Cuando intentamos perdonarnos y aceptarnos a nosotros mismos, es bueno tratar de expresarlo con signos. Esos signos deben manifestar el amor y el cariño hacia nosotros mismos, y al mismo tiempo nos ayudan a experimentar de distintas maneras el amor del Espíritu Santo.
Una forma
de expresarlo es evitando todo maltrato, como los insultos a uno mismo, el
descuido excesivo de la propia apariencia, las agresiones al propio cuerpo con
exceso de comida, alcohol, dormir en exceso, etc. Porque eso no es ser una
persona espiritual.
Hay otra
manera más positiva de ayudarnos: brindándonos
pequeños placeres sin sentir culpa, porque dice la Biblia que Dios creó todas
las cosas _"para que las disfrutemos"_ (1 Timoteo 6,17). Por
ejemplo, puede ser el intento de comer lentamente, disfrutando más la comida.
Puede ser regalarse un paseo agradable, sin pensar en lo que hay que hacer
después.
Puede ser
una salida con los amigos vivida como un regalo del amor de Dios y agradecida
en la oración. También podemos expresarlo con masajes, mejorando la habitación
donde vivimos, deteniéndonos a contemplar algo que hemos hecho bien, etc.
No es
suficiente que nos perdonemos a nosotros mismos en la oración si luego no
hacemos un camino para querernos a nosotros mismos en la vida cotidiana.
Porque el
Espíritu Santo, que es amor invisible, quiere hacernos experimentar su amor
también en nuestro cuerpo; pero para eso necesita de los demás y también nos
necesita a nosotros.
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