El padre
Salvador Hernández es el exorcista oficial de la diócesis de Cartagena-Murcia:
cuatro obispos consecutivos han confiado en él para esa función. Ha decidido
hablar de su lucha contra los demonios
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Formación y confrontación para levantar barreras
contra la agresión del maligno y saber reconocer esas “puertas y barreras” abiertas a la acción del demonio. Son
los objetivos con los que se ha llevado a cabo el congreso nacional de los exorcistas
italianos, que acaba de finalizar en Roma; el primero después del
reconocimiento oficial, en junio de 2014, de la Asociación Internacional de Exorcistas, que agrupa a
400 sacerdotes de todo el mundo.
Un punto de partida importante para trabajar
rápidamente en este campo, como subraya el presidente, el padre Francesco Bamonte, al reunirse con
casi 150 “colegas” exorcistas italianos.
«Hemos enviado una carta con la
copia de los estatutos a todos los obispos italianos y a los obispos de las
naciones donde operan nuestras secretarías lingüísticas -explica el padre
Bamonte-. En la carta hemos resaltado el agravarse de la actual emergencia del ocultismo-satanismo y,
por consiguiente, la necesidad de comprometerse en la formación de todos los
sacerdotes y su preparación para un primer discernimiento de los distintos
casos en relación con este fenómeno. También deseamos el nombramiento de un mayor número de exorcistas en la
Iglesia y la promoción de su formación permanente».
Durante el congreso han intervenido, entre otros,
el cardenal Agostino Vallini, vicario del Papa para la diócesis de Roma; el
arzobispo Filippo Iannone, vice-gerente de Roma; y Giovanni D’Ercole, obispo
de Ascoli Piceno. Han llegado
también las palabras de ánimo del Papa Francisco.
La Iglesia, en resumen, tiene el deber de estar
preparada frente a las peticiones de ayuda de quien cree tener o tiene
efectivamente trastornos vinculados a la acción del maligno.
LOS JÓVENES, CADA VEZ MÁS EXPUESTOS
El acceso a prácticas peligrosas es cada vez más fácil, también para los más jóvenes. El Hermano Benigno Palilla, franciscano exorcista de la archidiócesis de Palermo, ha proporcionado algún ejemplo con el que ha ilustrado lo fácil que es caer en las redes que pueden poner en contacto con el Maligno.
El espiritismo, por ejemplo. «Se ha difundido en las escuelas, con una rapidez
impresionante, el juego “Charlie, Charlie challenge”. Se trata de dos lápices
superpuestos en forma de cruz que están en equilibrio.
Debajo hay un papel con las palabras “sí” en un lado y “no” en el otro. Se le pregunta a Charlie si está. El lápiz se mueve solo, girando hacia el sí. Pues bien -observa el Hermano Benigno-, si no hay una causa natural como el viento, el lápiz solo no se pude mover. Si se mueve, es que hay una entidad que lo mueve. Ahora bien, esta entidad no puede ser Dios porque Él no se presta a estos juegos. Por lo tanto, sólo puede ser el demonio. Se trata, entonces, de una evocación del demonio a través de este juego, que juego no es. Se trata, para ser más concretos, de una sesión espiritista, en la que se invoca a un espíritu maligno».
Y sigue con la escritura automática o con quienes tienen el poder de ponerse en
contacto con un difunto.
EL DEMONIO NUNCA CURA, SÓLO ENGAÑA
A menudo se recurre a los espíritus o a las prácticas ocultas para resolver algún problema de salud o familiar.
¡Atención!, precisa el Hermano Benigno, «el
demonio nunca cura a una persona de
una enfermedad, sino que solamente
interrumpe sus síntomas durante un tiempo. La enfermedad
permanece. Aquí sucede lo mismo
que sucede cuando una persona se dirige a un mafioso para recibir beneficios.
Sin duda los obtiene, pero el precio que tiene que pagar lo verá más
adelante. De hecho, se crea un vínculo que es exigente en cuanto requiere
disponibilidad total a cualquier petición. Lo mismo pasa cuando se recurre a
un ocultista y, a través de él, al demonio».
Pero hay también una consecuencia gravísima para
quien confía la propia vida y las propias decisiones a un talismán o a un
mago: «El
ocultismo contribuye a crear una mentalidad del “no hacer”, “no actuar” en
espera de algún “poder externo”».
EL PODER DE LA VIRGEN Y DEL ROSARIO
En la lucha contra el maligno los exorcistas tienen una aliada extraordinaria, la Virgen. «Durante nuestro ministerio como exorcistas, -explica el padre Bamonte-, experimentamos a menudo que el Rosario, bien rezado, es particularmente temido por el demonio. Una vez, mientras el demonio intentaba arrancar la corona que había puesto alrededor del cuello de la persona a la que atormentaba, exclamó con rabia: “¡Quién se agarra a esta cadena no se perderá nunca!”».
(Traducción del italiano por Helena
Faccia Serrano, Alcalá de Henares)
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Publicado por Unción Católica y Profética
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