El Arzobispo de Boston (Estados Unidos), Cardenal Seán Patrick O’Malley, celebró este viernes una Misa en la localidad italiana de San Giovanni Rotondo por la fiesta del Padre Pío, en la que pidió al santo de los estigmas que nos enseñe a orar, amar y sanar.
El Cardenal O’Malley, de 78 años, es miembro desde hace más de 50 años
de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, a la que también perteneció el
Padre Pío.
San Pío de Pietrelcina nació en 1887 e hizo sus votos solemnes a los 19
años. El santo padeció la enfermedad y el sufrimiento físico, incluidos los
estigmas que recibió en 1918, que son heridas sangrantes relacionadas a las
cinco heridas de Cristo en la cruz.
Para cuidar el cuerpo y el alma de los enfermos y personas que sufren,
San Pío estableció la Casa Sollievo della Sofferenza (Hogar para el Alivio del
Sufrimiento), hoy un hospital privado y centro de investigación.
En la Misa de este viernes, el Cardenal O’Malley recordó que “el Padre Pío cargó con el peso de los estigmas durante
cinco décadas, este y muchos otros sufrimientos físicos los soportó con amor y
paciencia”.
Subrayó que “en un mundo donde el dolor es
visto como el mayor mal, el Padre Pío nos muestra el poder de la cruz”, y
“que el mayor mal no es el dolor, sino el pecado y
el egoísmo”.
Explicó que “el dolor puede ser una espada
de dos filos que nos vuelve contra nosotros mismos, nos lleva a la
autocompasión, la ira o la desesperación”, y recordó que “cuando la cruz nace con amor y en unión con Jesús es
vivificante y lleva a la resurrección”.
El Cardenal dijo que el Padre Pío tuvo “una
misión de misericordia para los que estaban enfermos física o espiritualmente
y, en ese contexto, anunció la buena nueva del Evangelio”.
Afirmó que “el confesionario y la Casa
Sollievo della Sofferenza son solo dos de las formas en que el Padre Pío
manifestó la misericordia amorosa de Dios, en un mundo convulsionado por el
dolor, el sufrimiento y el pecado”.
Para explicarlo, el Purpurado citó el libro Father
Pio: The True Story y afirmó que su
autor, Bernard Ruffin, escribió que “el Padre Pío
hizo real a Dios”.
El Cardenal dijo que esto significa que “en
un mundo de incredulidad, la presencia de la santidad trae luz y paz a un mundo
de oscuridad y caos”.
“Los santos de al lado, y los santos que Dios
engrandece con sus gracias, son un don para aumentar en nosotros la nostalgia
de la patria aún no vista, para la cual fuimos creados”, dijo.
También recordó que el Padre Pío es un gran ejemplo de lo que el Papa
Francisco afirmó son los dos caminos para llegar a la santidad: la oración y la comunidad.
“El Padre Pío es un ejemplo destacado de esto en
una sociedad que ha abandonado en gran medida la oración y la observancia del
sábado”, señaló.
“Pero este hombre santo nos enseña que la oración
trae el poder de la cruz a nuestras vidas y nos permite entrar en el misterio
de la Eucaristía”, agregó.
El Cardenal O'Malley recordó que muchas personas ya no asisten a Misa
los domingos porque no saben cómo orar, y alentó a hacer un especial pedido al
santo en su fiesta.
“Hoy estamos en este lugar santo para pedirle al
Padre Pío que ore por nosotros y nos enseñe cómo orar, amar y para sanar”, señaló.
“Que nos preste esa escalera que nos permita subir
a la cruz y arrancar con amor los clavos de las manos de nuestros hermanos y
hermanas que son, como decía la Madre Teresa: ‘Cristo con un disfraz
angustioso’”, agregó.
“Hoy estamos ante este gran santo y le damos las
gracias por mostrarle al mundo que Dios es real y que el único éxito real en la
vida es la santidad”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia
Pérez. Publicado originalmente en CNA.
Hannah Brockhaus
Redacción ACI
Prensa
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