Una pregunta central en
momentos en que la nación de Israel está cercada.
Los cristianos han discutido
mucho sobre el significado de Israel y el pueblo judío para la nueva alianza de
Dios que se expresa en el Nuevo Testamento, lo que en estos momentos tiene
vital importancia política debido a que Israel está siendo cada vez más cercado
por sus enemigos.
El debate de la significación
actual de la antigua alianza es la que de alguna manera condiciona el apoyo al
aislado Israel; si la antigua alianza se considera extinguida irremediablemente
entonces la simpatía por la causa sionista israelita va a ser escasa, en cambio
si se considera que aún subsiste entonces habrá una defensa de la subsistencia
del pueblo de Israel en Palestina.
TRES CONCEPTOS A TENER EN
CUENTA PARA ESTA DISCUSIÓN
Hay tres conceptos que debemos
tener claros para considerar esta problemática cristiana que de
alguna manera define la simpatía o no con la cause israelí, que son el sionismo judío, el supersesionismo cristiano
y el sionismo cristiano.
El
SIONISMO es la asociación entre el pueblo judío y la Tierra de Israel. El sionismo es un movimiento
judío. La aliyá a la Tierra de Israel es un tema recurrente en las oraciones
judías. Los sionistas consideran a los judíos que viven fuera de Israel como
exiliados. En teología, visto desde la perspectiva cristiana, esto refiere a la vigencia de la
antigua alianza de Dios con el pueblo judío.
Pero existe un SIONISMO
CRISTIANO que sostiene que la iglesia cristiana no puede en ningún caso
suplantar a la nación de Israel, especialmente antes del retorno de Jesucristo,
y que las promesas que Dios le hizo a Israel como nación fuerte literalmente no
caducan.
Y a la inversa, existe entre los cristiano la teoría SUPERSESIONISTA o del REEMPLAZO, también llamada teología de la suplantación o
teoría de la substitución, que argumenta que la actual relación de Dios con los cristianos
reemplaza la relación que anteriormente tenía con los judíos.
¿POR QUÉ LA ELECCIÓN DE LOS
JUDÍOS Y DE ESA TIERRA POR DIOS?
Comencemos
desde la primera revelación de Dios documentada. En un nuevo libro, Sionismo y Judaísmo: Una Nueva Teoría, el rabino David Novak comienza
razonando desde la Torá que Dios quiso una comunidad humana que viviese
subordinada a Él y por lo tanto:
El interés especial de Dios en crear humanos a Su imagen y semejanza era
un intento de Su parte que buscaba vincularlo a aquellos objetos con los cuales podría
relacionarse, una compañía con quien Dios lograría hablar y que a su vez
podrían responderle adecuadamente.
Novak sugiere que Dios
tenía tres opciones, por así decirlo.
La
primera era relacionarse sólo con individuos. Pero esto implica la privatización de la religión, lo cual “hace vivir una vida religiosa insostenible políticamente
pues, la religión, así como el lenguaje, es un asunto esencialmente público”.
La
segunda opción podría haber sido la redención de toda la humanidad de una vez, pero aparentemente “Dios
pensó que la Humanidad no estaba lista para lo que conlleva
el fin de la historia universal”.
La tercera opción fue la que
Dios eligió: seleccionar personas en particular que mostrasen al mundo cómo
debían ser los siervos de Dios.
Pero
¿por qué estas personas?
No
fue por lo que los Judíos habían sido en el pasado, sino por lo que podrían ser
en el futuro, lo cual es algo que sólo Dios conoce.
Nosotros como humanos no podemos decir cuáles fueron las razones de Dios. Pero, podemos decir cuales no fueron.
Los
Judíos no tienen una naturaleza única o superior que los cualifique para ser
elegidos.
Tampoco
poseen algún factor cultural o biológico destacable por los cuales Dios los
escogería.
Pero aun cuando Dios no dé Sus razones para elegir a los Judíos, Novak
destaca que sí se nos ha
dicho porque Dios no escogió a sus vecinos.
