Bolsonaro en la ONU
Las Religiosas
de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús han sido expulsadas sin comunicarles
motivo por el dictador Daniel Ortega. Han recibido asilo en México.
(Agencias/InfoCatólica) La dictadura de Daniel Ortega
expulsó a la congregación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús,
con lo que continúa sus ataques contra la Iglesia Católica en Nicaragua.
Si en julio les tocó a las «monjas de la Madre Teresa»
(Misioneras de la Caridad) ahora le toca a una congregación que se
ocupaba adoración a la Eucaristía en la catedral de Matagalpa, la catedral del
obispo al que la Policía tiene detenido en paradero desconocido: Mons Rolando Alvarez.
El martes 20 de septiembre las
religiosas llegaron a México, donde han recibido asilo por parte de su
congregación, pues ese es el país de fundación de las religiosas.
Tampoco ha habido explicaciones esta vez.
BOLSONARO INVITA A
LOS PERSEGUIDOS A BRASIL
El mismo día, el presidente
brasileño Jair Bolsonaro invitó a refugiarse en Brasil a los religiosos que
sean «perseguidos» por las autoridades de
Nicaragua, durante su discurso este martes ante la Asamblea General de la ONU.
Bolsonaro, que como presidente
de Brasil, siguiendo la tradición de la ONU, fue el primero de los jefes de
Estado y de Gobierno en intervenir ante la Asamblea General, condenó las persecuciones
religiosas que existen en el mundo y citó en especial el caso de Nicaragua.
«Quiero anunciar que
Brasil abre sus puertas para acoger a los sacerdotes y monjas perseguidos en
Nicaragua», declaró ante
la ONU Bolsonaro, quien es un firme defensor de los valores conservadores
asociados al cristianismo.
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