¿Qué hacer frente al Halloween?, una lista de ideas que creemos son útiles.
Por: ApostolesDeLaPalabra.org | Fuente:
ApostolesDeLaPalabra.org
Veinte medidas prácticas
para padres de familia, escuelas y parroquias
1) Como cristianos,
no mantenerse apáticos ante el tema. "Hacerse
de la vista gorda" es un modo de convertirse en cómplice.
2) Comenzar
a llamar a las cosas por su nombre, en lugar de tratar de disfrazarlas. Los
obispos de muchas partes del mundo han sido claros: la
fiesta del Halloween tiene un trasfondo de ocultismo. El arzobispado de
México señaló en 2007 que, "si buscamos ser
fieles a nuestra fe y a los valores del Evangelio, debemos concluir que la
fiesta del Hallowen no sólo no tiene nada que ver con la celebración que le dio
origen [la de Todos Santos], sino que incluso es nociva y contraria a la vida
cristiana".
3) Hacer
conciencia de que es una contradicción que, por un lado, se eduque a los niños
para que aprendan a respetar a los demás, pero en Halloween, con el "dulce o travesura", se esté aceptando y
hasta justificando que una vez al año se haga mal al prójimo si éste no cumple
caprichos.
4) A los
niños pequeños hay que explicarles de manera sencilla y clara, pero firme, lo
negativo que hay en el Halloween y su festejo. Es necesario explicarles que
Dios no quiere que nos identifiquemos ni con brujas ni con monstruos, pues
somos hijos de Dios. La enseñanza para niños mayores, adolescentes y
jóvenes debe ser mucho más completa, evidenciando las prácticas satánicas de la
religión celta de los druidas, en la cual se inspiran todos los elementos
propios de la actual fiesta de Halloween, y mostrar con las Sagradas Escrituras
cómo esto se opone tajantemente a la voluntad de Dios. Entre las citas bíblicas
que conviene incluir figuran Ex 22, 17; Dt 18, 10;
Lv 19, 26 y Lv 20, 6. El Catecismo de la Iglesia Católica, números del 2111 al 2117, son también indispensables en esta
educación.
5) En las
catequesis y demás enseñanzas relativas a esa fiesta es buena idea que los
niños inviten a sus amigos, para que se atenúe el impacto de rechazo social que
sufrirán los primeros por no celebrar Halloween, y sus compañeros entiendan por
qué no participan.
6) El día
31 de octubre, pero no por la noche, se sugiere invitar a un sacerdote a las
escuelas católicas, o a asistir a la propia parroquia, para que, después de una
breve enseñanza, se bendiga a los niños y adolescentes. Por la noche es
conveniente que no salgan a la calle y que tampoco vean películas de terror ni
programas de TV del Halloween (Nota: todas las caricaturas y series de
televisión tienen al menos un capítulo relativo a la promoción de la "noche de brujas", la solución: comprar
una película para verla en familia).
7) Cada
familia puede reunirse esa noche para que todos juntos vean alguna película en
DVD que realmente aliente la conciencia cristiana. Si en la familia hay niños
pequeños, hay opciones en dibujos animados como Los niños y el sol (sobre las
apariciones de la Virgen a los niños de Fátima), Príncipe de Egipto (la
historia de Moisés y el Éxodo), José, rey de los sueños (sobre el hijo de
Jacob), El Hombre que hacía milagros (película sobre Cristo, hecha con muñecos
de plastilina), Juan Pablo II, amigo de la humanidad, etc. Si los hijos son
adolescentes o jóvenes, el panorama es mucho más ancho: en las librerías
católicas es posible conseguir películas acerca de la vida de santos (¡Cuidado!, en algunas de estas librerías se han
colado cintas como Amén, que difama a Pío XII y a la Iglesia, y Juana de Arco,
interpretada por Milla Jovovich y dirigida por Luc Besson, en la que se niegan
las experiencias sobrenaturales de la santa francesa).
8) Si la
familia quiere dar algo a los que tocan a su puerta "pidiendo"
Halloween, en lugar de darles dulces -sería un modo de complicidad con
la fiesta, además de que el 50% de los niños de nuestro país ya padece
obesidad- se les podrían obsequiar estampitas de santos; éstas pueden comprarse
también en librerías católicas, pero otra opción sería bajar algunas de
internet, ponerles una breve biografía e imprimirlas.
