sido “manipulados”.
Ya
estaban a bordo con la teología de la liberación antes de que nadie en Moscú
supiera que el barco se movía.
Eso
no quiere decir que el KGB no hizo lo que pudo para apoyar a los movimientos de
izquierda críticos del capitalismo en América Latina.
Sería
sorprendente
si no hubieran hecho esto en medio de la Guerra Fría, en la que todo lo que
parecía a doler un lado era beneficio para el otro.
La
mayoría de los expertos en religión de América Latina creen que las fuerzas que
subyacen a la Teología de la Liberación y a la expansión Evangélica y Pentecostal
fueron ampliamente cultivadas en casa.
Samuel
Escobar, un erudito protestante del Perú, llama “teoría de la conspiración” a las
afirmaciones de que las tendencias religiosas de América Latina son el
resultado de la influencia extranjera.
Fuentes:
- http://www.amazon.com/Disinformation-Strategies-Undermining-Attacking-Promoting/dp/1936488604/
- http://the-american-catholic.com/2015/05/08/popewatch-liberation-theology-and-the-smoke-of-satan/
- http://www.lanuovabq.it/it/articoli-teologia-della-liberazione-il-difficile-riavvicinamento-12650.htm
- http://feeds.newadvent.org/~r/bestoftheweb/~3/N3TIuRsr9XA/
- http://www.zenit.org/es/articles/la-stasi-de-alemania-del-este-consideraba-a-ratzinger-un-fiero-opositor
- http://www.infocatolicos.com/asi-como-a-juan-pablo-ii-benedicto-xvi-tambien-fue-vigilado-por-espias/
- http://edwardpentin.co.uk/from-the-archive-stasi-surveillance-of-joseph-ratzinger/
Foros de la
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