Consejos para que
afrontes con realismo este lindo proceso de acercarte a Jesús.
Por: Bernardo Dueñas Moreno | Fuente: Catholic-link.com
Por: Bernardo Dueñas Moreno | Fuente: Catholic-link.com
Quizá fuiste a un cursillo, a un retiro, a un
taller; tuviste un momento de oración fuerte o un diálogo que han generado en
ti un deseo profundo de conversión
y de seguir a Cristo en la Iglesia que Él fundó (católica). Quizá estés
emocionado y esperanzado por construir un mundo mejor, y es que regresar
(o por primera vez acercarte a los brazos misericordiosos del Padre) ¡es
increíble! Sin embargo, hay algunas
cosas que debes saber para que no te des contra la pared a la primera y
para que no te desanimes en el largo caminar de la fe.
Es por eso que te quiero dar algunos consejos desde mi propia experiencia
de fe para que afrontes con realismo este lindo proceso de acercarte a
Jesús y dejarte convertir por Él. ¿Te animas a averiguar de qué se trata?
1. QUIEN CAMBIÓ FUISTE TÚ, NO LOS DEMÁS
Quizá puedas haber decidido comenzar a cambiar
muchas cosas en tu vida. Sin embargo, recuerda que tu familia, amigos,
conocidos y el mundo en general son los mismos. La ventaja que ahora tienes es
que caminas con la certeza de estar
acompañado por Dios y ahora ves el mundo entero con otros ojos.
Aprovecha eso para no desanimarte.
2. A VECES ES BUENO UN CAMBIO DE CÍRCULOS SOCIALES
Por lo mismo que quien ha cambiado eres tú y no
los demás, a veces es conveniente cambiar de círculo de amigos cuando estos no
te llevan a ser mejor persona y a alcanzar los ideales que ahora persigues. No
se trata de cortar tajantemente tus amistades sino de saber tomar distancia ante aquellas que no te
llevan a crecer en la meta que ahora sigues.
3. NO ES OBLIGATORIO SER PERFECTO DE LA NOCHE A LA MAÑANA, ES
UN CAMINO
De hecho es casi imposible (digo casi porque
realmente Dios lo puede hacer todo, pero solo unos pocos reciben esa gracia)
pero sí es obligatorio luchar todos los días por tratar de ser lo más coherente
que puedas con tu fe. El sentimiento de encontrarnos con Dios nos mueve a
buscar la conversión, eso es muy bueno, pero recuerda que ésta no se da de la noche a la mañana,
es un proceso que te tomará toda la vida. Así que no te desanimes cuando veas
que surge en ti el viejo tú con sus defectos, manías, problemas de actitud,
etc. No te preocupes, levántate y sigue trabajando en ser mejor.
4. PODRÁS SENTIRTE TENTADO A DEJAR LA IGLESIA
Claro, estás cambiando de estilo de vida, quizá
muchas cosas que antes hacías hoy te das cuenta de que ofenden gravemente a
Dios. Muchos, al ver esto, prefieren alejarse de la Iglesia para “callar a su conciencia” y siguen con su estilo de
vida de antes. También, dentro de la Iglesia hay personas que no viven de forma
coherente con su fe: que eso no te desanime. Cristo nunca prometió que su Iglesia sería perfecta e irreprochable,
al contrario, prometió que el trigo y la cizaña estarían mezclados hasta el fin
de los tiempos (cf. Mt. 13, 24-52).
5. RECUERDA QUE LA FE NO ES UN SENTIMIENTO
Habrá momentos en los que te sientas muy bien y
que todo sea muy bonito, ¡disfrútalos! Pero también ten en cuenta que habrá
otros en los que no sientas nada o peor aún, te sientas desolado. Recuerda que el amor a Dios no se mide
por lo mucho o lo poco que sientes. No permitas que la flojera o el
desánimo te priven de ir a misa, de orar o de leer un poco la Biblia. Sabrás
que tu fe ha madurado cuando los sentimientos no sean tu motivación sino la
convicción de amar a Dios simplemente por amarle, aunque no sientas bonito.
