El
Confidencial ha publicado un interesante reportaje firmado
por María Zuil en el que se explica con detalle el funcionamiento de una secta
que fluctúa entre lo comercial (siendo un timo
piramidal) y la Nueva Era. Una estafa que está difundiéndose mucho en
España e Iberoamérica, y por ello lo reproducimos a continuación.
ASÍ FUNCIONA
Lunes, 22.30 de la noche. Una
decena de mujeres de distintas provincias se reúne en torno a una cámara de
vídeo. Cada una en su salón, su cocina o su cuarto, se saludan a través de
Zoom, una aplicación de llamadas de vídeo grupal. En común tienen que todas forman parte del mismo “mandala”: un timo piramidal que se está
expandiendo por España.
Esa noche esta periodista se
hace pasar por “chispita”, el nombre que dan a
las que todavía no han dado el paso de convertirse en fuego y comprometerse con
el grupo, para lo que hay que aportar nada menos que 1.200 euros. “Nos han educado bajo el concepto de que el
dinero está siempre ligado a la deuda, a la hipoteca, a trabajar mucho…
Nosotras desde aquí trabajamos la
economía sagrada, que es la economía del regalo”, explica M., una de ellas, para convencerme a entrar en el
telar de los sueños o la flor de la abundancia, dos de los nombres que recibe
este sistema.
Ese dinero va para otra mujer T., que
es “el agua”, la punta de la pirámide, que
tiene un sueño por cumplir. En este caso, se trata de financiar la matrícula
del colegio de metodología Waldorf de sus hijos. Pero hay sueños para todos los
gustos, tantos como mandalas –también llamados
flores o telares– proliferan en España: hacer un viaje, reformar la
casa, montar obras de teatro o festivales, curar el cáncer de una amiga en
Estados Unidos, hacer un máster o invertirlo en obras benéficas.
ESQUEMA PIRAMIDAL
Cuando se consiguen ocho
mujeres fuegos, es decir, 9.600 euros, el círculo se cierra y todo el dinero se
entrega al agua en una ceremonia: “Nos
sentamos todas en círculo, leímos una carta, e hicimos la entrega. Tiramos el
dinero por los aires, frotándonos con él… Fue muy emocionante”, cuenta T. recordando
el momento en el que ella dio sus 1.200 euros. Si no es presencial, el dinero se manda camuflado por
correo o por transferencia con el asunto “regalo”, para
pasar desapercibido ante Hacienda.
“A
mí me lo contó mi prima y pensé que me quería meter una secta. Luego vi que era
todo tan bonito que vendí las pulseras de mis padres y saqué el dinero para
entrar”,
cuenta en la
charla una de las “hermanas mayores”, mujeres que
han superado el mandala y se quedan asesorando y aconsejando a las que siguen dentro.
Cuando cada flor se completa
–formada por 15 mujeres: ocho fuegos, cuatro
vientos, dos aires y un agua–, el grupo “gira” y suben de nivel;
los fuegos pasan a ser vientos de dos mandalas distintos, multiplicándose hasta
el infinito. O hasta que no queden más mujeres que atraer y pierdan su
dinero.
MISTICISMO, PSICOMAGIA Y MUCHA “CONFIANZA”
Eva (nombre ficticio) llegó a
pasar tres semanas en un telar de los sueños: “Una
muy buena amiga me lo comentó. Me dijo que se había metido en un grupo compuesto por mujeres en el que se
trabajaba mucho la ayuda mutua, la sororidad, y que todas estaban ahí para
cumplir sus sueños personales”.
Mientras lo pensaba, se fue de
viaje a otra comunidad autónoma, y otra chica le habló también de los telares.
Al volver a las islas baleares, donde vive, lo hizo una tercera: “Al final acabé entrando. Te lo venden como si fueras un poco especial, como si fueras la elegida
para entrar”.
Durante tres semanas estuvo
haciendo videollamadas diarias en las que el misticismo y la psicomagia lo
impregnaban todo. En los dos mandalas en los que El Confidencial se
ha colado para este reportaje, el argot se repite como un mantra. “El dinero es energía que se
puede mover desde el amor”, aseguran
las ‘tejedoras’ o ‘telarinas’. También creen
que formar parte de estos mandalas les ha ayudado a curar sus
enfermedades, empoderarse o atraer cosas positivas a su vida y sentirse
“completas”, más incluso que con
sus grupos de amigas.
LA “LÓGICA” DEL DINERO MÁGICO
Ninguna se cuestiona que sea
realmente, por la propia lógica de su funcionamiento, un timo piramidal
de libro. Y buscan todas las
explicaciones necesarias para reafirmarse: “Es
economía circular. Imagina un pueblo donde hay escasez y todos se deben dinero
a todos. Entonces llega un empresario con un billete de 500 euros. Ese billete
se lo da al del hotel para pasar la noche, quien se lo lleva corriendo al
carnicero al que le debe dinero, y este al ganadero, y el ganadero a su vez al
del hotel. Y cuando el billete vuelve, el empresario dice que al final no se
queda y se lleva los 500 euros. Todos han pagado sus deudas y el dinero sigue
circulando”.
