¿POR QUÉ EMBORRACHARSE ES
PECADO?
Hoy
en día es muy frecuente encontrarnos con muchos jóvenes que esperan con ansias
la llegada del fin de semana para irse de botellón, para emborracharse y ver la
vida con “otros ojos”, con los ojos del alcohol. Ahora bien, como católicos que
somos estamos llamados a la moderación y a practicar la virtud de la templanza
frente a los vicios, por ello puede surgir la pregunta ¿Es pecado tomar
alcohol? Intentaremos dar una respuesta a esta pregunta en este artículo.
EL ALCOHOL A LA LUZ DE LAS ESCRITURAS
Un estudio de la Biblia
sobre este tema arroja 2 ideas fundamentales que debemos tener en cuenta:
1)La Escritura no condena el tomar alcohol con moderación.
2)La Escritura condena como actitud pecaminosa la embriaguez o
borrachera.
Pasaremos a citar
algunos textos de la Escritura sobre el alcohol:
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y
de tus frecuentes enfermedades. 1Tim 5,23
Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde
era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al
esposo,10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya
han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta
ahora. Juan 2,9-10
Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad
porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro
Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Yavhe es vuestra fuerza. Nehemias 8,10
Estos
versículos nos enseñan que el pueblo de Israel y los apóstoles en las fiestas,
bodas y momentos de alegría tomaban alcohol pero con moderación y también que
se puede tomar alcohol para ayudar a hacer bien la digestión como aconseja
Pablo a Timoteo.
Sin
embargo lo que no está permitido es la embriaguez o borrachera, así tenemos el
primer caso de embriaguez relatado en las Escrituras el de Noé, que dio un
espectáculo horrendo al quedarse desnudo en su finca y tuvieron los hijos que
ir a taparle.
20 Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una
viña;21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de
su tienda.22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo
dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.23 Entonces Sem y Jafet tomaron
la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás,
cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no
vieron la desnudez de su padre. Gen
9,20-23
Pues bien
aquí se relata uno de los frutos de la borrachera: el escandalo público,
ofender a los demás además de hacerse daño a uno mismo Gracias a dos de sus
hijos Noé fue cubierto y evitó generar más escándalo de lo necesario, y es que
el alcohol en exceso nos hace perder el control, esto fue lo que le paso a Noe.
También san Pablo
condena la embriaguez y borracheras:
Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1 Cor 6,10
Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no
en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, Romanos 13,13
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gal 5,21
Por lo
tanto, lo que es pecado mortal, es caer en borracheras, según la doctrina
paulina, los borrachos no entraran el reino de los cielos a menos que dejen de
practicar estos vicios dañinos para la salud.
¿QUÉ
ENSEÑARON LOS SANTOS PADRES?
Siguiendo la misma
enseñanza de las Escrituras, los santos padres condenaron la borrachera, pero
no el tomar licor con moderación, pondremos algunos ejemplos:
CLEMENTE
DE ALEJANDRIA EN SU OBRA PEDAGOGO, LIBRO II CAP 26:
26.1. Así, puede verse a algunos
de ellos medio borrachos, tambaleándose, llevando coronas en el cuello, como las urnas funerarias, escupiéndose
mutuamente vino, bajo pretexto de brindar a su salud. A otros, puede vérseles
completamente ebrios, sucios, pálidos, con la mirada lívida, y añadiendo por la
mañana una nueva embriaguez sobre la del día anterior.
26.2. Es bueno, amigos, bueno de verdad, que tras presenciar -pero, a poder
ser, lo más lejos posible- estas imágenes ridículas y a la vez lamentables,
adoptemos una actitud y una conducta mejor, por el temor de dar un día nosotros
también un espectáculo parecido y ser ocasión de burla.
26.3. Se ha dicho, y no sin razón, que "como el fuego prueba el
temple del acero, así el vino prueba el corazón de los soberbios en la embriaguez"
(Si 31,31). Ésta es un uso excesivo de
vino, mientras que la crápula es el estado al que se llega por los
desórdenes de ese abuso; la borrachera
(= crápula) es ese estado repugnante y desagradable que se deriva de la embriaguez, y que recibe tal nombre
por el bamboleo de la cabeza.
San
Agustín, epístola 29:
Devolví el códice del Éxodo y desenmascaré, cuanto el tiempo lo permitía, el pecado de la embriaguez. Abrí las
cartas de San Pablo e hice constar entre qué pecados la menciona, leyendo aquel
pasaje: si algún hermano es condenado como fornicario, idólatra, avaro,
maldiciente, borracho o ladrón, con el tal ni probar bocado6. Les expuse gimiendo cuánto peligro hay en participar de la mesa de los que se embriagan en
sus casas.
