En una conversación que mantuvo con un amigo sacerdote, San Pío de Pitrelcina demostró que consideraba aquella práctica no solo como el asesinato de un ser humano inocente, sino como “un verdadero suicidio” para la humanidad.
La famosa historia se desarrolló en medio de una conversación entre San
Pío y el fraile franciscano Pellegrino Funicelli, quien la describió en su
libro “Jack of All Trades of Padre Pio” de
1991.
En la conversación, el P. Funicelli le dijo al santo: “Hoy negaste la absolución a una mujer porque ella se
había sometido voluntariamente a un aborto. ¿Por qué has sido tan riguroso con
este pobre desafortunada?” (El Padre Pío a veces se negaba a dar la
absolución a un penitente si mostraba una contrición insuficiente; a menudo
regresaban y solo daba la absolución si eran sinceros).
San Pío respondió: “El día en que las personas
pierdan su horror por el aborto será el día más terrible para la humanidad. El
aborto no es solo un homicidio, sino también un suicidio. ¿No
deberíamos tener el coraje de manifestar nuestra fe ante quienes cometen dos
crímenes en un solo acto?”.
“¿Suicidio?”, preguntó el P. Pellegrino.
“El suicidio de la raza humana será entendido por
aquellos que verán la tierra poblada por ancianos y despoblados de niños:
Quemados como un desierto”, respondió el Padre Pío.
Más de seis millones han muerto en Italia desde que en 1978 se legalizó
el aborto en el país natal del Padre Pío.
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en National
Catholic Register.
Redacción ACI
Prensa
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