Para Jesús Palau, economista
especializado en contabilidad y finanzas de la ESADE, esta explicación no tiene
ningún sentido: “En ese caso los activos y
los pasivos se igualan, podrían cancelarla simplemente porque es siempre la
misma cantidad. Pero esto es claramente un timo piramidal. El dinero no circula
y ya está: te dicen que se va a
multiplicar y para eso hace falta más gente que ponga más dinero. Es
exponencial, pero no lo quieren ver porque, claro, la ambición te ciega”.
Para que haya un solo mandala
hacen falta 15 personas, pero cuando el ciclo se reproduce 20 veces ya hay
creados medio millón de telares con casi ocho millones de personas implicadas,
de las cuales solo medio millón cobrarían dinero. En el nivel 23, ya harían
falta más personas para que el proceso continúe que población hay en toda
España (unos 67 millones). Y eso, contando a hombres y mujeres. Por ese motivo,
cuando el mercado se satura, son los de abajo los que se quedan sin opción de
conseguir el dinero prometido.
CREEN SER REVOLUCIONARIAS
Sin embargo, desde los
distintos telares “visitados” tienen un
argumentario con el que rebatir cada cuestionamiento a su sistema. No declaran a Hacienda, porque el sistema es
patriarcal. El proceso sólo fluye si crees en él. Si te comprometes, el
universo te lo devuelve… Además, la palabra “confianza” se repite hasta la saciedad.
Están convencidas de estar
haciendo historia y de tener atemorizados a los bancos con una idea
revolucionaria. En un vídeo que circula entre los grupos cerrados de Facebook,
una chica argumenta que no se trata de un timo piramidal, porque todos los
miembros se conocen entre sí: “Algo que no
pasaba en ETA, que sí era una estructura piramidal”, alega.
Otro vídeo apela directamente
al feminismo para justificarse: “Para
nosotras las mujeres es más difícil llegar a nuestros sueños porque somos
minoría en los puestos de decisión…”.
Otro, de Guadalajara (México) se defiende de las críticas y acusaciones del
engaño: “Eso es precisamente lo que el
gobierno quiere que creas […] El gobierno se ha encargado de difundir que esto
es un fraude en los medios”.
LAS HERMANAS MAYORES
Cada mujer cumple un papel
para que todo fluya. Los fuegos ponen el dinero; los
vientos son los que se encargan de “soplar” y atraer a nuevos miembros; las
tierras organizan los encuentros; y el agua es “cuidada” por el resto hasta que
llegue su regalo. Idealmente, el proceso debe durar tres semanas:
uno por fase, pero lo cierto es que en ambos casos llevaban varios meses para
conseguirlo.
Cuando un agua recibe su
regalo y sale del mandala puede “reciclarse” hasta
tres veces si ejerce de hermana mayor, es decir: recibir 1.200 euros cada vez
que una de sus fuegos se convierte en agua y así hasta dos ciclos más. Su
papel, supuestamente, es facilitar el proceso. Pero no siempre se cumple.
Ana (nombre ficticio) estuvo
en un mandala que se atascó y así fue precisamente como descubrió la trampa del Telar de los sueños: “Me di cuenta de que había hermanas mayores que
‘falseaban el sistema’. Empezaban nuevos telares y se ponían ellas en el inicio
de la pirámide, conseguían el dinero de los fuegos, se iban, y lo volvían a
hacer. Curiosamente nunca traían fuegos para nuestro mandala, pero sí para
otros que se completaban rapidísimo”.
De hecho, hay varios nombres
de hermanas mayores que se repiten en las experiencias de algunas víctimas,
como Aisa, Herminia, Nandy, Maya, o Randal… Esta última, de hecho, apareció en
una de las videollamadas que llevó a cabo esta periodista. “Hace un año que estoy ‘tejiendo’ y ya he sido dos veces
agua”, dijo esa noche, en la que
aseguró que llevaba tres zooms. De hecho, se jacta de haber podido dejar su
trabajo gracias al dinero que está ganando. “Gracias,
bellas, estoy completa”, se
despidió esa noche.
MANIPULACIÓN PSICOLÓGICA
De vez en cuando, los telares
quedan virtualmente para hacer una “quema de miedos”. En torno a su cámara, cada una prende en una
vela las cuestiones que les preocupan escritas sobre un papel. Así se crea
sentimiento de comunidad y pertenencia de grupo. “Todos los días mandaban mensajes de buenos días,
canciones, mensajes, fotos… Están siempre pendientes del Whatsapp y cuando no es
el calendario maya, son las lunas y los eclipses”, cuenta Eva.
Es curioso que, a pesar de ser obligatorio para entrar, apenas se habla de dinero. “Cuando cuestionabas algo, te decían que lo
hicieras en privado para no traer malas vibraciones. Y si no conseguías nuevas
mujeres es que estabas proyectando tus inseguridades y miedos. Era manipulación psicológica”, dice
una de las víctimas.
