Esto de la propuesta constitución chilena ha reflejado perfectamente la peligrosidad de determinadas opciones políticas.
No todo
da lo mismo. No todos son iguales. ¿A quién se le
ocurre hacer una constitución contra la mitad de la población de Chile? Esta
es una constitución contra el pensamiento, las convicciones y la legítima
libertad de opinión de la mitad de los chilenos. Nace como una constitución que
desune. Unas reglas del juego que desunen ahora y que seguirán siendo fuente de
desunión año tras año.
Esta
concepción de la constitución como una piedra que se lanza contra la mitad de
los propios ciudadanos es un ejemplo perfecto de pésima gestión de una asamblea
constituyente. Los buenos estadistas, una vez ganadas las elecciones, buscan el
bien común, la unión, no el partidismo. Meter toda la ideología posible en la
constitución es un acto muy bajo de los que votaron, con gravísimas
repercusiones.
Una vez
obtenida la mayoría suficiente en la convención, no han tenido piedad con una
gran parte de los chilenos. Se podía haber obtenido la mayoría y haber
legislado sensatamente. Pero la concepción de la democracia como una
apisonadora es lo que crea división y resentimiento. Es esa idea de que si
obtengo el número requerido de votos ya puedo hacer lo que me dé la gana.
A la hora
que escribo este post, ocho de la tarde (hora española), no se tienen los
resultados del referéndum. Pero si la izquierda radical pierde este referendum,
no tengo la menor duda de que orquestará todo para se haga una operación
estética al texto, y volverá a presentarlo para otro referéndum.
Analizarán
qué puntos son los que les han restado más votos y actuarán quirúrgicamente,
con precisión. Con precisión sobre la estética, porque lo que no tocará es la
estructura esencial del poder, ¡que es lo
importante! Y con esa operación volverán a presentar el texto y seguro
que esa vez sí que será aprobado.
Aunque,
por supuesto, esas izquierdas estarían dispuestas a presentar una nueva
propuesta una tercera vez y una octava vez. Así no se hacen las cosas.
Post
Data: He hablado de un
modo un poco misterioso. Pero, evidentemente, la Convención ha estado dirigida
por los partidos políticos. Y, en
el lado de las izquierdas, por un partido principal Y ese partido principal,
por una persona en concreto: su líder.
P. FORTEA
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