sábado, 23 de junio de 2012

LOS HOMBRES TAMBIÉN SUFREN


Hemos hablado del sufrimiento de los enfermos, de los niños, de las mujeres… Un lector me recrimina porque no hablo de los hombres. Efectivamente, los hombres también sufrimos, aunque sea con otro talante. Hoy nos toca el turno. Ya hablé de los enfermos mentales que no pueden disfrutar de la claridad de su razón, de mi amigo José que estuvo “crucificado” en su cama casi toda su vida, de los niños… Pero el hombre normal y corriente también sufre en la vida, aunque tenga que beberse sus lágrimas por pudor.

LOS HOMBRES SUFREN MAS QUE LAS MUJERES

Damos por supuesto el dolor físico, que afecta a todo ser vivo sometido a las limitaciones y fragilidades propias de su naturaleza imperfecta. Nos detenemos en el sufrimiento moral y sicológico.

Los sicólogos han descubierto que, aunque los hombres se enamoran menos seguido que las mujeres. Cuando lo hacen se enamoran más pronto y más profundamente, y cuando rompen tardan más en olvidar. Y mientras que una generación de mujeres, mas fuertes, les sabe hacer frente mejor a una ruptura, los investigadores dicen que al hombre de la nueva era, que empieza a apreciar las ventajas de una relación comprometida, se les hace mas difícil manejar sus sentimientos al término de una relación.

El siquiatra y consejero de pareja Eric Fleming dice "Que cuando hay problema en una relación. Para el cerebro de la mujer es muy evidente y tan obvio como un gran letrero luminoso. Sin embargo el hombre no tiene la menor idea de lo que va a dejar. Por lo tanto no está preparado."

Es una cuestión del cerebro, el lado izquierdo es el lado donde reside la logica, la racionalidad. El lado derecho funciona con los sentimientos, emociones, intuiciones, expresiones. Por lo general el hombre está dominado por el lado izquierdo y la mujer por el lado derecho. Usualmente el cerebro izquierdo no se da cuenta de que el fin de una relación se acerca. No está apto para recibir vibraciones, ni descifrar sentimientos.

La mujer se comunica de modo diferente, y piensa que ha estado dándole a entender su infelicidad a su enamorado, con su actitud y sus mensajes, tan obvio para ella que no se explica porque no lo ha captado ni por asomo. Cuando la mujer ha tratado de resolver los problemas, y no lo logra, va acumulando resentimientos y tal ira que no resiste la relación ni un minuto más. Pero la mayoría de las veces él no se había dado cuenta del problema. Hasta piensa que su relación era perfecta.

Así que cuando ellos llegan a tomar en serio un problema de pareja, la relación ya termino, definitivamente para ella. Y si una mujer decide terminar, ya no hay nada que la detenga... Las personas de cerebro derecho resisten mejor las separaciones porque están mas al tanto de sus emociones y las saben expresar. Las personas del cerebro izquierdo, sienten por igual el dolor, pero no lo expresan, y posteriormente lo almacenan. Hay hombres que viven presos de viejos amores muchos años después de terminar. La mujer es más expresiva emocionalmente y sabe ponerse de manera más sana a tono con sus emociones. La mujer comparte sus problemas y dolores. El hombre de los traga casi todos. Tiene más pudor en manifestar que sufre.

Mostrando el pesar y la tristeza, expulsamos el dolor y podemos recuperarnos rápidamente. Aunque ella vuelva loca a la gente que la escucha, es más saludable que la estrategia de los hombres. Ellos se guardan las cosas. Si quieren a su pareja, su reacción ante el problema, o el temor a la ruptura, es llenar cada segundo con actividades, trabajos, deportes, amigos....y otras mujeres. Hacen todos menos encarar su dolor.

Dice el Dr. Fleming "no está bien visto que el hombre hable de su dolor y de su problema, ya que se siente débil cuando lo hace. Algunos sostienen conversaciones sustanciales con sus amigos, pero la mayoría no lo hace. El hombre es más independiente emocionalmente hablando y está acostumbrado a confiar en sí mismo. y no está bien hasta que la vida les da un revés.

Los sistemas de apoyo mutuo de las mujeres, son mejores. Aceptan y valoran las expresiones emotivas, saben aconsejar y les halaga que acudan a ellas en busca de ayuda en tiempos difíciles.

El hombre no tiene la menor idea de cómo ayudar a un amigo. No les gusta hablar del tema porque abre sus viejas heridas. Al contrario las mujeres se apoyan en buenas amistades. Después de una ruptura los hombres por lo general hacen lo contrario.

Los hombres saben esconder mejor los sentimientos, por eso parece mas fácil pretender que todo se acabo y que les va bien, pero en el fondo lo que han hecho es poner una tirita, encima de una enorme herida. Las mujeres lucen mejor después de un problema sentimental, bajan de peso, rehacen su imagen, se vuelven independiente, mas fuertes y eso las hace más atractivas y hasta sentirse bien, para lucir bien, para que la vida social florezca. Aunque esta actitud pude volverse en contra al no valorar más lo que tiene, e intentar buscar la nueva aventura como si fuera una adolescente.

