REDACCIÓN CENTRAL, 22 Sep. 16 / 06:09 pm (ACI).- Mañana se
celebra la fiesta de San Pío de Pietrelcina, el sacerdote
de los estigmas, y se inicia la novena a los ángeles custodios, a
quienes el Santo tenía mucha devoción y cercanía.
Aquí 5 hechos, según la tradición, que tal vez no
sabías del Padre Pío y los ángeles.
1.- Creía que
todos podían verlo
Según la Obra de los
Santos Ángeles, asociación católica que propaga esta devoción y con
estatutos propios aprobados por la Santa Sede, se dice que el
P. Pío cuando era muy pequeño comenzó a tener visiones de su ángel guardián,
Jesús y María. Su madre llegó a decir que él pensaba que todo el mundo podía
verlos.
2.- Juntos contra el
demonio
En ocasiones, el demonio manchaba con borrones las cartas que le
llegaban de su confesor y siguiendo el consejo de su ángel custodio, cuando
llegaba una carta, antes de abrirla, el santo fraile la rociaba con agua
bendita y así podía leerlas.
“El compañero de mi infancia intenta suavizar los
dolores que me causan aquellos impuros apóstatas acunando mi espíritu como
signo de esperanza” (Carta. I,321), destacaba el
santo sacerdote.
No obstante, cierta vez el Padre Pío estaba siendo golpeado por el
diablo y llamó varias veces en voz alta a su ángel de la guarda, pero fue
inútil. Más adelante, cuando el ángel se apareció a consolarlo, el Padre Pío
enojado le preguntó el por qué no había acudido en su ayuda. El ángel le
contestó: “Jesús permite estos asaltos del diablo
porque su compasión te hace agradable a Él y Él quisiera que te le asemejaras
en el desierto, en el jardín y en la cruz” (Carta I,
113).
3.- Traducía las cartas
Si recibía alguna carta escrita en francés, el ángel custodio le hacía
de traductor. Una vez el Padre Pío escribió: “si la
misión de nuestro Ángel Custodio es importante, la del mío es ciertamente más
amplia, porque debe hacer también de maestro en la traducción de otras lenguas”
(Carta I,304).
4.- Lo despertaba y
rezaba con él
Narraba el Santo fraile capuchino: “Por la
noche, al cerrárseme los ojos, veo bajarse el velo y abrirse delante el
paraíso; y, confortado con esta visión, duermo con una sonrisa de dulce
felicidad en los labios y con una gran tranquilidad en la frente, en espera de
que mi pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme y, de esta forma,
elevar juntos las laudes matutinas al amado de nuestros corazones” (Carta
I,308),
5.- Hablaba con otros
ángeles de la guarda
“Si me necesitas -repetía
el Santo a sus hijos espirituales-, mándame tu
ángel custodio”. Cierto día Fr. Alessio Parente (Fraile menor capuchino)
se acercó al Padre Pío con algunas cartas en la mano para hacerle unas
consultas y el sacerdote no pudo atenderlo.
Más adelante el sacerdote de los estigmas lo llamó y le dijo: “¿No has visto todos aquellos Ángeles que estuvieron aquí
alrededor de mí? Fueron los Ángeles de la Guarda de mis hijos espirituales que
vinieron a traerme sus mensajes. Tuve que darles las respuestas rápidamente”.
El venerado Padre Pío de Pietrelcina siempre reconoció y agradeció la
función de “mensajero” del Ángel de la
guarda y por ello recomendaba su devoción.
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