6. CRECE EN LA ORACIÓN
En los retiros se te enseña un método para orar
que es muy bueno, pero no te quedes ahí: crece en la oración, aprende formas
nuevas. Recuerda ir poco a poco,
no establezcas metas pesadas que después te puedan aburrir (esto en todo).
Recuerdo que en mi proceso de conversión me propuse hacer 30 minutos de oración
y rezar el rosario todos los días, lo cual fue imposible hacer. El espíritu
también se debe entrenar, comienza con 10 o 15 minutos al día, en la mañana y
en la noche o rezando unos misterios del Rosario, después vas aumentando. Te
recomiendo orar con la app de Rezando Voy.
7. QUIZÁ TU FORMA DE PENSAR ERA DISTINTA A LA QUE LA IGLESIA
TE PROPONE AHORA
Como sabrás, la Iglesia se opone a temas muy
polémicos de hoy en día. Si ello no te agrada, investiga, pregunta. La Iglesia
no toma decisiones arbitrarias y tampoco pretende sustituir tu cerebro. Decía
uno de mis escritores favoritos, G.K. Chesterton: «Para entrar en la Iglesia hay que quitarse el
sombrero, no la cabeza». Sin embargo,
ten siempre la certeza de que la Iglesia vela por el bien del ser humano en su
totalidad, no solo de sus sentimientos.
8. NO HAGAS DEL GRUPO AL QUE TE INTEGRAS UN GRUPO
SOCIAL
Si no te estás integrando a uno, búscalo, pues
vivir la fe en comunidad es más sencillo. Pero recuerda que no es un grupo
social al cual asistes solamente para hacer amigos o para después irte a cenar,
a pasear o a buscar novio/a. Que tu
grupo parroquial o movimiento eclesial sea un lugar de encuentro con Dios
y una oportunidad de crecer en la fe y de madurar espiritualmente. Haz
amistades allí que realmente te lleven a Cristo.
9. FÓRMATE
El primer mandamiento es amar al Señor con todo
el corazón… ¡pero también con toda la inteligencia! Comienza a estudiar la
Biblia (poco a poco), a leer el Catecismo de la Iglesia Católica (ahí está todo
lo que creemos), busca vídeos en Youtube de predicadores católicos o toma un
curso de apologética. Lo que sea que hagas para crecer en tu conocimiento de la
fe que comienzas a practicar es bueno.
Mucha gente te va a cuestionar. Es bueno poder dar razones de lo
que crees. Como te decía en el punto 6, proponte metas sencillas y reales.
10. PERSEVERA, SÉ CONSTANTE
No te
desanimes: el proceso de conversión es lento. Cae
cuantas veces quieras, pero siempre levántate. Para una tarea como la que has
empezado, no dejes los sacramentos. Por lo menos la confesión y la comunión.
Reza mucho y haz que poco a poco, Cristo comience a ser el centro de tu
vida para que Él camine contigo.
11. HABLA DE CRISTO…
Pero vívelo más de lo que lo predicas. Que en lo
que haces, dices, compartes en tus redes sociales, ¡incluso en lo que compras!
se note que sigues a Jesús de Nazareth. Hay una frase buenísima que le
atribuyen a Francisco de Asís: «Prediquen el evangelio en todo tiempo y de ser necesario
usen palabras». Te reto a hacer vida esa frase.
12. Y RECUERDA… ERES CATÓLICO EN TODAS PARTES
La fe permea tu vida entera (o debería). A ti
que estás comenzando a vivir la fe te exhorto, te ruego, te suplico… no seas católico solamente en tu parroquia,
el mundo necesita de ti y de tu ejemplo para saberse amado por Dios.
Espero estas líneas no te desanimen. Si acabas
de comenzar tu proceso de conversión y no sabes ni por dónde empezar, sería
bueno buscar un director espiritual. Por ejemplo, un sacerdote que te ayude.
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