Ellos
no cumplían los requisitos mínimos de Dios –respecto al asesinato, el incesto y el robo – que eran el núcleo de lo
que el rabino llamó “Mandamientos de Noé”.
Los
judíos no eran perfectos en su obediencia a esos mandamientos, pero eran un pueblo que había demostrado haber aceptado la responsabilidad
de vivir sujeto a ellos.
La Torá también aclara que Dios entregó la tierra de Israel a Su pueblo,
el Israelita. Pero, ¿por
qué esta tierra?
Novak afirma que no fue por ningún derecho natural. Las razones de la
elección de Dios por este particular, al igual que la escogencia del pueblo
judío, son desconocidas.
Sin embargo, Dios no es caprichoso. Él tiene Sus razones para ambas
elecciones pero, mientras estemos en este mundo, las razones permanecerán como
un misterio. Así mismo, la conexión de
este pueblo con dicha tierra es “un asunto de elección divina”.
Además, es la
única tierra en la cual el pacto de Dios con Su pueblo puede vivirse plenamente:
“Al limitar la total existencia del pueblo de Israel a la tierra de
Israel, los Judíos están en mejor capacidad de vivir las especificaciones de su
pacto con Dios. En la
tierra de Israel, esa relación está verdaderamente centrada”.
ISRAEL EN EL NUEVO TESTAMENTO
A
los cristianos
se les
dificulta mucho argumentar respecto al Sionismo.
En la Biblia Hebrea está abundantemente claro que Dios entregó la tierra
de Israel a los israelitas. Sin embargo, en la mayoría de la historia
cristiana, la iglesia ha
manifestado la poca o nula importancia del pueblo y la tierra de Israel en el
Nuevo Testamento.
Recientemente, sin embargo, un creciente número de estudiosos cristianos
discuten respecto a que el
asunto de la tierra de Israel se encuentra incluido también en el Nuevo
Testamento.
Sus
argumentos pronto serán publicados por InterVarsity Academic Press: El Nuevo sionismo cristiano:
perspectivas frescas acerca del pueblo de Israel y su Tierra.
El libro sostiene que así como la Biblia Hebrea previó bendiciones que
irían al mundo entero desde este pueblo y su tierra, así el Nuevo Testamento proclama bendecir al mundo
entero mediante el Mesias Judío, cuyo reino empezó en Israel y que
eventualmente volverá a centrarse en Israel.
Los
escritores del Nuevo Testamento sostienen la promesa de que la Diáspora Judía
podría regresar algún día a su tierra desde todos los confines del mundo para establecerse en una Politeia
(una entidad política), que podría transformarse en el centro de las
bendiciones para el resto del mundo.
ESPERANDO UN FUTURO RETORNO:
ISRAEL EN EL NUEVO TESTAMENTO
Los Anti-Sionistas admiten que los profetas del Antiguo Testamento, quienes comúnmente
escribían desde el exilio, predijeron un regreso a su tierra.
Sin embargo, muchos coinciden en que esas profecías se cumplieron cuando los exiliados
babilonios regresaron para reconstruir Jerusalén al final del Siglo VI A.C.
Sin embargo, según los “Nuevos Sionistas Cristianos” el Nuevo Testamento
demuestra que Jesús y los
apóstoles aun esperaban un futuro retorno.
Por ejemplo, cuando Jesús citó la predicción de Isaías respecto a que el
templo se convertiría en “una casa de oración para todas las naciones”
(Marcos 11,17; Isaías 56,1), parece coincidir, como sugiere Richard Hays, con la visión de Isaías de “una restauración escatológica
de Jerusalén”.
Hays agrega que la figura
dada por Juan acerca del Cuerpo de
Jesús como el Nuevo Templo (Juan 2, 21)
“no debe leerse ni tan rotundamente supersesionista (la Iglesia
reemplaza a Israel) ni tan hostil a la continuidad con Israel”.
No niega el sentido literal de las escrituras de Israel – que el templo
era la casa de Dios –“sino lo complementa vinculándolo tipológicamente con
el relato de Jesús y la
revelación de una verdad más profunda prefigurada en el sentido histórico
literal“.