San Juan Crisóstomo en
su Homilia 57, indica que el problema no es el vino sino el mal uso que se hace
de este, aconseja tomar vino pero siempre con moderación:
Por ejemplo, escucho a muchos decir, cuando ocurren estos excesos, "¿Ojalá no hubiera vino?" ¡Oh
locura! ¡Oh locura! Cuando otros hombres pecan, ¿hallas tú falta en los dones
de Dios? ¿Y qué gran locura es esta? ¿Qué? ¿Produjo el vino, oh hombre, este mal? No el vino, sino la
intemperancia de los que se deleitan en él. Entonces di: "¿No
habría embriaguez ni lujo?" pero si dices: “¡Ojalá no hubiera vino!”,
dirás, avanzando gradualmente, “Ojalá no hubiera acero a causa de los asesinos;
ninguna noche, a causa de los ladrones; sin luz, por culpa de los informantes;
ninguna mujer, a causa de los adulterios "; y, en una palabra, destruirás
todo.
Pero no lo hagas; porque esto es de una mente satánica; no critiques el vino, sino la embriaguez; y
cuando hayas encontrado sobrio a este mismo hombre, esboza todas sus faltas de
honradez y dile: Se ha dado vino para que estemos alegres, no para que nos
comportemos indecorosamente; para que podamos reírnos, no para que seamos el
hazmerreír; para que estemos sanos, no para que estemos enfermos; para que
podamos corregir la debilidad de nuestro cuerpo, no abatir el poder de nuestra
alma.
¿QUÉ
HA ENSEÑADO LA IGLESIA?
Nada mejor que acudir
al Catecismo para aclarar la enseñanza oficial de la Iglesia:
2290 La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de
excesos, el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco y de las medicinas.
Quienes en estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen
en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras, en el
mar o en el aire, se hacen gravemente culpables.
Concretamente
contra el pecado de la embriaguez el cristiano debe poner en practica la virtud
de la templanza. ¿Qué es la templanza? la
templanza es la virtud que regula la sensualidad concupiscible, liberándola de
los excesos o defectos de una inclinación sensible desordenada. (Síntesis de Espiritualidad Católica-JM Iraburu). La propia
escritura nos habla de la templaza en el libro de Sabiduría:
Si alguien se comporta con rectitud, las virtudes serán el fruto logrado
de la misma; porque ella enseña templanza y prudencia, además de justicia y
fortaleza; nada hay más útil en la vida humana. Sabiduría
8,7
Templanza,
prudencia, justifica y fortaleza son las virtudes citadas en este pasaje del
libro de Sabiduría y son lo más útil para la vida humana. En efecto, sin la práctica
de estas cuatro virtudes cardinales, nos es imposible regular todas las demás y
por tanto vivir en santidad cristiana. Por ello todo aquel que se vea tentado a
emborracharse ha de practicar la templanza, pidiéndole al Señor ayuda para
practicarla bien.
También
teólogos de renombre expertos en teología moral han hablado sobre la
embriaguez, como vicio opuesto a la Sobriedad y a la virtud de la templanza tal
es el caso del dominico Royo Marin, en su obra: “Teología
Moral para seglares” dice:
- 2. Vicio
opuesto: embriaguez. A
la sobriedad se opone directamente el vicio de
la embriaguez, que es uno de los más vergonzosos y degradantes.
Consiste en el exceso voluntario en la bebida embriagante por mero
placer, hasta la privación del uso de la razón. Esto supuesto, he aquí los
principios fundamentales en torno a este pecado de embriaguez:
1º. La embriaguez perfecta plenamente voluntaria y por mero placer
es siempre pecado mortal.
He
aquí las pruebas:
68 P.II.
MORAL ESPECIAL
LA
SAGRADA ESCRITURA: «No os engañéis; ni los fornicarios, ni los idólatras..., ni los
beodos... poseerán el reino de Dios* (r Cor.
6,9-Ic). Hay otros muchos textos (cf. Gal.
5,21; Rom. 13,13 ; Lc. 21,34; Is. 5,11, etc.).
LA
RAZÓN TEOLÓGICA. Repugna gravemente a la recta razón que el hombre, por
puro placer y sin necesidad alguna, se prive voluntariamente del uso de la
razón y de la facultad de recuperarla en seguida para usarla en un acto
importante que puede surgir de improviso. Añádase a esto los graves peligros a
que expone su misma vida, los males de todo orden que de ella se siguen y los
bienes—a veces obligatorios—que se omiten durante ese lamentable estado.
Por todo
lo cual, podemos concluir que tomar alcohol no es pecado, pero la embriaguez
por mero placer si es pecado mortal. Practiquemos la virtud de la templanza
para no caer en estos vicios.
Por Jesús Urones
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