Ataques
constantes contra cristianos e hinduistas
Los episodios de
violencia contra las minorías religiosas cristianas e hindúes continúan en
Pakistán -rara es la semana que no se produce algún ataque- y suscitan
indignación en el sector no fundamentalista de la sociedad civil, que sigue
viviendo el confinamiento por la emergencia del coronavirus.
(ACN/Fides) Irónicamente, la violencia
tiene lugar mientras sigue el debate abierto sobre la nueva Comisión para las Minorías Religiosas,
recién creada dentro del gobierno. Actualmente, las ONG locales e
internacionales, como
Human Rights Watch, lamentan que el
gobierno pakistaní ha excluido de la Comisión a la comunidad Ahmadí, considerada como una «secta»
del islam sunita, y piden que el organismo sea
verdaderamente inclusivo e independiente.
Según informa la Agencia
Fides, en los últimos días, el pastor cristiano protestante
Haroon Sadiq Cheeda y su familia fueron brutalmente golpeados y obligados a abandonar la zona donde
vivían, en la ciudad de Rahim Yar Khan, en
la provincia pakistaní de Punjab.
En los días anteriores, siete islamistas armados atacaron
la «Iglesia de la Trinidad Pentecostal» en la zona de Kala Shah Kaku en el distrito de Sheikhupura, también en Punjab.
El pastor Samuel
Hidayat, que dirige el culto en este templo, ha declarado a Fides: «Ha sido un shock escuchar a estos
fundamentalistas cantando consignas sobre quemar la iglesia y los
cristianos que viven en la colonia circundante. Han roto la pared posterior de la Iglesia, la puerta
principal y la cruz en la entrada de la puerta». El pastor Samuel cuenta
que el ataque pudo ser frenado por la policía, que detuvo a varios hombres por
daños contra un lugar de culto y agresión. Haroon Imran Gill, miembro
cristiano de la Asamblea Provincial de Punjab, comenta: «Condenamos este
ataque contra la Iglesia y los grupos cristianos. Es triste que los lugares de culto y las minorías
religiosas sean atacadas incluso durante este período de bloqueo debido a la
epidemia de COVID-19. La policía ha detenido a dos de los atacantes, pedimos
justicia».
Atacados un cementerio cristiano y la casa de un
político católico
También en Punjab, un cementerio cristiano de 100 años de antigüedad en Khanewal ha sido atacado por radicales que
querían apropiarse indebidamente de esa tierra, destruyendo muchas de las
tumbas. El cementerio ha podido salvarse gracias a la intervención inmediata
de otro miembro cristiano de la asamblea provincial, Ejaz Alam Augustine, quien informa: «Hemos conseguido
que la administración haga un muro en todo el perímetro del cementerio
para señalar los límites. Los cristianos son ciudadanos como los demás
y tienen los mismos derechos y la misma dignidad«.
Otro episodio inquietante es
el del abogado católico Khalil Tahir Sindu, miembro de
la Asamblea Provincial de Punjab,
que desde siempre defiende legalmente y protege a la comunidad
cristiana. Su casa en Lahore fue atacada por cuatro hombres
armados que dispararon
contra las paredes.
ATAQUES CONTRA
HINDÚES EN SINDH
Si la mayor parte de los
episodios de violencia contra los cristianos tienen lugar en Punjab, en
la provincia de Sindh, al sur de Pakistán, es el
epicentro de la violencia hacia los hindúes,
una importante minoría religiosa en esta parte del país. Recientemente, algunos
musulmanes de Hala, en el distrito de Mitiari, quemaron casas y golpearon a
hombres, mujeres y niños hindúes. En otro ataque en la aldea Tadados, 21 casas hindúes fueron incendiadas por
islamistas.
Rahat Austin, abogado y
activista de derechos humanos, declara a Fides: «Los
hindúes viven en Sindh desde hace más de mil años y ahora son tratados como
intrusos o seres inferiores. El
gobierno necesita medidas concretas para garantizar su protección, además de
unas condiciones de vida sostenibles y con todas las libertades». En su
manifiesto electoral de 2018, el partido Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), que
ahora gobierna en el país bajo el liderazgo del primer ministro
Imran Khan, había prometido comprometerse en la protección y
promoción de los derechos de todas las comunidades religiosas en el país.
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