El
hecho que los apóstoles vieran el templo como ambos: una casa de Dios y una
figura de Jesús,
explica su
participación en las liturgias del templo aun después de que los mismos líderes
del templo ayudaron a llevar a su mesías a la muerte. (Hechos 2, 46).
Tanto Mateo como
Lucas creyeron importante mostrar que Jesús estaba conectado con la historia de
Israel, e incluyeron detalles y
genealogías detalladas que revelan a Jesús como descendiente de Abraham, el
primer judío, a través de 42 generaciones de judíos. Lucas retrocede incluso
hasta Adán.
En su Magnificat, María sugiere
que el nacimiento del Mesías sería significativo no sólo para todas las futuras
“generaciones” sino particularmente para la historia de Israel.
La
llegada de Cristo mostraría que Dios
“Socorrió a
Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros
padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.” (Lucas 1, 54-55).
Si la encarnación suponía alejar el foco de Israel, como
sugieren los Supersesionistas (los que manejan la teoría del Reemplazo), María no se dio por enterada.
¿SAN PABLO ERA UN
SUPERSESIONISTA?
Pablo
ha sido señalado como el apóstol de los gentiles, quien alejó el foco del Judaísmo y mostró que el Evangelio era un mensaje universal para todos. Ya Dios no estaría exclusivamente con los
judíos. Ellos habrían traicionado el pacto al rechazar al Mesías, Jesús.
Esto es lo que el teólogo
Cristiano Kendall Soulen
ha denominado versión “punitiva” del Supersesionismo, la idea de que Dios hizo
un nuevo pacto con la Iglesia que sobrepasa el antiguo pacto hecho con
Israel a fin de castigar a los Judíos por no aceptar a Cristo.
Los otros dos tipos de
Supersesionismo de Soulen son el “Económico”: en la economía de la salvación, el único propósito de
Israel era preparar la llegada del Mesías; y el “Estructural”: en la historia de la salvación, Israel sólo
funciona como un ejemplo negativo.
Aunque Pablo se ha interpretado de esta manera por siglos, sus cartas cuentan una historia
distinta.
En Romanos 9 y 11, él se lamenta por sus compañeros judíos
que no aceptaron a Jesús como Mesías. Dice que le han causado una “tristeza
muy grande y una pena continua” (Romanos 9,2). Sin embargo afirma que “las alianzas”
todavía les “pertenecen” (Romanos 9, 4), y aun cuando ellos (los
Judíos) se han convertido en “enemigos del Evangelio”, aun son “amados” porque
su “elección” es “irrevocable” (Romanos 11, 28-29).
La Carta a los Gálatas es la que con mayor frecuencia se usa para probar
que Pablo prescindió de la Ley Judía en favor de la Iglesia que dejó atrás a
Israel. Aun cuando en ella dice que el Evangelio es acerca de cómo “la bendición de Abrahán alcanzó a las
naciones paganas” (Gál. 3, 14) porque “la promesa se hizo para Abrahán y su descendencia” (3, 16).
Para
Pablo, ser salvado significa convertirse en parte de la familia de Abrahán:
“Si son de Cristo, entonces también son descendencia de Abrahán y
herederos de la promesa” (Gál. 3, 29).
En otras palabras, recibir la
buena noticia del Evangelio vincula a las personas con la historia de Israel.
Mientras que los supersesionistas sugieren que Israel ha sido dejado atrás, la
Carta a los Gálatas afirma lo contrario.
RECIENTES SIONISTAS CRISTIANOS
Adicionalmente al elaborar argumentos bíblicos, los Nuevos Sionistas Cristianos señalan a otros prominentes teólogos como
Sionistas Cristianos: Karl Barth y Gary Anderson. Barth (1886-1968) es quien rechazó prácticamente
toda enseñanza dispensacionalista. Por ejemplo, repudió la noción de que el Fin de los Días estaba
por llegar, insistiendo en que comenzó con la llegada de Jesús en el Siglo I.
También rechazó la interpretación de las profecías bíblicas del Apocalipsis
como predicciones directas y literales.
No obstante, Barth pensó que esos errores escatológicos fueron, como
señala Carys Mosely,
“Errores en la
dirección correcta”.
