Los
consejos valen para mayores, jóvenes y también para los niños, también atacados
por las ideologías dominantes.
Vivimos
en una sociedad hipersexualizada. Este es el día a día de millones de niños y
adultos cada día: un bombardeo
constante de sexo y de apología de la promiscuidad, de poca o ninguna ropa.
Es lo que llega de Hollywood, lo que marca la moda y la publicidad, lo que se
ve en las redes sociales.
Esto ha
calado completamente, y así es como el consumo de pornografía se ha disparado
hasta límites aberrantes. Alejandro Villena, psicólogo experto en adicciones, explicaba a ReL que
los estudios revelan que “el 80% de los
varones consume pornografía, porcentaje que se queda en el 40% en el
caso de las mujeres. Y la edad media del inicio del consumo se sitúa en los
once años”.
El
peligro de hipersexualización extrema puede afectar también gravemente en los
creyentes si no se defienden con las armas adecuadas. La virtud de la pureza está hoy sometida a un ataque sin precedentes.
Para
ayudar en esta lucha contra la impureza que se
quiere normalizar en la sociedad, el padre oblato Ed Broom, ofrece en Catholic Exchange una estrategia
espiritual, un plan aplicable para padres, adolescentes e incluso niños.
Este
religioso experto en comunicación y en atención espiritual de familias ofrece 10 consejos para no sucumbir a estos
ataques o para regresar confiadamente al Señor, si se ha sido derrotado:
1.
EL ARMA DE LA ORACIÓN
El hombre
es débil y por ello necesita de la oración para poder vencer la tentación y no
caer en un pecado de impureza. El padre Broom asegura que probablemente la principal razón para caer en cualquier
pecado, pero especialmente contra la pureza, es la falta de oración, o una
oración débil.
Citando
la Escritura recuerda que los israelitas fueron capaces de derrotar a sus
enemigos solo después de que Moisés desde lo alto de la colina y frente al
campo de batalla levantara los brazos al cielo. Para vencer la tentación de la
carne y las insinuaciones pecaminosas del mundo hay que levantar las manos al
cielo en oración.
2.
NO JUEGUES CON FUEGO
Una razón
importante por la cual muchos caen en pecados relacionados con la impureza es
no haber evitado la ocasión de pecar. El refranero popular sabe mucho de esto: ¡El que juega con fuego, acaba quemándose!
El cristiano tiene que usar el sentido común y la prudencia, dado por el
discernimiento, para evitar ponerse en situaciones en peligro.
Si uno es
débil ante la pornografía debe procurar no quedarse solo delante de un
ordenador. Una pareja de novio es preferible que esté en un banco charlando o
dando un paseo que viendo una película los dos solos en una casa. Así se evitan muchas situaciones
comprometidas.
3.
EL PUDOR
El Catecismo de la Iglesia Católica
(2521-2524) insiste en varias ocasiones en que “la pureza exige el pudor”, pues éste “preserva la intimidad de la persona”. Del mismo
modo, afirma que “el pudor es modestia; inspira la
elección de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva donde se adivina el
riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción”.
Del mismo
modo, el Catecismo afirma en este punto que “existe un pudor de los sentimientos como
también un pudor del cuerpo. Este
pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de
cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer
pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que
permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las
ideologías dominantes”. Es por ello importante que no seamos ocasión de
tropiezo para el prójimo.
4.
PENITENCIA
En la
vida espiritual, el cristiano está llamado a ser como águilas que vuelen en las
alturas. Pero para volar necesita de
las dos alas espirituales: ¡la oración y la penitencia! Para vencer
estas tentaciones contra la pureza hay que rezar, rezar y rezar, pero también
aprender del arte del ayuno y de vivir una vida de penitencia. Esto también
ayuda a educar el cuerpo y fomentar el dominio de sí mismo. ¡Los santos han
enseñado en multitud de ocasiones esta clara lección!
5.
EVITA LA PEREZA
Una de
las grandes rendijas por las que se cuela la impureza es a través de del pecado
de la pereza. La mente
ociosa es normalmente laboratorio del diablo. Cuando uno no tiene nada que
hacer y no llena su tiempo con alguna ocupación útil, el diablo entra
rápidamente para tentar de muchas formas, especialmente contra la virtud de la
castidad.
De este
modo, una de las razones principales por la que tantos jóvenes, y cada vez más
personas adultas, tienen serios problemas con la pornografía en internet es debido al excesivo tiempo libre, el
aburrimiento y el fácil acceso a este contenido en la red.
6.
LENGUAJE INAPROPIADO
En
cualquier situación, lugar y circunstancia hay que controlar lo que se dice. El
apóstol Santiago exhortaba: “Debemos ser lentos para hablar y rápidos para
escuchar”. Y esto es algo especialmente importante con respecto a
la pureza.
No deben
salir de nuestra boca palabras sucias, ni siquiera bromas groseras o impuras.
San Juan Bosco afirmaba que no podía eliminar de su mente una cosa impura que
un hombre pronunció delante de él cuando él era un niño. Hay que ser consciente de las consecuencias de todas las acciones que
uno realiza, sean más o menos importantes, a los ojos de cada uno.
7.
VIGILANCIA CONSTANTE, ESPECIALMENTE DE LOS OJOS
Los ojos
son el elemento principal por el que la impureza entra en el cuerpo, por eso es importante educar la mirada. El Papa
Francisco ha hablado mucho sobre esta vigilancia. El padre Broom afirma que el
examen diario ignaciano es clave. Esta práctica invita a echar un vistazo a
cada día y ver donde Dios ha estado presente, pero también ver dónde el corazón
se ha alejado de Dios.
Si se
está vigilante uno podrá percatarse de cuando los ojos se alejan de Dios y
comienzan a juguetear con lo que no es de Dios: en este caso la impureza. Vale
el ejemplo del Rey David, y la mujer de Urías el hitita. Él se dejó llevar por
la mirada, al no haber mantenido una adecuada vigilancia, y esto acabó en una
caída enorme hacia la lujuria y la falta de honestidad. Ceder a la lujuria terminó en adulterio, el adulterio condujo al asesinato,
y el asesinato al arrinconamiento de la conciencia.
8.
CONFESIÓN Y ESPERANZA RENOVADA
La
debilidad está en el hombre y todos pueden caer. Pero peor incluso que la caída
es la desesperación. Nunca hay que
desesperarse debido a las inclinaciones que el ser humano tiene al pecado.
Al contrario, San Pablo afirmó que donde abundó la debilidad, sobreabundó la
gracia. Por lo tanto, si se cae en el pecado contra la pureza hay que
tener confianza ilimitada en Dios y recurrir inmediatamente al sacramento de la
confesión.
9.
COMUNIÓN FRECUENTE
Para
salvaguardar la virtud de la castidad es de vital importancia tener una
relación con Jesús a través de la Eucaristía. Cada comunión bien recibida resulta un trasplante de corazón espiritual. Recibir
la Eucaristía de manera frecuente y ferviente es de lejos el medio más eficaz
para vivir una vida de pureza.
10.
LA VIRGEN MARÍA, MODELO DE TODAS LAS VIRTUDES E INTERCESORA
No hay
mejor interecesora a la que acudir para que nos ayude a defender la pureza que
la Virgen María. Las vidas de muchos santos demuestran que a través de su
gran amor a Dios y el amor filial y el amor por María pudieron vivir vidas
santas y de gran pureza.
Al
ejemplo del Inmaculado Corazón de María, los creyentes deben pedir esta pureza de mente, corazón, cuerpo alma e
incluso intención.
Javier Lozano / ReL
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