Tres policías armados irrumpieron en una iglesia en
París para detener una Misa que se oficiaba a puertas cerradas, con siete
personas incluido el sacerdote celebrante, hecho que suscitó la enérgica
respuesta del Arzobispo de la capital francesa, Mons. Michel Aupetit.
El hecho ocurrió el domingo 19 de abril en la
iglesia Saint-André-de-l’Europe, donde el P. Philippe de Maistre celebraba Misa
con otras seis personas. Desde el inicio de la cuarentena por el coronavirus y
como otros presbíteros también hacen, el sacerdote transmitía la liturgia por
redes sociales.
“Éramos siete personas: yo, un acólito, un
cantante, un organista y tres parroquianos para responder y hacer las lecturas.
A la mitad de la Misa tres policías armados entraron a la iglesia. Sin embargo
la autoridad como la de la policía en una iglesia es el padre. ¡Además de los
bomberos, la policía no puede entrar a menos que la llame el sacerdote!”, dijo el P. de Maistre al diario francés Le Figaro.
El sacerdote explicó que luego de la irrupción de los agentes, “decidí seguir la Misa pero la policía nos ordenó
detenernos. La jefa exigió detenerme e hizo que sus dos subordinados
procedieran. Mi acólito, también policía, quiso dialogar con ellos pero ellos
se fueron tras 20 minutos y luego de exigir que los tres parroquianos
salieran”.
El P. de Maistre fue a la comisaría, habló con el comisario y finalmente
se decidió no detenerlo. Sin embargo el sacerdote alertó que “se aprovecha de esta crisis para poner otra vez sobre el
tapete la libertad de culto”.
El Arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit, se pronunció sobre lo ocurrido
el 22 de abril en una declaración en Radio Notre Dame. “Los
policías entraron armados en la iglesia aunque existe la prohibición formal de
que la policía entre así en un templo. ¡No había terroristas! Hace falta
mantener la cabeza fría”, expresó.
“Un vecino, evidentemente amable como se podrán
imaginar, llamó a la policía diciendo que ‘había una Misa clandestina’. ¡Para
nada clandestina! Había una Misa porque la Misa se celebra todos los días.
Preciso que todavía tengo el derecho a decir Misa, con el mínimo de personas
para evitar desproporciones. ¡Es necesario detener el circo! Yo mismo celebro
Misa todos los domingos, también todos los días”, refirió
el Prelado francés.
Las normas del Gobierno francés para hacer frente al coronavirus no
exigen el cierre de los lugares de culto, sino que estos “no acojan reuniones de fieles”. “Solo se puede realizar
exequias con la familia más cercana con un límite de 20 personas y respetando
las distancias correspondientes”, precisan
Le Figaro consultó sobre lo ocurrido al Ministerio del Interior, desde
donde indicaron que “un ministro puede celebrar un
oficio pero a puertas cerradas, si es que tiene como fin ser transmitido en los
medios. El ministro de culto puede ser asistido por algunas personas si es
necesario, con la menor cantidad posible, para poder hacer el registro de la
ceremonia”.
Estas reglas, precisó el Ministerio, “pueden
adaptarse a cada localidad de acuerdo a las circunstancias propias”.
El 17 de marzo, el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa,
Mons. Eric de Moulins-Beaufort, dio a conocer algunas recomendaciones para
hacer frente al coronavirus, entre las que están que “ninguna
Misa puede tener asamblea, de la cantidad que sea, y si es así no puede
celebrarse”.
“Las Misas no están prohibidas”, pero “deben celebrarse a puertas cerradas,
sin presencia de fieles y respetando las respectivas distancias”, precisó
la Diócesis de París a Le Figaro.
“No consideramos una Misa como una reunión si es
celebrada a puertas cerradas por un sacerdote y sus vicarios”, agregó.
Le Figaro indicó finalmente que luego de una reunión de diversos líderes
religiosos de Francia, el presidente Emmanuel Macron estaría considerando
permitir el culto público a mediados de junio con la presencia limitada de
personas.
Redacción ACI Prensa
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