¿Qué pasa cuando es el hombre quien espera inútilmente que su pareja por fin madure para poder tener el hogar que siempre ha soñado para él, ella y sus hijos? Siempre o casi siempre estamos defendiendo a la mujer, ¿seremos tan valientes para aceptar abiertamente que existen mujeres que pueden destruir la dignidad y amor propio de un hombre?

Algunas mujeres intentan meterse en la vida de otro hombre, seduciéndolo con artimañas y coqueteos tan convincentes que pueden hacer pensar al hombre que es ella la mujer ideal. Y puede provocar un terrible sufrimiento en un matrimonio y familia que no tiene por qué pensar que ha fracasado por tener un problema puntual.

No podemos negar que hay muchas personas, hombres y mujeres, que amparados por el amor, principios morales muy arraigados y valores familiares muy profundos, aceptan humillaciones e infidelidades, de su pareja, y están dispuestos/as al perdón con tal de no dar por roto algo que tanto costó crear, como es una familia, una comunidad de vida y amor.

Las mujeres también hacen sufrir

Ernesto CastilloTafur dice:

Existen hombres que son maltratados por sus mujeres, hombres sometidos por su pareja, hombres que sufren el maltrato psicológico y en ocasiones incluso físico, en manos de la mujer. Esos hombres no son un mito: existen.

Y no es que esos hombres no debieran existir... lo que no debiera existir es el maltrato que sufren, ni ellos ni ellas. El maltrato y el abuso, vengan por parte de quien venga, está mal y hay que detenerlo.

Es frecuente hablar las mujeres maltratadas, pero hay un fenómeno del que aun hoy en día, se habla en secreto. Cuando se habla del abuso nuestra mente inmediatamente nos transporta a pensar en los ancianos, los niños y en la "pobre esposa". Es poco frecuente pensar en el hombre como víctima de violencia doméstica, provocando que en cuanto escuchamos de la violencia de género, nos convirtamos automática e inmediatamente en juez y jurado, condenando al hombre antes de ser juzgado.

Sin embargo, también existe el maltrato de la mujer hacia el hombre. Es muy común que en muchos hogares exista la violencia intrafamiliar. Se promociona el derecho femenino con campañas sociales, el día internacional de la mujer, el día de la no violencia de género entre otras actividades a nivel internacional, pero siempre a favor de la mujer... La violencia también se da en sentido opuesto, pero los estragos del machismo ponen un venda sobre los ojos de la sociedad, se hace caso omiso acerca de los detalles de los casos de hombres abusados y por el simple hecho de ser hombres son culpables, por lo que de una forma u otra, siempre se acaba viendo a la mujer como la víctima. Si a esto le agregamos que el hombre no denuncia por razones obvias, pues resulta más injusto porque nadie lo defiende. Se supone que el hombre no debe poner de manifiesto sus sentimientos ni sus sufrimientos, especialmente los sufrimientos que son provocados por el maltrato de parte una mujer, pues eso les colocaría la etiqueta de "afeminados".

Así pues, el hombre se ve obligado a reprimir sus sentimientos, tal como le enseñaron a hacer desde su infancia con frases como: "Los hombres no lloran”. "Los hombres no se quejan". "Un hombre jamás se deja pegar por una mujer". "El hombre es quien lleva los pantalones". Estas son algunas de las enseñanzas que desde edad temprana se dan en el hogar, lo cual lleva en sí consecuencias duales: Que puede convertirse en el "verdugo" de la mujer, y ser violento y autoritario. Que puede sufrir calladamente ante el maltrato que sufre a manos de su pareja, por vergüenza o por temor a la crítica de familiares y amigos, y no denuncia. Muchas mujeres leerán esto sintiéndose aludidas, pues aunque se hable de este tema en voz baja, es un problema real, existe y es uno por el que muy difícilmente un hombre se atreva a denunciar, porque prefieren aguantarse "como buen macho". Nunca será demasiado lo que se hable en cuanto a la injusticia que sufren las mujeres maltratadas, ¿pero no es justo también, que igualmente tengan voz el problema de los hombres que viven un infierno a manos de su pareja? ¿Acaso muchos de ellos no sufren tanto como la mujer? Pensemos un momento que el hombre al igual que la mujer, también tiene sentimientos exactamente igual que ellas. Los hombres, aunque la mujer les superan en número, también sufren abusos físicos y emocionales. Si bien el hombre no tiene ningún derecho de maltratar a la mujer, tampoco ninguna mujer tiene el derecho de maltratar a un hombre.

San Josemaría Escrivá habla del amor matrimonial:


Juan García Inza

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