sábado, 7 de noviembre de 2015

SE CONVIRTIÓ AL CONSAGRARSE A MARÍA, ABRIÓ UN BAR Y LA GENTE VIENE Y SE CONVIERTE: «ES POR ELLA»


En 2003 William Wobbe puso en marcha lo que al principio era una cafetería normal en Stafford, EEUU.

Wobbe había estado alejado de la fe católica unos cuantos años, pero en cierto momento volvió a la Iglesia a través de la Virgen María: se consagró a María mediante la devoción difundida por uno de los mayores propagadores de la espiritualidad mariana, el sacerdote francés San Luis María Grignon de Monfort (1673-1716).

“Desde entonces la fe católica lo es todo para mí”, explica Wobbe al Catholic Herald de Arlington.

Llamó al nuevo local Bella Café” , vendía café y bocadillos, y por la noche, cuando cerraba la caja, se quedaba un rato cantando y tocando la guitarra, a menudo canciones religiosas, simplemente porque le gustaba y era agradable.

Una serie de adolescentes y jóvenes, al escuchar la música, se acostumbraron a dejarse caer por el lugar a esas horas, a veces con sus instrumentos: Wobbe les dejaba entrar y cantaban y tocaban juntos en “jam session”, improvisadamente.

Wobbe se dio cuenta de que muchos de esos jóvenes se parecían a él en años pasados: chicos con inquietudes, alejados de la fe, distraídos, que buscaban entretenimiento nocturno y que les gustaba la música.

Decidió ser acogedor y darles más espacio. Así que añadió una noche de micrófono abierto y de karaoke familiar. Ya podían traerse a sus amigos, hermanos y padres.

Los chavales veían que Wobbe llevaba una Medalla Milagrosa de la Virgen y que colocaba algunas imágenes católicas por el local. Le preguntaban por su fe y él respondía, pero también les daba CDs con charlas sobre los sacramentos, la enseñanza católica y audiolibros de autores católicos populares como Scott Hahn.

Después “reclutó” al padre Jerome A. Magat, que era vicario parroquial en la parroquia de San Guillermo de York, en Stafford, para que acudiese… y el café se llenó de actividades, con grupos de estudio bíblico en las salas traseras, un club de lecturas para adultos jóvenes y siempre manteniendo las alegres “jam session” musicales. “Es un entorno cálido, amistoso y orientado a la familia”, dice el sacerdote.

Wobbe va “coleccionando” historias de conversión ligadas al local. Por ejemplo, una señora que había bebido demasiado entró una vez diciendo que no podía conducir así a casa. “Algo” le hacía sentir que allí sería ayudada. Wobbe le llevó en coche a su casa, trabó amistad y un par de años después la señora se convirtió en su lecho de muerte.

Otra historia es la de un joven con problemas que empezó a acudir al café, donde era escuchado y se sentía acogido. Después entró en el seminario y estudia para ser sacerdote.

Varios jóvenes y adultos se han apuntado al curso de iniciación al catolicismo invitados por Wobbe, que ha sido el patrón de bautismo o confirmación de ya 5 personas.

“Todo se debe a la intercesión de María”, explica. “La gente sale de la autopista, entra aquí y dice ‘hay algo especial en este sitio’, y yo sé al instante que es la presencia de la Virgen”, afirma el dueño del local.

Ha habido problemas varias veces: el local se ha trasladado en 3 ocasiones y Wobbe en los últimos años afronta una enfermedad difícil, pero al final todo sale bien. Él siempre le dice a la Virgen: “Este es tu café, si quieres que funcione, funcionará”.

Cree que ella es quien lo mantiene todo e incluso quien encuentra el lugar para establecer el bar. Sobre todo, ella hace que, para muchos, “Bella Café” sea acogedor, como un hogar. Esa es la función de una Madre.

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