Crisis
por el coronavirus con más de 143.000 personas contagiadas
Después de
consultar con la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, Mons. Leonard Blair, Presidente del Comité de Liturgia de la
Conferencia de Obispos de EE.UU. envió una carta a todos ellos: los sacerdotes
no pueden confesar por teléfono celular ni tampoco delegar la unción de
enfermos al personal sanitario, ni en situaciones como la crisis por el
COVID-19
(NCReg/InfoCatólica) Con motivo de las
excepcionales circunstancias que vienen dadas por el cumplimiento de las normas
de prevención de contagio durante la pandemia de COVID-19, los sacerdotes y
obispos están demostrando tener una o una piadosa creatividad para acercar los
auxilios de las oraciones, devociones y también los sacramentos a los fieles.
Sin embargo, una carta enviada
por el Presidente del Comité de Liturgia de la Conferencia de Obispos Católicos
de Estados Unidos (USCCB), Mons. Leonard Blair, a los Obispos del país, recuerda
que hay límites establecidos por la disciplina de la Iglesia que deben ser
respetados a pesar de las circunstancias.
«Con respecto al
sacramento de la Reconciliación, está claro que este sacramento no se puede
celebrar a través de teléfonos celulares (móviles)», declaró Mons. Blair. «Además, en las presentes circunstancias los teléfonos
celulares no deben ser empleados ni siquiera cuando con ello se pretenda
amplificar la voz entre un confesor y un penitente que están dentro del rango
visual». El obispo recordó que el uso de estas tecnologías puede
conllevar riesgos contra el secreto de confesión.
Pero la Confesión no es el
único Sacramento en ser objeto de propuestas que van más allá de lo admisible. «Con respecto al sacramento de la Unción de Enfermos, no
es posible delegar la unción con óleo a otra persona, como un enfermero o un
médico», afirmó Mons. Blair.
Las personas que no puedan
acceder a la absolución sacramental, recordó, aún pueden realizar un acto de
contrición perfecta inspirada en el amor a Dios, según establece el reciente Decreto de la Penitenciaría Apostólica.
«Se
concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, sujetos a cuarentena por orden de la autoridad
sanitaria en los hospitales o en sus propias casas si, con espíritu desprendido
de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de
comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, o
del himno Akàthistos a la Madre de Dios, a la práctica piadosa del Vía Crucis,
o del Oficio de la Paràklisis a la Madre de Dios o a otras oraciones de las
respectivas tradiciones orientales, u otras formas de devoción, o si al menos
rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen
María, ofreciendo esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los
hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión
sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo
Padre), apenas les sea posible».
«La Iglesia reza
por los que estén imposibilitado de recibir el sacramento de la Unción de los
enfermos y el Viático, encomendando a todos y cada uno de ellos a la
Divina Misericordia en virtud de la comunión de los santos y concede a los
fieles la Indulgencia plenaria en punto de muerte siempre que estén debidamente
dispuestos y hayan rezado durante su vida algunas oraciones (en este caso la
Iglesia suple a las tres condiciones habituales requeridas). Para obtener esta
indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz»
CONSULTAS A LA
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO
Estas aclaraciones fueron
hechas con ocasión de las consultas hechas al prelado y llevadas a conocimiento
del Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Mons. Christopher Pierre, para su posterior remisión a la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Tras la consulta a Mons. Arthur Roche, Secretario del Dicasterio, el Nuncio
Apostólico refirió a Mons. Blair las citadas determinaciones, que han sido
comunicadas a los Obispos.
La Arquidiócesis de
Kansas City sugirió la semana
pasada que los sacerdotes podrían usar teléfonos celulares para amplificar las
conversaciones durante la confesión sacramental, si las políticas de
distanciamiento social requerían una distancia o barrera entre el sacerdote y
el penitente. La arquidiócesis dijo a los sacerdotes que los teléfonos
celulares serían confesados si el sacerdote y el penitente estuvieran a la
vista.
Algunos sacerdotes de otros
lugares de Estados Unidos también han sugerido el uso de teléfonos celulares
durante la confesión sacramental realizada con distanciamiento social.
Por otro lado, el viernes, la Diócesis de Springfield rescindió una política que habría permitido
al personal de enfermería ungir físicamente con óleo a los católicos que
buscaban la unción de los enfermos, mientras que los sacerdotes recitaban las
oraciones necesarias, si el contexto de un hospital prohibía el contacto
inmediato entre los sacerdotes y el enfermo católico.
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