domingo, 1 de marzo de 2020

CUARESMA PARA NIÑOS


La vida de un católico está marcada por los tiempos litúrgicos.

Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net
Comenzamos la cuaresma, tiempo de preparación para la semana mayor. A veces pensamos que es difícil vivir la cuaresma en familia, porque nuestros hijos pequeños no podrán participar de las actividades propias de este tiempo.

Pero de nosotros depende que sea así, ya que podemos preparar un sinfín de actividades para involucrar a nuestros hijos desde pequeños, en este tiempo litúrgico que nos marca la iglesia, por eso aquí te dejo mis 5Tips para que nuestros hijos vivan una cuaresma diferente.

PRIMERO. Que sigan un calendario de cuaresma para niños.

Este calendario debe ser adecuado para los niños, debe ser atractivo y debe contener actividades de acuerdo a la edad de nuestros hijos.

Un buen ejemplo es el que nos presenta Flor y Canto. Santa María Reina de la Paz (www.florycanto.digital) ya que es a base de pequeños Videos diarios con un reto para cada día.
Existen otros materiales impresos que te pueden ser de utilidad, puedes usar el que mejor te acomode. El chiste es que les encante a tus hijos y por eso están dispuestos a realizar las actividades que en el calendario se les proponen.

SEGUNDO. Los niños también pueden hacer abstinencia.

El ayuno es obligatorio sólo para los mayores de edad y la abstinencia para los mayores de 14 años, pero nuestros hijos pequeños también pueden participar de esta actividad.

Hay diferentes tipos de ayuno y abstinencia, nuestros hijos pueden abstenerse de comer lo que les gusta, de jugar lo que más prefiere y pueden hacer ayuno de portarse mal.

Lo interesante es que ellos decidan qué es lo que van a ofrecer para prepararse durante la cuaresma y vivirla en familia.

TERCERO. Qué el ambiente de la casa nos hable de la Cuaresma.

La cuaresma es un tiempo de preparación, algunos piensan que es un tiempo de tristeza, pero en realidad no es así. Es un tiempo dónde debemos trabajar para corregir nuestros errores y mejorar como personas.

Nuestros hijos pequeños también pueden realizar actividades para prepararse. Y si les ayudamos con actividades familiares es mejor.

Durante la cuaresma podemos ponernos el reto de portarse bien, de ayudar más en casa, de rezar juntos el rosario, y de frecuentar los sacramentos.

CUARTO. Que hagan un dibujo por día basado en la Biblia.

Esta actividad les ayuda a nuestros pequeños a conocer un poco mejor la palabra de Dios, y a comprenderla mejor. Si hacen un dibujo cada día de la vida de Jesús, al terminar la cuaresma, sabrán qué es lo que se va a vivir en la semana Santa.

Si te fijas, es una forma muy adecuada para preparar a nuestros niños, y que vivan en plenitud el tiempo de la cuaresma.

Y QUINTO. Que intensifiquen la vida espiritual.

La cuaresma es un tiempo propicio para la oración, no como un castigo, sino como un medio para prepararnos para la semana mayor. Podemos enseñar a nuestros hijos más oraciones, a rezar el rosario, y a frecuentar los sacramentos.

Para esto tenemos videos, audios, dibujos, y un sinfín de materiales didácticos que nos puede ser de gran utilidad; el chiste es que nuestros hijos pequeños lo sientan divertido y atractivo.

Primero hay que lograr que se aprendan las oraciones, y después buscar que comprendan que la oración nos acerca a Dios, y por eso debe hacerse en un lugar especial, que ayuda al recogimiento del alma, y que nos permita hablar con Dios.

Por eso, si aún no tienes un altar familiar, es el tiempo perfecto para ponerlo. Una mesita, la Biblia, algunas imágenes de santos o de la virgen, y por supuesto una Cruz; serán suficientes para tener nuestro pequeño altar familiar.

La vida de un católico está marcada por los tiempos litúrgicos y es muy importante que nuestros hijos, desde pequeños, viva en este estilo de vida y se involucren en las actividades propias de cada tiempo litúrgico.

Ojalá que esta cuaresma nuestros hijos estén dispuestos a vivirla activamente y participando en las actividades que les hemos preparado, que estoy segura serán propicias para disponernos para vivir, después, la Semana Santa.

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