El mecanismo divino de
purificación constante de la humanidad.
En un reciente video el Padre
Fortea dice dos cosas llamativas. La primera es que la humanidad está cerca de
una purificación importante porque la maldad ha crecido mucho en el mundo. Esto
lo tocamos en un artículo reciente ¿Se Acerca una
Purificación para Occidente?
La segunda cosa que sugiere
Fortea es que hay como un mecanismo divino, que al llegar la maldad a una
determinada cota se dispara una purificación para restablecer el orden, y es
esta corrección que tiene el castigo implícito. Él dice que este procedimiento
se aplica en todos los niveles: el personal, el familiar, de las naciones y del
mundo entero.
A este segundo tema no referiremos en este artículo.
DIOS CREÓ EL MUNDO SOBRE UNA BASE
MORAL
Dios
creó un orden natural justo y bueno, y a eso se refiere en el Génesis después de cada hecho creado y cada día
de la creación “y Dios vio que era bueno”.
Recordemos que Dios
es amor, es justo, perfecto y omnipotente, pero también es Dios, y en este
sentido es Padre y misericordioso.
Por ello cuando creó todo dijo que todo era bueno, porque lo vio. De sus manos salieron todas
cosas buenas.
Pero
el enemigo
–
que anda
como león rugiente buscando que devorar – se acercó a la mujer, a Eva, y le
dijo que comiera del fruto. Ella y su esposo comieron.
Con esto se desencadeno el pecado. Las consecuencias del pecado fueron
el destierro de la
presencia cercana de Dios – porque
estaban en el jardín con Él -, la muerte y el dolor.
Hay un dicho popular que dice así: “el error más grande es creer que somos los únicos
que no lo cometemos”. La serpiente les hizo creer tal cosa y las
consecuencias fueron fatales.
Pero los errores del pasado se aplican al presente. Porque las personas
creen que Adán y Eva fueron tan tontos, que le creyeron al enemigo, sin embargo
hoy hay muchos como ellos
que les hacen caso, cada vez más, y a
eso hace referencia el Padre Fortea cuando habla del crecimiento del mal.
Estas consecuencias del pecado dan paso inexorablemente a la acomodación de las cosas al
orden natural creado por Dios, a lo bueno, a la moral.
Y esta purificación no puede
considerarse meramente una decisión de castigo de Dios, sino simplemente un
mecanismo interno de autocorrección que tiene el sistema creado por
Dios. Es como una válvula que se activa cuando la presión excede de un
determinado nivel.
Sin embargo no lo podemos tomar
sólo mecánicamente, porque también el nuestro es un Dios personal que
camina con nosotros y puede intervenir
haciendo cesar algunas consecuencias, debido a su misericordia, especialmente
cuando las personas oran y le piden con fe. Pero las excepciones nunca implican
la aceptación del desorden.
¿POR QUÉ EL MAL Y EL DESORDEN?
Ahora bien, la
maldad es una acción injusta. ¿Contra quién?
¿Contra Dios o Contra nosotros? Dios sufre al ver que el ser humano se
pierde del camino.
Pero ¿quién sufre
las consecuencias? ¿Dios? No.
La maldad es injusta en cuanto que lastima al hombre. Es este quién sufre
de verdad las consecuencias de todo ello. El castigo de la maldad puede ser
como el de Adán y Eva, que después de tenerlo todo lo pierden por causa de la desobediencia y de la
desconfianza hacia el Todopoderoso.
O sea que el alejarse del plan
maravilloso de Dios trae consecuencias. Pero no son traídas por Él, sino son el
efecto del pecado, del desorden.
Este tipo de cosas nos pueden parecer difíciles de creer, porque si él
es bueno y crea las cosas buenas, ¿por qué el mal?
El problema radica en un aspecto: libertad. Lo que se llama libre albedrío. Dios ha creado todo bien. Pero ha sido un ángel
que en su único acto de voluntad ha preferido negar obediencia al Creador. Y ha
sido el ser humano que en
su libertad ha olvidado a quién debe de seguir.
LOS HOMBRES PERDEMOS CON EL
MAL
Todos tenemos una misión, Dios
nos hizo con un propósito, nos ha pensado toda la existencia. Y cada vez que
nos alejamos de Nuestro Señor, nos alejamos también del plan.
Con ello atrasamos todo lo que
Él nos ha preparado “para bien de los que le aman”.
¿Qué
hubiese pasado si la Virgen María hubiese dicho que no al ángel? Es cierto que Dios se hubiera
puesto triste, pero quién hubiera perdido era Ella (amén de los hombres en
general).
Nadie
le hubiera dicho bienaventurada, bendita, santísima etc… ¿Por qué? Porque Ella misma
había renunciado a las gracias del Todopoderoso. Sin embargo con su sí, atrajo
y abrió “la llave” que Dios le había preparado.
