Estimado
Alfonso:
Muchas gracias por interesarte por mi salud. Y gracias a todos por
vuestra preocupación y oraciones. Hoy he ido al médico por la tarde, después de
dar algunas unciones en el hospital. La razón ha sido que notaba los pulmones
distintos, sobre todo esta tarde. No me duelen. Pero sí que notaba como una
cierta disminución de la capacidad pulmonar. Desde luego no me falta la
respiración, para nada. Pero si los hincho del todo, sí que me parece que no
están como antes. Además, si abro la boca e inspiro (por la boca), noto un
picor más abajo de la garganta y toso. Me ha tomado la temperatura y ha visto
que sí que tenía fiebre.
No me han
hecho la prueba del covid, cosa que me parece totalmente bien que la reserven
para casos que estén peor. Pero sí que me han hecho una placa. Sea dicho de
paso, el modo (casi militar, casi industrial) en que realizan las placas es
admirable. Han optimizado la organización para efectuar una cantidad de placas
a la hora, realmente, admirable. No tiene nada que ver esto con el procedimiento
para radiografías de pulmón que tenían hace un año. Enhorabuena.
Pues
bien, la placa ha salido bien. Mis pulmones están limpios. Aunque, como he
dicho, tengo en los pulmones una sensación nueva, distinta, que no la he
sentido en las tres semanas anteriores.
Así que
acordaos de mí en vuestras oraciones, ponedme en vuestras plegarias, en un
rinconcito, entre las que hacéis por el papa y por vuestro obispo. Pero cuando
paseo por urgencias y veo lo mal que lo están pasando algunas personas, casi
siento vergüenza de pedir por mí.
Vuelvo a
manifestar que la actuación del Gobierno de España en esta crisis ha sido
correcta. Veo que los responsables han hecho todo lo posible. No entiendo las
críticas llenas de odio que algunos les han dedicado. Desde un punto de vista
moral, que es el campo propio de los sacerdotes, no puedo entender ese intento
de buscar un chivo expiatorio.
Otra
persona me decía ayer que la crítica era un modo de socavar un gobierno que era
perjudicial para la nación. Pero no, no se puede instrumentalizar una desgracia
nacional como esta para buscar fines políticos. Moralmente, no resulta
aceptable.
LA
UNIÓN EUROPEA
Es cierto
que los países del norte de Europa no han aceptado ni una de las medidas
económicas que pedían España e Italia. El egoísmo ha primado.
Pero
tampoco le daría demasiada importancia a esa moralmente injustificable
decisión, porque el terremoto que se avecina va a superar cualquier línea de
financiación, cualquier ampliación de déficits, que ahora se aprobara. Da un
poco lo mismo lo que se añada a la cuenta del debe, el huracán provocará
una bancarrota pactada del sistema. Dentro de menos de un año, veremos si tengo
o no razón.
El
fracaso de la cumbre de mandatarios, lo único que demuestra es bajeza moral,
pero tendrá pocas repercusiones concretas. Eso sí, jamás pensé que ni en una
situación como la de ahora no tuvieran los políticos del norte un poco de mejor
corazón.
LOS
MÉDICOS
Las
declaraciones de un gobernador de Estados Unidos y de un ministro holandés son
repugnantes. Las declaraciones han sido muchas, pero, por ejemplo, Frits
Rosendaal, un responsable holandés de epidemiología declaraba:
En Italia, la capacidad de las UCI se gestiona de manera muy distinta [a
la neerlandesa]. Ellos admiten a personas que nosotros no incluiríamos porque
son demasiado viejas. Los ancianos tienen una posición muy diferente en la
cultura italiana.
No se me
ocurre un alegato mayor contra la eutanasia. Esas palabras valen por un
sermón... para hacer justo lo contrario.
Al menos,
y eso es un consuelo, los médicos de España e Italia luchan por salvar cada una
de las vidas que llegan hasta ellos, tengan la edad que tengan. Solo eligen a
quien aplicar los medios disponibles cuando lo razonable es hacer eso. Pero
mientras no haya que elegir, se intenta salvar a todos.
OTRAS
CONSIDERACIONES
La salud
de los seres humanos no puede considerarse una mercancía más abandonada a la
ambición del mercado.
No les
deseo nada malo a los defensores del darwinismo social (una teoría que siempre
falsa), pero, desde luego, los vientos que se van a levantar (y que van a
arrancar incluso los árboles) donde van a ser más espantosos será en los países
con menos solidaridad.
España,
Italia, Portugal, Francia serán más pobres que otros países. Pero, en la prueba
terrible que se avecina en el plazo de un año, sus estructuras se mantendrán
mucho mejor, mientras otras estructuras caerán al suelo estrepitosamente. Los
países menos egoístas, lo más solidarios, resistirán los vientos mucho mejor.
La belleza de la palabra solidaridad. Los países donde reina más el egoísmo, el
darwinismo social, les compadezco; se van a ver sacudidos por la Ley de la
Selva.
La presente crisis (sanitaria) va a ir seguida de
otras crisis, económicas y sociales. La situación que se avecina hay que
afrontarla desde san Francisco de Asís, no desde Darwin.
P. FORTEA
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