Cuando alguien nos sonríe nos está mandando un mensaje de paz.
Por: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net
El tema de hoy es un tema que muchos
considerarán intrascendente, pero sin embargo y en lo personal nos parece de
gran importancia y valor. Valioso e importante para
nuestro caminar por la vida, para nuestro trato con los demás, para nuestro
beneficio y hasta para nuestra salud.
La risa y la sonrisa. Según una
terapeuta que realizó estudios en los Estados Unidos relativos a los beneficios
de la risa para la mente y el cuerpo humano, así como las
terapias adicionales a la misma, tales como la respiración consciente, la
expresión corporal, el canto y la conversación eran factores importantísimos,
aparte de un signo externo de alegría, para prevenir las enfermedades
cardiovasculares, calmar los dolores físicos, regular el sistema nervioso y
aliviar el estrés.
No sabemos que es lo que pensarán los médicos al
respecto pero lo que si sabemos todos es que reír es algo
que nos deja el alma aligerada, que es una sensación
extraordinaria de bienestar y gozo que como algo mágico nos transporta un poco
a nuestros tiempos infantiles y por eso el reír rejuvenece. Si, el reír
rejuvenece... ¡y qué poco reímos!.
Al sentirnos adultos nos revestimos de una gran
austeridad y de una propiedad tan seria y formal que vamos olvidando poco a
poco lo que es el reír y podemos decir que pasan días y días sin que la risa
vigorice nuestra personalidad y alegre nuestra existencia y la de los demás.
Ceño fruncido, mirada torva y reconcentrada, gesto adusto, labios apretados...
eso hace daño al corazón y al espíritu.
La Madre Teresa de Calcuta solía decir: "Familia que reza unida, permanece unida" y
estamos de completo acuerdo pero también nos atrevemos a decir que: "Familia que ríe unida, permanece unida"
Y reírnos un poco de
nosotros mismos es el mejor antídoto para sobrellevar con buen ánimo todos
nuestros errores y fallas que como seres humanos tenemos. Es cierto que no siempre hay motivos para reír,
pero de lo que no podemos prescindir es de la sonrisa. La sonrisa no es
carcajada, es algo más sutil, es como dice de ella Martín Descalzo:- "Si yo tuviera que pedirle a Dios un DON, le
pediría que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas. Es, me parece, la cima de
la expresión humana. Debe ser, por ello, muy fácil enamorarse de personas que
poseen una buena sonrisa. Y ¡qué afortunados quienes tienen un ser amado en
cuyo rostro aparece con frecuencia ese fulgor maravilloso!".
Cuando alguien nos sonríe
nos está mandando un mensaje de paz, de equilibrio interior, de dulzura y de
amor. Quién
sabe amar sonríe fácilmente.
Las personas amargadas, egoístas, envidiosas, no
saben sonreír. y mucho menos si son orgullosas. Reír es bueno
para la salud porque la alegría es cosa sana y provechosa. Sonreír es ir
derramando un haz luminoso de calor y ternura para los demás, es
como un destello del mismo Dios que brota como agua fresca para las almas
sedientas que se nos acercan.
Que nuestra sonrisa no sea un gesto forzado,
sino algo espontáneo y natural que dará a nuestra personalidad un relieve
maravillosamente profundo y humano.
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