«SABE QUE ESTÁ MINTIENDO, SABE QUE LO SÉ Y SABE QUE LO DIRÉ A TODO EL MUNDO»
El cardenal
Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, ha elevado el tono de sus críticas al
cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, al que acusa de manipular a
Benedicto XVI y de engañar a Francisco en lo relacionado con el pacto entre la
Santa Sede y la dictadura comunista china.
(NCR/InfoCatólica) El cardenal Joseph Zen rechazó
las afirmaciones de que el Papa Benedicto XVI aprobó en forma preliminar el
acuerdo entre el Vaticano y China de 2018 y acusó al secretario de Estado del
Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, de «manipular»
al Papa Francisco sobre el compromiso de la Iglesia con China.
En un artículo publicado en su
blog el 7 de octubre, 'Per amore della verità non tacerò', el
cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong, ofreció una crítica extensa y
personal de un discurso pronunciado el 3 de octubre por el cardenal Parolin
sobre la historia y el futuro de la actividad misionera de la Iglesia en China.
«Leí el
discurso del Cardenal Parolin», dijo el Cardenal Zen. «¡Es repugnante!»
«Como no es
estúpido e ignorante, he llegado a la conclusión de que dijo una serie de
mentiras a sabiendas», asegura el purpurao chino, quien añade que «lo
más repugnante es el insulto al venerable Benedicto XVI al decir que aprobó en
su momento el acuerdo firmado por
la Santa Sede hace dos años, sabiendo que nuestro dulce y gentil Benedicto
ciertamente no saldrá a negarlo».
El cardenal Parolin dijo en su
discurso del 3 de octubre que el objetivo pastoral del acuerdo era liberar a
las iglesias locales para «dedicarse a la misión de
proclamar el Evangelio» y reiteró el compromiso del Vaticano con
una renovación provisional del mismo, que expira el 22 de octubre.
«Para que el
diálogo dé frutos más consistentes es necesario continuarlo», dijo el secretario de Estado
en un acto con motivo del 150 aniversario de la presencia del Pontificio
Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME) en China.
Parolin citó al papa Benedicto
XVI en su discusión sobre los esfuerzos misioneros de la Iglesia en China. El
Papa Benedicto, que había citado a su propio predecesor, San Juan Pablo II,
dijo en 2007:
«No es un
misterio para nadie que la Santa Sede, en nombre de toda la Iglesia Católica y,
creo, en beneficio de toda la humanidad, espera abrir un espacio de diálogo con
las autoridades de la República Popular China, en el que, una vez superados los
malentendidos del pasado, podamos trabajar juntos por el bien del pueblo chino
y por la paz en el mundo».
El cardenal Parolin también
citó al cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio y ex
prefecto de la Congregación para los Obispos, quien dijo en marzo, según el
cardenal Parolin, que «el Papa Benedicto XVI
[aprobó] el proyecto de acuerdo sobre el nombramiento de obispos en China, que
solo fue posible firmar en 2018».
El cardenal Zen cuestionó los
supuestos comentarios del cardenal Re y calificó de «muy ridículo y
humillante» que «sea 'utilizado' una vez más para respaldar las falsedades del muy eminente Secretario de estado».
Acusó al cardenal Parolin de «mentir» sobre la aprobación de Benedicto XVI de
un borrador de acuerdo con China y de manipular al Papa Francisco sobre el
acuerdo.
«El
cardenal Parolin sabe que está mintiendo, sabe que yo sé que es un mentiroso,
sabe que le diré a todo el mundo que es un mentiroso, así que además de descarado,
también es audaz».
Los cristianos en China han
seguido siendo perseguidos y acosados por las autoridades, dijo el cardenal
Zen, «a pesar del acuerdo».
Sin embargo, «parece que para salvar el acuerdo, la Santa Sede está
cerrando los dos ojos a todas las injusticias que el Partido Comunista inflige
al pueblo chino», dijo.
Parolin dijo que había visto
señales de que el acuerdo estaba ayudando a unificar a los católicos
clandestinos con los miembros de la CPCA, y «definitivamente»
ayudaría a la Iglesia a evitar consagraciones ilícitas de obispos en el
futuro.
Ha habido «malentendidos» sobre el acuerdo, dijo,
reconociendo que si bien todavía hay «muchos otros
problemas» que enfrentan los católicos en China, no se pueden abordar
todos a la vez.
«Sabemos que el
camino hacia la normalización total seguirá siendo largo, como predijo
Benedicto XVI en 2007», dijo Parolin. Además enfatizó que el acuerdo «se
refiere exclusivamente al nombramiento de obispos», y el Vaticano ha señalado que
no se han realizado más consagraciones ilícitas desde que se firmó el acuerdo
en 2018.
El cardenal Zen descartó que tal cosa sea un logro
valioso.
«Todos los
obispos legítimos, pero en una Iglesia objetivamente cismática, ¿eso es bueno? ¿Es un
progreso? ¿Es este el comienzo de qué tipo de viaje?»
El acuerdo entre el Vaticano y
China les dio a los funcionarios del PCCh voz en la ordenación de obispos, pero
también permitió la aplicación de la «sinización» en
asuntos de la Iglesia, dijo el cardenal Zen.
La política de sinización,
anunciada por el presidente chino Xi Jinping en 2015, tiene como objetivo reforzar la identidad china y comunista en todas las prácticas religiosas
del país. Ha incluido
instruir a las iglesias para que eliminen las imágenes de los Diez Mandamientos
y las reemplacen con dichos del presidente Mao y Xi.
El cardenal Parolin dijo anteriormente
que «la inculturación es una condición esencial
para un buen anuncio del Evangelio que, para dar fruto, requiere, por un lado,
salvaguardar su auténtica pureza e integridad y, por otro, presentarlo según la
experiencia particular de cada pueblo y cultura ».
«Estos dos
términos, 'inculturación' y 'sinización', se refieren entre sí sin confusión y
sin oposición», dijo el cardenal Parolin en 2019.
Un obispo chino, el obispo
John Fang Xingyao de Linyi en la provincia de Shandong, dijo en noviembre de
2019 que «el amor por la patria debe ser mayor que
el amor por la Iglesia y la ley del país está por encima del derecho canónico.
»
A semejante argumento, el
cardenal Zen advierte que la política del Partido Comunista Chino de «sinización» de la religión «no es lo que entendemos por inculturación, es la
religión del Partido Comunista, done la primera divinidad es el país, el
partido, el líder del partido». «¿Cómo puede el Muy Eminente decir que
todo esto no tiene nada que ver con el acuerdo? ¿Se puede cortar la vida
en pedazos?».
El cardenal también acusó al
cardenal Parolin de manipular al Papa Francisco sobre el acuerdo.
«Me preguntarán:
¿dice usted que el cardenal Parolin manipula al Santo Padre? Sí, no sé por
qué el Papa se deja manipular, pero tengo pruebas para creerlo y eso hace que
sea menos doloroso y repugnante criticar a la Santa Sede».
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