9) En el
caso de hijos jóvenes o adolescentes, no es conveniente que esa noche asistan a
fiestas, ya que es una fecha en la que suele aumentar el número de delitos: es
más fácil que la gente que porta un disfraz y que, por tanto, de algún modo
aparece "velada" frente al mundo,
se desinhiba y realice actos malos que en su vida normal no realizaría.
Recuerden, papás y mamás, que los tiempos de ahora son más peligrosos que
cuando ustedes eran adolescentes, y que por eso sus hijos ya no pueden hacer
todo lo que ustedes hacían.
10) Para
evitar que sus hijos jóvenes corran peligro al salir, no se vale que presten su
propia casa para la fiesta: con ello están haciendo que otros jóvenes salgan de
las suyas para ir a la de ustedes y que igual se expongan a los peligros de esa
noche. Además, haciendo la fiesta en casa ¿no
sería, finalmente, hacerle el juego al Halloween? Al abrir las puertas
de la casa a la "noche de brujas", ¿a
quién creen que están invitando en realidad?
11) La
mayoría de las escuelas privadas -católicas o laicas-, con el pretexto de ser
bilingües y, supuestamente, biculturales, han adoptado casi todas las
costumbres de Estados Unidos -aunque la escuela se llame "francesa", "suiza",
"canadiense", "alemana", etc.-, y especialmente han
tenido mucho de la culpa de que el Halloween se extienda en el mundo entero.
Hoy se les propone algo diferente:
a) Que
dejen de prestar sus instalaciones para este tipo de actos.
b) Que
declaren pública y abiertamente que el mandato constitucional es el de "proporcionar una educación nacionalista", y
que la celebración del Halloween, el 4 de julio o el Thanksgiving atenta contra
la identidad.
c) Que de
manera individual o colectiva los colegios soliciten a la Secretaría de
Educación Pública que se prohiba abiertamente la celebración del Halloween en
todas las escuelas del país.
12) Así
como no es necesario que busquemos una "alternativa"
a la fiesta musulmana del Ramadán, o a la fiesta judía del Yom kippur,
tampoco existe una verdadera razón para tener que hacerlo con la fiesta
del Halloween. Aun así, para padres que no puedan resignarse a dar un "no" definitivo a la fiesta del 31 de
octubre, al menos se les sugiere lo siguiente:
a) Que los niños se disfracen de santos o de
personajes de la Biblia.
b) Que en lugar de pedir, obsequien algunas
cosa. Por ejemplo, que preparen tarjetitas con mensajes cristianos (hay bonitos
"separadores" en las librerías
católicas), y que toquen a las casas y los regalen a la gente diciendo algo así
como: "Le regalo esta …. (estampa, separador,
tarjeta, etc.) porque mañana es el Día de Todos los Santos, una fiesta muy
importante para nosotros los cristianos".
c) Que los niños, por ningún motivo, salgan sin
la constante vigilancia de un adulto.
13) Hay
que "rescatar" la celebración del
Día de Todos Santos. En la Iglesia esta fecha tiene rango de "fiesta de guardar", pero como en México
las autoridades políticas no permiten faltar a la escuela o al trabajo para
asistir a la Eucaristía, se dispensa a los católicos de su cumplimiento. Sin
embargo, se recomienda:
a) En los templos, dar atención especial a las
Misas de ese día; no hay por qué conformarse con las que de ordinario se
celebran entre semana. Búsquense horarios realmente adecuados para que el Día
de Todos Santos acuda a Misa la mayor cantidad posible de fieles.
b) Las escuelas católicas pueden pedir a un
sacerdote que celebre la Eucaristía en sus instalaciones.
c) Las familias harían bien en renunciar a un
rato de descanso vespertino para participar en la Santa Misa. Ése será siempre
el mejor modo de glorificar a Dios por su triunfo en la vida de los santos.
