jueves, 17 de marzo de 2016

PALABRA DE VIDA ETERNA


"Os aseguro que quien hace caso a mi palabra no morirá.

Los judíos le dijeron:

– Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham y todos los profetas murieron, y tú dices: Quien hace caso a mi palabra no morirá. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abraham? Él murió, y murieron también los profetas. ¿Quién te has creído que eres?

Jesús contestó:

– Si yo me honrase a mí mismo, mi honra no valdría nada. Pero el que me honra es mi Padre, el mismo que decís que es vuestro Dios. Pero vosotros no le conocéis. Yo sí le conozco, y si dijera que no le conozco sería tan mentiroso como vosotros. Pero, ciertamente, le conozco y hago caso a su palabra. Abraham, vuestro antepasado, se alegró porque iba a ver mi día: y lo vio, y se llenó de gozo.

Los judíos preguntaron a Jesús:

– Si todavía no tienes cincuenta años, ¿cómo dices que has visto a Abraham?

Jesús les contestó:

– Os aseguro que yo existo desde antes que existiera Abraham.

Entonces ellos cogieron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo."

 

En el evangelio de Juan, los judíos no son el pueblo, sino los dirigentes; sacerdotes, maestros de la ley, el Sanedrín. Es con ellos con los que discute y son ellos los que lo harán matar por Herodes.

Jesús nos dice en este texto: "Quien hace caso de mi palabra no morirá". En el evangelio de Juan el concepto palabra es muy importante. Para él la Palabra es Jesús. En el prólogo nos dice que la Palabra se hizo carne. Jesús es la Palabra de Dios. Es esa Palabra la que nos da la vida eterna. Una vida eterna de la que debemos borrar conceptos infantiles que hemos asociado al Cielo. La vida eterna es la Unidad total con Dios.

Hacer caso de la Palabra es vivir como Jesús y es seguir al Dios que nos "muestra" Jesús. Un Dios de misericordia y amor. Un Dios que es entrega y acogida. Un Dios que es Amor.

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