Los santos eran conscientes de su valor
infinito.
Las palabras del sacerdote convierten el pan y el
vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor: en la misa el sacrificio del Calvario
no se representa ni se rememora, se renueva.
Somos
muchos los católicos que vamos a Misa. Muchos se quejan de que no la entienden
plenamente. Muchos dicen aburrirse. Muchos nos distraemos. Muchos
buscamos a tal o cual cura porque nos gusta como habla y así ponemos equivocadamente
la homilía como centro de la Misa. Y para muchos, expresiones como “La Misa es el Cielo en la Tierra”, popularizada por el libro de Scott Hahn, nos resultan ajenas e incomprensibles.
Éstas
son algunas verdades que pueden ayudar a cambiar esas percepciones.
EL
INOCENTE
La Pasión
de Jesucristo fue el sacrificio del
inocente que se ofrece voluntariamente para salvar a quienes no lo fueron, a
quienes no lo somos y a quienes no lo serán. La Vida, la Bondad,
la Pureza y la Inocencia fueron entregadas al verdugo para salvar a la
Humanidad. La imagen del cordero llevado al altar del sacrificio, tan repetida
en el Antiguo y Nuevo Testamento (en el Apocalipsis de manera especial) lo
expresa perfectamente “Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías
53, 7).
En El sacrificio de Isaac, de
Pedro Orrente (1580-1645) se incluyen dos prefiguraciones del sacrificio de
Cristo: la del propio Isaac y la del cordero. Museo
de Bellas Artes de Bilbao.
EL
CALVARIO
“La Misa es el sacrificio de Cristo que se ofreció a si
mismo una vez y para siempre en la Cruz.” No es
otro sacrificio, no es una repetición. Es
el mismo sacrificio de Jesús que se hace presente. Es una
renovación incruenta del Calvario, es decir, una renovación sin repetirse el
sufrimiento que padeció Jesucristo en su Pasión. Pero Jesús se vuelve a
sacrificar con el fin de volver a redimir a la Humanidad. Así, en cada Misa,
Cristo es Redentor y la Humanidad es redimida.
La celebración de la misa por el Padre Pío, estigmatizado con las llagas
de la Pasión, nos recuerda de forma especialmente viva algo que es verdad para
cualquier misa oficiada por cualquier sacerdote: en ella se renueva (no se representa, no se recuerda: se renueva), solo que de forma incruenta, el
sacrificio del Calvario.
EL
CIRENEO
Cuando
asistimos a Misa, acompañamos a Jesús
en su Pasión. Sabemos que fue abandonado por casi todos y Él nos invita
a estar a los pies de la Cruz, junto a su Madre y Juan. Más aun, nos invita a
ofrecernos con Él a Dios Padre justo antes de rezar el Padrenuestro. “Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los
siglos de los siglos.” ¿Qué padre negaría algo a un hijo que le ofrece y
entrega su vida?, ¿qué Padre no se conmovería al ver a sus hijos
acompañar en su Pasión a su Hijo predilecto? A los pies de la Cruz,
acompañando a Jesús, Dios nos mira fijamente, atentamente, con un Amor
Infinito. No es fácil imaginar un momento mejor para abrirle nuestro corazón.
Cada
misa nos ofrece la ocasión de convertirnos en un Simón de Cirene que ayude a
Jesús a llevar la Cruz donde se ofreció por nuestra salvación.
No somos
meros asistentes en la Misa, sino que somos hijos que escuchamos (la Palabra de Dios), acompañamos
(a Jesús en su Pasión), nos ofrecemos (junto a Jesús) y pedimos (a nuestro
Padre).
CUATRO
SANTOS Y LA MISA
Y quizá
ahora podamos comprender mejor a los santos cuando describían la Eucaristía.
San
Agustín:
"La eucaristía
es un banquete en el que comemos con Cristo, comemos a Cristo, y somos comidos
por Cristo".
San
Francisco de Asís:
“El hombre debería
temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse
profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del
sacerdote".
San
Alfonso de Ligorio:
"El mismo Dios
no puede hacer una acción más sagrada y más grande que la celebración de una
Santa Misa".
San
Juan María Vianney (Santo Cura de Ars):
“Si conociéramos el
valor de la Santa Misa nos moriríamos de alegría”.
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