Por: H. Luis Angel Espinoza LC | Fuente: Catholic.net
“Vayan por todo
el mundo y prediquen el evangelio”
¿Alguna
vez te has animado, durante tus vacaciones de semana santa, a dar un giro
radical? Por ejemplo ¿irte a un pueblo perdido para estar durmiendo en el
piso, quizás bañándote solo dos veces a la semana a jicarazos o con toallitas
húmedas?, ¿estar caminando diario por kilómetros bajo el sol con tan solo un
“morral” y estar tocando la puerta casa por casa con el peligro de no ser
escuchado? en pocas palabras: a ir de misiones.
Si no lo has hecho te has
perdido uno de los momento más felices y enriquecedores de tu vida y has leído
bien, pues Dios no se deja ganar en generosidad. El transmitir el mensaje de Dios es lo mejor que podemos hacer por los
demás, por el prójimo y hasta por uno mismo. Claro que vamos a misionar, pero
te aseguro que somos los primeros en salir misionados al ver la grandeza de la
fe de tanta gente, el ver a miles de jóvenes y familias que dan sus vacaciones
para llevar puerta por puerta la palabra de Dios, palabra viva que es también camino y verdad para nuestro día a día,
esa palabra que es Cristo resucitado.
Quizás sí es una semana intensa de estar hablando y transmitiendo al
corazón de las personas la buena
noticia, pero no se queda ahí, es un momento intenso que nos va preparando y
motivando a llegar de nuevo a nuestra familia, a nuestro colegio o quizás de
vacaciones y seguir evangelizando, ya no con el “outfit”
misionero sino con nuestro ejemplo, con nuestra forma de actuar y
de hablar y esto se llama coherencia de vida, en otras palabras es santidad.
Esto es cumplir y llevar acabo el mandato de Jesús “Vayan por todo el mundo y
prediquen el evangelio” y que mejor manera de predicarlo en el mundo
de la familia, en el mundo de mis amigos, de la sociedad, etc… no tengas miedo
de intentar cambiar y ayudar a los demás, recuerda que Dios no se deja ganar en
generosidad.
¡Dios no está
muerto! solo “necesita de ti, de tus manos y tu voz…”
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