La niebla invadía la ciudad. Aquel día no
hicieron su paseo habitual y se quedaron hablando sentados en casa.
El Anacoreta dijo:
- Una de las cosas que más daño nos hacen, es el
pasado. Nos ata y no nos deja avanzar.
El joven seguidor repuso:
- Sí, pero del pasado podemos aprender.
Sonrió el anciano a la vez que respondía:
- A condición de que lo vivas aquí y ahora. Sólo el
presente está vivo. Si te quedas en el pasado pasarás la vida lamentándote de
lo que hiciste y de lo que no hiciste.
Se detuvo un momento y luego prosiguió:
- Por eso convertirse es morir al pasado. Como
dices, el pasado puede servirte para aprender de tus errores, pero no para quedarte
en él. Y el futuro te sirve para soñar... pero es el presente lo que cuenta,
porque él ahora es la vida, la realidad.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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