PIDIÓ A DIOS «SER TU VOZ EN LA FORMA QUE PREFIERAS».
«Se habló mucho
en las noticias sobre el voto demócrata, el voto católico y cómo Joe Biden es
un buen católico pese a su apoyo al aborto legal. Además, en la convención
participaron un sacerdote y una religiosa, y temí que los católicos se
confundieran por su apoyo. Como médico y católica, religiosa y ser humano, creo
que el aborto legal es el asunto más crítico para nosotros, y entonces me
angustió lo que escuché».
(EWTN/InfoCatólica) La religiosa, cirujana y
militar retirada sor Deirdre Byrne explicó por qué asistió a fines de agosto a la Convención Republicana
Nacional en Estados Unidos, y precisó que su presencia no
constituye ningún tipo de adhesión a ese partido.
En entrevista concedida
al National Catholic Register el 3 de septiembre, la religiosa explicó que «durante la Convención Demócrata Nacional la semana
anterior, se habló mucho en las noticias sobre el voto demócrata, el voto
católico y cómo Joe Biden es un buen católico pese a su apoyo al aborto legal.
Además, en la convención participaron un sacerdote y una religiosa, y temí que
los católicos se confundieran por su apoyo».
«Como médico y
católica, religiosa y ser humano, creo que el aborto legal es el asunto más
crítico para nosotros, y entonces me angustió lo que escuché».
Tras reflexionar y rezar sobre
varias situaciones que tienen que ver con la defensa del no nacido como la
batalla legal de las Hermanitas de los Pobres contra el mandato abortista de
Obama, lo ocurrido con el adolescente Nick Sandman durante una Marcha por la
Vida y la posterior viralización de un video sacado de contexto; la religiosa
pidió a Dios «ser tu voz en la forma que
prefieras».
Después de eso «recibí una llamada de la Casa Blanca pidiéndome que
hable. Como religiosa, sabía que no podía adherir a cierto político, pero investigué
y vi que la hermana Simone Campbell dijo que ella había hablado en la DNC
(Convención Democrática Nacional) tres veces y que ella apoyó el aborto en
algunos casos. Hablé con nuestra provincial y ella aprobó mi presencia porque
yo iba a defender a los no nacidos».
Tras su participación, dijo,
ha recibido llamadas de gente que le agradece y otros que la han criticado por «agradecer al presidente por el trabajo provida que ha
hecho. Esto ha llevado a acusaciones de que lo estoy apoyando y yo no estaba
esperando esta respuesta para nada. Yo solo hablé de hechos concretos, no de
adhesiones».
Sobre su frase «pro vida eterna», sor Deirdre comentó que «nos preparamos para la vida eterna siguiendo las
enseñanzas del Señor. En primer lugar, estamos llamados a cuidar a los más
vulnerables y no se puede ser más vulnerable que los no nacidos. Y tenemos que
cuidar a los pobres y los hambrientos. Como recordaba la Madre Teresa: ‘lo que
hiciste a mis hermanos me lo hicieron a mí’».
«Tenemos que
estar en gracia para llegar al Cielo y el sacramento de la reconciliación nos
da la oportunidad de reflexionar en nuestros pecados. Dios quiere que seamos
santos».
La religiosa compartió también
que «mi corazón está con los no nacidos» y por eso en Estados Unidos «ayudo en
un programa que sirve a las mujeres que quieren revertir un aborto» con
fármacos, llamado Abortion Pill Reversal (Revertir un aborto con fármacos).
«Cuando me
contactan ofrezco ayuda a la joven mujer y respondo sus preguntas. Luego receto
medicina: una dosis alta de progesterona, que se usa para inundar el cuerpo y
competir con el mifepristone, conocido también como RU486, que acaba con la
vida del niño. Me reúno con la mujer uno o dos días después para ver cómo está
en lo médico y espiritualmente y hago un ultrasonido para asegurar que todo
está bien con el niño. Más de la mitad de los niños de estas mujeres sobreviven
y están saludables».
La religiosa contó además que
en su familia «mi padre era cirujano, mi mamá se
quedó en casa para criarnos a tres niñas y cinco niños. Ellos sacrificaron todo
por nuestra fe y educación. Mamá y papá iban diariamente a Misa y rezaban el
Rosario regularmente».
Tras comentar que su convento
en Washington «es predominantemente una misión
médica», sor Deirdre dijo que «mi corazón me
duele por los que no tienen fe en un Dios amoroso. Sin embargo, para los que sí
creemos, el tiempo del COVID19 nos ha hecho más fervorosos en la fe».
«Nuestra
comunidad se ha enriquecido espiritualmente durante este periodo, pasando más
tiempo en oración ante la Eucaristía, y hemos podido cuidar a los pobres que
han experimentado gran sufrimiento físico y financiero», continuó.
Para concluir, sor Deirdre
Byrne dijo al National Catholic Register que «hay
ahora una batalla espiritual. El demonio es real y por eso me sentí llamada a
sostener mi rosario durante mi discurso en la Convención Republicana Nacional
alentando a todos a rezar y mucho. Así lucharemos y venceremos esta batalla».
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