Con este ejemplo, se quiere evidenciar como cada uno pierde cuando se aleja
del Señor.
LA ESPIRAL DE PECADO
La desobediencia de Adán y Eva cambió los planes en el jardín y fueron
expulsados.
Y San Pablo en la Carta a los Efesios indica como el pecado se ha metido
en el hombre, que debe
buscar no darle lugar al diablo; despojarse
del hombre viejo y revestirse del hombre en santidad y verdad. “No
entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el
día de la redención.” Efesios 4, 30.
El pecado desordena todo y esto vuelve a ocurrir cada vez que se comete
más de ello.
La
soberbia de una persona, la envidia, ocasionan también daños. Por ejemplo si una persona
miente sobre otra, esto es un pecado, pero también es en contra de lo moral. La
consecuencia de esa mentira puede hacerse grande y afectar al individuo del que
se habla, como a la familia, el barrio, etc., desordenando una persona o una
familia o una nación.
Los
pecados capitales se jalan uno a otro. El que inicia con la pereza sigue con la gula, la lujuria etc.
Un
asesinato
puede terminar
en que el asesino, muera “porque quién mata a hierro a hierro muere”,
sin embargo el perdón rompe la cadena de pecado.
Si el pecado no es perdonado o
“empotrado” por la virtud, continúa su círculo, hasta llegar al punto en que es
tan extremo que se destruye por su grandeza y ocasiona que la persona se dé
cuenta de lo mal que se ha portado o que quiera ignorarlo.
Mientras que quién vive en virtud inicia otro tipo de camino.
LOS CASTIGOS A LAS REBELDÍAS
Cuando
hay alguien con algún problema, la primera reacción es acusar a Dios, sobre todo si esta es una muy
buena persona.
¿Quién ha cometido el pecado, él o sus padres? Dirán los apóstoles. Pero
no es esto lo que quiere evidenciar Jesús.
Si él es bueno y ha pasado por
la desgracia su efecto puede ser que la persona reconozca que
un bien va salir de este mal; esto se inscribe dentro de lo que podríamos
llamar una prueba. Es en ese bien que la persona reconoce que se da la gloria
al Señor.
Pero ¿qué pasa cuando a una
persona mala le pasa un mal? O le sirve para convertirse o para recaer.
¿Y si esta cosa mala pasara pero ahora a muchos, como las guerras, el hambre,
la persecución, las tribulaciones…?
Hay dos apariciones una mariana y otra de Cristo que nos pueden hablar de los castigos, que terminan en hechos lastimosos y tristes,
ocasionados por las rebeldías humanas, pero sirven de buen “choque” para darse
cuenta de las faltas cometidas.
EL CASO DE LA MADRE
ENCARNACIÓN
En 1857, la Madre Encarnación
comunicaba que Jesús sufre. El pecado trae las consecuencias de una serie de
pecados que se convierten en otros.
Cuando el Corazón de Jesús se le aparece le muestra un Corazón herido.
En
1871 un general traería una persecución religiosa contra los católicos de
Guatemala,
tan fuerte
que casi no quedaron sacerdotes en el país.
Este
general, inició siendo un soberbio, después un lujurioso (dejó a varias mujeres
embarazadas y las abandonaba). Sus padres tuvieron que estar presos por culpa
de éste; pues era una manera de presión para que este se presentara.
La
envidia de sentirse superior y tener tan poco, lo hicieron cometer muchas
locuras hasta llegar a presidente. Se manejaba con tanto furor que ni el mismo presidente podía negar una
orden dada por este general, aunque este no fuera su superior.
Unos 20 años después esta persona, que no se corrigió, llegó a tener tanto poder que
la consecuencia fue muerte, desalojos etc.
Cuando expulsó a los Neridianos su excusa fue que
eran pobres, cuando expulso a los Jesuitas la excusa fue que eran
un mal. Pero de todas las ordenes sacaron los bienes que pasaron al Estado y
luego “vendidas”, y muchas pararon a manos de ellos.
Este
período continúo cuando él murió, pero de otra forma. Un abogado que llegó a ser arzobispo decía sobre
este general: “por querer hacerme un mal, me hiciste un bien”. E incluso
le hizo una misa por el descanso de su alma.
En resumen: Jesús
se aparece a la Madre Encarnación para decir que no pequen más, que me duele, y
manifiesta su amor con el milagro del cese del cólera.
El gran Mons.
Ricardo Casanova fue de alguna manera el freno a este desfrenesí del pecado.
El
Estado recuerda de muy buen agrado al general y lo han llamado de muchas formas. Podemos decir que a pesar de todas
las maldades que se ocasionaron en Guatemala, Dios sufría con nosotros.
Pero donde abundo
la inmoralidad, el pecado, sobreabundo la gracia.
