Por
mantener la prohibición de la celebración de Misas con fieles
La Conferencia
Episcopal italiana (CEI) ha publicado ayer domingo por la noche un contundente
comunicado contra el Gobierno de Giuseppe Conte denunciando que agrede a la
«libertad de culto» por mantener la prohibición de celebrar misas con público a
la vez que permite la reapertura de otras actividades igualmente públicas.
(Agencias/InfoCatólica) El comunicado de la CEI indica
que «los obispos italianos no pueden aceptar ver
comprometido el ejercicio de la libertad de culto. Debería estar claro para todos que el compromiso de
servir a los pobres, tan importante en esta emergencia, proviene de una fe que debe
poder alimentarse de sus fuentes, en particular de la vida sacramental».
Los obispos advierten que «la Iglesia aceptó, con sufrimiento y un
sentido de responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para afrontar la emergencia de salud»,
pero ahora, «cuando se reducen las limitaciones asumidas para enfrentar la pandemia, la
Iglesia exige poder reanudar su acción pastoral».
«Se recuerda a
la Presidencia del Consejo y al Comité Técnico Científico el deber de
distinguir entre su responsabilidad, dando indicaciones precisas de carácter
sanitario, y la de la Iglesia, llamada a organizar la vida de la comunidad
cristiana, de conformidad con las medidas preparadas, pero en la plenitud de su
autonomía», concluye el
comunicado episcopado italiano.
Conte anunció ayer que desde
el próximo 4 de mayo se producirá una desescalada del confinamiento general
impuesto a toda Italia por la pandemia. Entre las actividades que se podrán
realizar por parte de los ciudadanos italianos no figura la participación en
ceremonias religiosas, salvo en el caso de funerales, en los que se permiten la
presencia de 14 personas.
La decisión de no permitir las
Misas y otros actos religiosos ha sido criticada por miembros del
propio Ejecutivo italiano. Las
ministras Igualdad de oportunidades y Familia, Elena Bonetti, y de Agricultura,
Teresa Bellanova, rechazaron lo que consideraron una «decisión
incomprensible».
Tras la reacción de la
Iglesia, el gobierno hizo público un comunicado en el que se indicaba que «el primer ministro toma nota de la comunicación del CEI
y confirma lo que ya había anticipado en la conferencia de prensa, que se
estudiará un protocolo en los próximos días que permitirá la participación de
fieles en las celebraciones litúrgicas en condiciones de máxima seguridad».
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