Estimados
lectores, ¡compañeros!: He leído vuestros comentarios y sí, creo que, al final,
todos hemos logrado saber cómo debió ser el nombre de Jesús mientras él vivió.
No escribí el post de ayer como una pregunta retórica para después decir lo que
ya sabía. Eso nunca lo hago aquí, en el blog. Tenía mis dudas, os leí y
encontré, por la noche, algo más de información.
La Biblia
Antigua Siriaca es de alrededor del año 200 y el nombre está escrito como Yeshu. La
coincidencia es perfecta con el Talmud que lo llama exactamente igual.
Desgraciadamente, ayer no copié la cita en la que se databa la primera mención
indudable de Jesús en el Talmud, pero me sorprendió lo primitiva que era. Hoy
he buscado esa cita y ya no la he encontrado.
Pero está
claro, Jesús no era llamado Yeshúa en su época. María no era llamada Miriam, sino María.
Solo hay
una cuestión que puede ser objeto de debate: ¿el
nombre era Yeshu o Yeshus? ¿La letra S se añadió al escribir el
texto griego porque los nombres masculinos solían acabar en S? (Ocurre,
usualmente, lo mismo en los nominativos masculinos latinos.) ¿O, desde el principio, estuvo la S en el nombre?
La
autoridad de la biblia siriaca debería bastar, corroborada por el Talmud. Pero
no olvidemos que la redacción de los Evangelios es anterior y allí se dice, por
parte del ángel: Su nombre es Iesus.
¿Es una helenización del nombre o es la versión más antigua del nombre y
la más fidedigna? ¿O Yeshú es una arameización del nombre y supone un cambio
respecto a la versión antigua? ¿En caso de duda, no deberíamos quedarnos con la
grafía más antigua?
La gente
dirá: “Lo aramaico debe ser lo verdadero”. Pero
si echamos una mirada a las lápidas funerarias de judíos de la primera mitad
del siglo I, los nombres griegos son muchísimos. Nombres griegos, no arameos.
Basta
mirar la lista de los sumos sacerdotes desde el 30 antes de Cristo hasta el
final de la vida de Jesús: Nos encontramos con
varios ben Fabus, con un ben Boethus, con un ben Theophile,
con un ben Camithus. No he hecho la cuenta, pero más de la mitad
tienen un cognomen que no es ni judío
ni arameo.
La S final del nombre de Jesús no se puede dar por
supuesto que sea una añadidura posterior. Es algo sujeto a debate. Pero, dado
que la primera fuente es el texto sinóptico, en principio, debería prevalecer
la grafía de la fuente más antigua. Y todavía más en un ambiente en el que la
terminación en S era normal en esa sociedad,
tanto en las clases altas como en las bajas. Las dos estaban muy helenizadas.
Así que, concluyendo, los nombres pienso que fueron
Jesús y María.
P. FORTEA
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