Y si a este general se le recuerda tanto, a Mons. Casanova se le debe
recordar mucho más.
Él
fue el puente para atraer la gracia de Dios a Guatemala y el de Casanova fue uno de
los entierros más grandes que en esta ciudad hubo durante el siglo XX.
El Creador ha ordenado todo de
una manera en que si el mundo se desborda por el pecado, o este se choque y
logre un cambio o alguien se convierta en un santo o Dios intervenga
restableciendo el orden natural.
Bien lo dice el dicho: “hasta que no se dé un cuentazo, no va a
cambiar”.
EL MENSAJE DEL PECADO DE LA
HUMANIDAD QUE SE EVIDENCIÓ EN FÁTIMA
La
Virgen vestida de blanco, en señal de paz, se presentó a tres pastorcillos en 1917; Portugal fue
revolucionado con tan bello acontecimiento.
Al
año siguiente terminaría la Primera Guerra Mundial. Sin embargo hubo otra
guerra,
consecuencia
del hombre que no se convierte y también el hambre, la persecución a la Iglesia
y la persecución al Santo Padre; todas cosas que habló María en Fátima y son
signos de la indiferencia hacia la gracia.
Cuando
la hermana Lucía revelaba el cuarto secreto, el Cardenal Joseph Ratzinger, comentaba sobre la espada de
fuego profetizada:
“El ángel con la espada de fuego
a la derecha de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas en el
Apocalipsis. Representa la amenaza del
juicio que incumbe sobre el mundo. La perspectiva de que el mundo podría
ser reducido a cenizas en un mar de llamas, hoy no es considerada absolutamente,
pura fantasía: el hombre mismo ha
preparado con sus inventos la espada de fuego”
La Virgen quiere a través de estas experiencias resaltar que el ser
humano se enfrenta a todos estos desafíos del dolor, no por causa de Dios, sino del propio hombre.
La
espada de fuego, de destrucción como dice el cardenal, no es Dios quién la
envía, sino nuestras propias faltas. Por la soberbia hemos inventado aparatos para destruir, en vez de buscar
el beneficio de otros.
Por ejemplo, el Holocausto nazi
fue una forma de destruir a todos los que eran “inferiores” para los
otros. Era la misma gente que creyéndose más, hacía un caos de lo que Dios no
había hecho y mucho menos querido en el orden natural.
Pero son pocos los que quieren frenar todos esos males. Santa Edith Stein advirtió sobre
Hitler y sin embargo nadie le hizo caso y obviamente llegó al poder y a
destruir.
Respecto a Fátima expresa el Cardenal Ratzinger, luego Benedicto XVI:
“En realidad, toda la visión tiene lugar sólo para llamar la atención
sobre la libertad y para dirigirla en una dirección positiva. (…) Su sentido es el de movilizar las fuerzas del
cambio hacia el bien.”
MARÍA QUIERE QUE CAMBIEMOS DE
RUMBO
El Sagrado Corazón le dijo a Madre Encarnación, me duele que desprecien mis gracias y
sacramentos. La Virgen pedía una conversión hacia su divino
Hijo, para ello pedía que rezaran por la conversión de los pecadores.
Y en Fátima quiso aplicar concretamente esto, precisamente Ella quería la Consagración de
Rusia a su Inmaculado Corazón. Sin
embargo ha pasado bastante tiempo y aún hoy muchos continúan despreciando a
Cristo, sus gracias y a su Iglesia.
No obstante, como dijo Nuestro Señor a la Hermana Lucía: “Nunca será tarde para recurrir a Jesús y a
María”. No es
demasiado tarde.
Él todavía quiere que nosotros trabajemos para difundir la devoción al Inmaculado Corazón de María,
y hagamos reparación a Su Madre por medio de la Comunión de Reparación
de los Primeros Sábados; esto también pedido por el Corazón de Jesús a Santa
Margarita en la reparación para los viernes de mes.
Es que la Virgen advierte, no
quiere que pasen las cosas malas, simplemente pasarán si no le hacemos caso.
Es
como una madre que dice si no te pones suéter te vas a enfermar. A la semana el niño ya tiene
gripe, porque no hizo caso, pero fue eso lo que él quiso haciendo uso de su
libre albedrío.
En definitiva, podemos decir que la maldad es el exceso de todo aquello dañino para el bien común y para
uno mismo. Como ese niño que no se
puso suéter, así la maldad ha invadido el mundo por nuestra propia decisión.
Al final el niño enfermo reconoce que hizo mal no llevando algo para
taparse y la próxima vez lo llevará, pero el mundo parece que no entiende después de cada
guerra, del hambre y la injusticia, que nuestra maldad también ocasiona
“gripe”. Después de todo lo que ha
pasado, deberíamos haber aprendido…
Artículo de Cupertino, de
Guatemala, Profesor de Arte, Historia y Teología
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