Él respetaba los intentos milenarios de asumir seriamente la supremacía de Dios en los
eventos mundiales, incluyendo la aparición de Israel como una Nación Estado en
1948.
Para él, esta era una “parábola secular”, similar al auge del
socialismo en la historia moderna. La repentina aparición de Israel fue una “pequeña
luz” que dio testimonio de la gran Luz del Mundo en Jesucristo.
La historia moderna de Israel “aún ahora urge incansable” en
favor de los propósitos redentores de Dios.
De acuerdo con Barth,
las revelaciones bíblicas apuntan hacia una Triple Parusía de Jesús: la Encarnación, Pentecostés, y la escatológica
venida a Israel y la Iglesia.
Esta
última venida responde a una larga serie de profecías del Antiguo Testamento
que hablan del regreso del pueblo judío a su tierra, un tiempo en el cual los
Gentiles llegarán a Israel para aprender la Torá.
Gary
A. Anderson
es un
destacado estudioso del Antiguo Testamento que enseña en Notre Dame. Es
Católico y un Sionista Cristiano. Los argumentos para su posición comienzan con “el clamor bíblico de que la tierra de Canán fue dada por Dios al pueblo
de Israel”.
La promesa “es ambas cosas,
irrevocable y sin cumplir”. Es irrevocable porque es una promesa hecha por Dios y como dice
Pablo, ni siquiera la apostasía de Israel borra la promesa: “Dios es fiel
aunque los hombres sean falsos” (Rom. 3, 4).
Pero al mismo tiempo, Anderson afirma que, la promesa está incumplida. Según las escrituras, la tierra
vomita a quien sea que no la merezca (Lev. 18, 24-30). Sólo en la era
mesiánica, según el Tanach, el asentamiento de Israel en la tierra será seguro.
Anderson advierte que debe evitarse “un falso mesianismo” al
recordar que la tierra es
siempre “otorgada con condición”. Aun debemos recordar que
“la milagrosa aparición del
estado de Israel justo después del momento más obscuro de la historia judía
es difícil de interpretar fuera de un marco teológico.”
EL ARGUMENTO TEOLÓGICO VS. LOS
ARGUMENTOS HISTÓRICO Y POLÍTICO DE ISRAEL
Estos argumentos teológicos de
la importancia del retorno del pueblo de Israel a la tierra de Israel no
implican necesariamente que sea un caso para el actual estado Israelí.
En último caso puede y debe hacerse sobre una base histórica y política,
en atención a los legítimos intereses Palestinos. No debe asumirse que el Estado de Israel es un país
perfecto, que no debe ser criticado por sus fallos, o que es necesariamente el
último estado Judío antes del fin de los días.
Pero los dos tipos de argumentos no pueden separarse.
Si la alianza de Dios con Su
pueblo continúa, y el regreso de los judíos a su tierra es providencial,
entonces los judíos y los cristianos deben reconocer que el presente estado es
el refugio del pueblo del pacto.
En un momento cuando el apoyo para este pueblo esta erosionado alrededor
del mundo, y dicho estado se asienta en una región de movimientos y gobiernos
empeñados en su destrucción, tiene sentido para judíos y cristianos acudir en su apoyo. Ellos pueden ayudar al hacer argumentos
prudenciales para el sustento de Israel.
Sin
embargo no podemos asimilar la promesa a futuro con esta situación política
actual, porque no necesariamente esta generación de judíos vaya a ser la que
definitivamente deberá asentarse en esa tierra según los designios de Dios.
FUENTES:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Sionismo_cristiano
- https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_Reemplazo
- https://es.wikipedia.org/wiki/Sionismo
- http://www.thepublicdiscourse.com/2015/10/15889/
- http://www.cfr.org/israel/island-tranquility/p31341
- http://www.gatestoneinstitute.org/6618/palestinian-leaders-liars
- http://www.amazon.com/gp/product/1107099951?keywords=novak%20zionism&qid=1444735926&ref_=sr_1_1&s=books&sr=1-1
FOROS DE LA VIGEN MARÍA
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