14) La
fiesta de Todos Santos puede prepararse con bastante anticipación. Fray René
Alcocer Sáenz, O.F. , de la Rectoría de Cristo Rey de la Paz, de la ciudad de
México, y fundador de la Fraternidad Sacerdotal de Oblatos Franciscanos en la
ciudad de Monterrey, comienza el 1º de octubre, fiesta de santa Teresita del
Niño Jesús. Ese día entrega a los fieles unas papeletas conteniendo el nombre
de un santo. Cada uno tiene la tarea de buscar una estampita y la historia del
santo que les había tocado, además de imitar durante todo el mes alguna de sus
virtudes y hacer alguna oración en familia, por ejemplo el rezo del Santo
Rosario. Para cuando llega el 1º de noviembre ya todos están familiarizados con
ese santo.
15)
Otra opción -para el catecismo o para las escuelas- es que a los alumnos se les
encomiende buscar una imagen y datos del santo al que fueron encomendados el
día de su bautizo -por desgracia, hoy muchos niños y jóvenes tienen nombres no
cristianos; en tal caso se les pide que escojan a un santo al cual deseen
convertir en su patrono personal-; en una fecha determinada, todos hablarán
brevemente de la vida de su santo.
16) En
casa se puede invitar a todos los miembros de la familia a prepararse con
anticipación a la fiesta de Todos los Santos eligiendo algún santo como patrono
de la familia. Todos habrán de investigar datos sobre el santo, y los
compartirán en una reunión que hagan el 1º de noviembre.
17)
Si se quiere que la fiesta de Todos Santos salga de los confines familiares,
puede invitarse a los amigos de los hijos.
a) Para ambientar el lugar pueden adquirirse estampitas con imágenes
de santos para regalar a los invitados; adornar la mesa con tarjetas con
versículos de la Biblia relativos a la santidad, incluso se pueden poner
letreros en las sillas con nombres de santos.
b) A los
platillos se les pueden poner letreritos con nombres adecuados a la ocasión: "emparedados celestiales", "galletas
de los diez mandamientos", "malteadas angelicales" etc. Para
ello aproveche sus recetas favoritas y sólo cambie el decorado, haciéndolo
alusivo a la ocasión.
c) Use
su inventiva para organizar juegos y competencias que involucren a los niños en
conocer mejor a los santos, a los personajes de la Biblia, los mandamientos,
las obras de misericordia, etc.
18) Para
la Iglesia el Día de los Fieles Difuntos no es fiesta -ni fiesta de guardar-
sino conmemoración. La intención principal de este día es orar y hacer
penitencia por los difuntos para que, si aún no entran a la gloria del Cielo,
nuestras intercesiones ante Dios sirvan para apresurar ese momento. Por tanto
se recomienda:
a)
Anotar los nombres de los familiares y amigos difuntos en la lista que todos
los templos parroquiales y capillas ponen a disposición de la feligresía, para
que sean recordados en las celebraciones eucarísticas.
b) De
ser posible, asistir a Misa.
c) Rezar
en familia por los parientes muertos. La oración del Rosario sería muy
conveniente.
19) Las
tradiciones nacionales, (por ejemplo en México se tiene el pan de muerto,las
calaveritas de azúcar, las calaveras (poemas) y los altares de muerto), no
tienen relevancia en la vida cristiana, pero son adecuadas como preservación de
la identidad patria siempre y cuando no se contaminen con ideas paganas. Es un
grave error, por ejemplo, decir que la noche entre el 1 y el 2 de noviembre el
muerto al que se le dedica el altar "viene"
del otro mundo y se come su comida favorita. Tampoco se vale tomar ese
día de pretexto para vestir a los niños de mamarrachos y salir en la noche
pidiendo casa por casa.
20) En unos cuantos colegios católicos de
Querétaro, México, el tradicional "altar de
muerto" es dedicado a personas de innegable vida de santidad y, a
la vez, cercanos la experiencia de los alumnos (por ejemplo, a la madre Teresa
de Calcuta o a Juan Pablo II), o bien a los niños no nacidos a causa del crimen
del aborto, este cambio ha tenido un impacto inesperadamente positivo y
evangelizador que realmente vale la pena imitar adaptándolo a la tradición
existente en cada país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario