Hemos hablado del sufrimiento de los
enfermos, de los niños, de las mujeres… Un lector me recrimina porque no hablo
de los hombres. Efectivamente, los hombres también sufrimos, aunque sea con
otro talante. Hoy nos toca el turno. Ya hablé de los enfermos mentales que no
pueden disfrutar de la claridad de su razón, de mi amigo José que estuvo
“crucificado” en su cama casi toda su vida, de los niños… Pero el hombre normal
y corriente también sufre en la vida, aunque tenga que beberse sus lágrimas por
pudor.
LOS HOMBRES SUFREN MAS QUE LAS MUJERES
Damos por supuesto el dolor físico,
que afecta a todo ser vivo sometido a las limitaciones y fragilidades propias
de su naturaleza imperfecta. Nos detenemos en el sufrimiento moral y sicológico.
Los sicólogos han descubierto que,
aunque los hombres se enamoran menos seguido que las mujeres. Cuando lo hacen
se enamoran más pronto y más profundamente, y cuando rompen tardan más en
olvidar. Y mientras que una generación de mujeres, mas fuertes, les sabe hacer
frente mejor a una ruptura, los investigadores dicen que al hombre de la nueva
era, que empieza a apreciar las ventajas de una relación comprometida, se les
hace mas difícil manejar sus sentimientos al término de una relación.
El siquiatra y consejero de pareja
Eric Fleming dice "Que cuando hay problema en una relación. Para el
cerebro de la mujer es muy evidente y tan obvio como un gran letrero luminoso.
Sin embargo el hombre no tiene la menor idea de lo que va a dejar. Por lo tanto
no está preparado."
Es una cuestión del cerebro, el lado
izquierdo es el lado donde reside la logica, la racionalidad. El lado derecho
funciona con los sentimientos, emociones, intuiciones, expresiones. Por lo
general el hombre está dominado por el lado izquierdo y la mujer por el lado
derecho. Usualmente el cerebro izquierdo no se da cuenta de que el fin de una
relación se acerca. No está apto para recibir vibraciones, ni descifrar
sentimientos.
La mujer se comunica de modo
diferente, y piensa que ha estado dándole a entender su infelicidad a su
enamorado, con su actitud y sus mensajes, tan obvio para ella que no se explica
porque no lo ha captado ni por asomo. Cuando la mujer ha tratado de resolver
los problemas, y no lo logra, va acumulando resentimientos y tal ira que no
resiste la relación ni un minuto más. Pero la mayoría de las veces él no se
había dado cuenta del problema. Hasta piensa que su relación era perfecta.
Así que cuando ellos llegan a tomar
en serio un problema de pareja, la relación ya termino, definitivamente para
ella. Y si una mujer decide terminar, ya no hay nada que la detenga... Las
personas de cerebro derecho resisten mejor las separaciones porque están mas al
tanto de sus emociones y las saben expresar. Las personas del cerebro
izquierdo, sienten por igual el dolor, pero no lo expresan, y posteriormente lo
almacenan. Hay hombres que viven presos de viejos amores muchos años después de
terminar. La mujer es más expresiva emocionalmente y sabe ponerse de manera más
sana a tono con sus emociones. La mujer comparte sus problemas y dolores. El
hombre de los traga casi todos. Tiene más pudor en manifestar que sufre.
Mostrando el pesar y la tristeza,
expulsamos el dolor y podemos recuperarnos rápidamente. Aunque ella vuelva loca
a la gente que la escucha, es más saludable que la estrategia de los hombres.
Ellos se guardan las cosas. Si quieren a su pareja, su reacción ante el
problema, o el temor a la ruptura, es llenar cada segundo con actividades,
trabajos, deportes, amigos....y otras mujeres. Hacen todos menos encarar su
dolor.
Dice el Dr. Fleming "no está
bien visto que el hombre hable de su dolor y de su problema, ya que se siente
débil cuando lo hace. Algunos sostienen conversaciones sustanciales con sus
amigos, pero la mayoría no lo hace. El hombre es más independiente
emocionalmente hablando y está acostumbrado a confiar en sí mismo. y no está
bien hasta que la vida les da un revés.
Los sistemas de apoyo mutuo de las
mujeres, son mejores. Aceptan y valoran las expresiones emotivas, saben
aconsejar y les halaga que acudan a ellas en busca de ayuda en tiempos
difíciles.
El hombre no tiene la menor idea de
cómo ayudar a un amigo. No les gusta hablar del tema porque abre sus viejas
heridas. Al contrario las mujeres se apoyan en buenas amistades. Después de una
ruptura los hombres por lo general hacen lo contrario.
Los hombres saben esconder mejor los
sentimientos, por eso parece mas fácil pretender que todo se acabo y que les va
bien, pero en el fondo lo que han hecho es poner una tirita, encima de una
enorme herida. Las mujeres lucen mejor después de un problema sentimental,
bajan de peso, rehacen su imagen, se vuelven independiente, mas fuertes y eso
las hace más atractivas y hasta sentirse bien, para lucir bien, para que la
vida social florezca. Aunque esta actitud pude volverse en contra al no valorar
más lo que tiene, e intentar buscar la nueva aventura como si fuera una
adolescente.
¿Qué pasa cuando es el hombre quien
espera inútilmente que su pareja por fin madure para poder tener el hogar que
siempre ha soñado para él, ella y sus hijos? Siempre o casi siempre estamos
defendiendo a la mujer, ¿seremos tan valientes para aceptar abiertamente que
existen mujeres que pueden destruir la dignidad y amor propio de un hombre?
Algunas mujeres intentan meterse en
la vida de otro hombre, seduciéndolo con artimañas y coqueteos tan convincentes
que pueden hacer pensar al hombre que es ella la mujer ideal. Y puede provocar
un terrible sufrimiento en un matrimonio y familia que no tiene por qué pensar
que ha fracasado por tener un problema puntual.
No podemos negar que hay muchas
personas, hombres y mujeres, que amparados por el amor, principios morales muy
arraigados y valores familiares muy profundos, aceptan humillaciones e
infidelidades, de su pareja, y están dispuestos/as al perdón con tal de no dar
por roto algo que tanto costó crear, como es una familia, una comunidad de vida
y amor.
Las mujeres también hacen sufrir
Ernesto CastilloTafur dice:
Existen hombres que son maltratados
por sus mujeres, hombres sometidos por su pareja, hombres que sufren el
maltrato psicológico y en ocasiones incluso físico, en manos de la mujer. Esos
hombres no son un mito: existen.
Y no es que esos hombres no debieran
existir... lo que no debiera existir es el maltrato que sufren, ni ellos ni
ellas. El maltrato y el abuso, vengan por parte de quien venga, está mal y hay
que detenerlo.
Es frecuente hablar las mujeres
maltratadas, pero hay un fenómeno del que aun hoy en día, se habla en secreto.
Cuando se habla del abuso nuestra mente inmediatamente nos transporta a pensar
en los ancianos, los niños y en la "pobre esposa". Es poco frecuente
pensar en el hombre como víctima de violencia doméstica, provocando que en
cuanto escuchamos de la violencia de género, nos convirtamos automática e
inmediatamente en juez y jurado, condenando al hombre antes de ser juzgado.
Sin embargo, también existe el
maltrato de la mujer hacia el hombre. Es muy común que en muchos hogares exista
la violencia intrafamiliar. Se promociona el derecho femenino con campañas
sociales, el día internacional de la mujer, el día de la no violencia de género
entre otras actividades a nivel internacional, pero siempre a favor de la
mujer... La violencia también se da en sentido opuesto, pero los estragos del machismo
ponen un venda sobre los ojos de la sociedad, se hace caso omiso acerca de los
detalles de los casos de hombres abusados y por el simple hecho de ser hombres
son culpables, por lo que de una forma u otra, siempre se acaba viendo a la
mujer como la víctima. Si a esto le agregamos que el hombre no denuncia por
razones obvias, pues resulta más injusto porque nadie lo defiende. Se supone
que el hombre no debe poner de manifiesto sus sentimientos ni sus sufrimientos,
especialmente los sufrimientos que son provocados por el maltrato de parte una
mujer, pues eso les colocaría la etiqueta de "afeminados".
Así pues, el hombre se ve obligado a
reprimir sus sentimientos, tal como le enseñaron a hacer desde su infancia con
frases como: "Los hombres no lloran”. "Los hombres no se
quejan". "Un hombre jamás se deja pegar por una mujer". "El
hombre es quien lleva los pantalones". Estas son algunas de las enseñanzas
que desde edad temprana se dan en el hogar, lo cual lleva en sí consecuencias
duales: Que puede convertirse en el "verdugo" de la mujer, y ser
violento y autoritario. Que puede sufrir calladamente ante el maltrato que
sufre a manos de su pareja, por vergüenza o por temor a la crítica de
familiares y amigos, y no denuncia. Muchas mujeres leerán esto sintiéndose
aludidas, pues aunque se hable de este tema en voz baja, es un problema real,
existe y es uno por el que muy difícilmente un hombre se atreva a denunciar,
porque prefieren aguantarse "como buen macho". Nunca será demasiado
lo que se hable en cuanto a la injusticia que sufren las mujeres maltratadas,
¿pero no es justo también, que igualmente tengan voz el problema de los hombres
que viven un infierno a manos de su pareja? ¿Acaso muchos de ellos no sufren
tanto como la mujer? Pensemos un momento que el hombre al igual que la mujer,
también tiene sentimientos exactamente igual que ellas. Los hombres, aunque la
mujer les superan en número, también sufren abusos físicos y emocionales. Si
bien el hombre no tiene ningún derecho de maltratar a la mujer, tampoco ninguna
mujer tiene el derecho de maltratar a un hombre.
San Josemaría Escrivá habla del amor matrimonial:
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Juan García
Inza
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