“Es
todo marketing”, añade el economista Palau. “Está
bien diseñado porque ni siquiera les prometen un retorno de la inversión, es
‘un regalo’ y lo visten con un halo de antisistema para hacerlo atractivo. En
realidad, la idea no es nueva, pero cuando se agota una manera de presentarlo,
se inventan otra”. De hecho, son
las propias tejedoras las que piensan que han recibido un regalo por poder
entrar en el mandala, aunque sean ellas las que han aportado 1.200 euros.
Eva cuestiona también la
filosofía que hay detrás: “Es un mecanismo psicológico perverso.
Te lo venden como un proyecto colectivo, de ayuda mutua, de feminismo, pero a
la vez tiene un toque muy individualista, ¿por qué tú tienes más derecho que
otra persona para cumplir tu sueño? Porque lo que está claro es que siempre va a haber alguien que pierda”.
En el mandala que encabeza
este reportaje entré a través de un grupo de Facebook donde captan a nuevos
miembros, aunque el sistema se cuida muy bien de intrusos moviéndolo solo por
círculos cercanos y utilizando, por ejemplo “los
nueve hilos”: promesas que adquieren al entrar como la confidencialidad,
el compromiso, la prudencia, o también, el amor al género femenino o esforzarse
para traer a más fuegos.
PREOCUPACIÓN EN IBEROAMÉRICA
El origen del Telar de los
sueños, dice su propaganda, está en África, en grupos de mujeres que se
apoyaban entre sí para fortalecer la comunidad. Al parecer, una canadiense lo
exportó a su país dándole la forma de regalos que tiene ahora. Otra leyenda
dice que surgió en Asia debido a la superpoblación. Sin embargo, es en Latinoamérica donde más ha arraigado, según las secuelas
que ha ido dejando.
Allí, son innumerables los
artículos y reportajes alertando de este timo. Hay víctimas que
han quedado arruinadas por invertir cifras exorbitadas de dinero. Hasta autoridades como la CONDUSEF de México (Comisión Nacional para la
Protección y defensa de los usuarios de Servicios Financieros) han puesto a la
población en alerta. En el estado mexicano de Sonora ya han reformado su código
penal para introducir penas de hasta 13 años de
prisión a quien organice esta actividad.
Azul González, de 29 años, es
mexicana y se metió junto con su hermana en uno de estos telares en la ciudad
de Torreón. Como no tenían el dinero necesario, otra mujer del mandala les hizo
un préstamo. El día de la ceremonia de entrega contó unas 400 personas: “Cada agua iba subiendo al estrado y recibiendo bolsas de
dinero”, recuerda sobre el
encuentro que tuvo lugar hace dos años.
“Aquí
en Torreón, rentaban salones de fiestas para los encuentros y no nos decían el
lugar hasta media hora antes”. Se suponía que a los 15 días llegaban a ser agua, pero las semanas
pasaban y nunca lo consiguieron. Lo que sí llegó fue la deuda que habían
contraído: “A mi hermana le acabaron embargando la casa porque se
cuadriplicó la cifra con los intereses. Yo estoy ilocalizable para que no me
llegue”, dice al teléfono. “Y el dinero pasó literalmente cinco minutos por nuestras
manos”.
INCONTABLES VÍCTIMAS
Cuando Ana, en España, quiso
salir, la única opción que le dieron es que encontrase a otra mujer que ocupase
su lugar. “¡Cómo iba a hacer eso! Convencer
a otra mujer para que confíe en un
sistema que ya sabía que era un engaño. Desde entonces muchas me
retiraron la palabra. Tanto amor y tantos cuidados, y mira”.
En otros países, como
Argentina, acabaron entrando hombres ante la imposibilidad de encontrar a
nuevas víctimas. También por pura necesidad y gracias a internet, el sistema
cruzó el océano hasta llegar a España y encontrar a nuevos acólitos. De hecho, la cantidad de 1.200 euros es precisamente el cambio
de 1.440 dólares, la cifra de referencia en los países
sudamericanos. Hasta aquí llega el misticismo: los cuatro dígitos suman nueve, número mágico según
las teorías místicas (1+4+4+0=9).
En Ibiza, donde todo lo
místico encuentra siempre su público, es donde el telar ha saltado antes a los
titulares. También, por ser una isla y agotarse antes la base necesaria para
poder seguir. Sin embargo, desde la Policía Nacional
aseguran no tener conocimiento de denuncias por este sistema.
Muchas mujeres no acuden a
comisaría por no enfrentarse con la mujer, hasta entonces de absoluta confianza
o incluso familia, que las introdujo. Otras, por miedo a represalias.
Y mientras, el telar sigue extendiéndose: “Todas
las mujeres deben conocer este movimiento, me parece que es revolucionario”, dicen en unos de los zooms. Mientras, al
teléfono, Eva se sincera: “Si cuento todo
esto es para que ninguna mujer más caiga en esto”.
Secretaría RIES
No hay comentarios:
Publicar un comentario