Una joven
china fue a misa para conocer las «costumbres italianas»: le cautivó el saludo
de la paz de acuerdo con las directrices de la Confederación Episcopal, ha
remido una carta a todos los párrocos de la diócesis para que expliquen a los
fieles cuál es el significado teológico del gesto de darse la paz y cómo ha de
realizarse.
En concreto, se pide moderación y sobriedad para el momento de la liturgia que consiste en un gesto de hermandad de la feligresía. El documento está dirigido por Manuel Hinojosa, delegado diocesano de Liturgia.
Algunas de las directrices prácticas que pide a los párrocos para el gesto de la paz son:
-seguir las pautas del ritual romano,
- evitar la introducción de un canto para la paz,
- evitar los desplazamientos de los fieles para intercambiarse la paz,
- evitar que el sacerdote abandone el altar para intercambiar la paz con algunos fieles;
- que en determinadas circunstancias como en la solemnidad de Pascua o de Navidad, o durante las celebraciones rituales como el Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación, el Matrimonio, las sagradas Órdenes, las Profesiones religiosas o las Exequias, el darse la paz sea ocasión para felicitar o expresar condolencias entre los presentes.
La finalidad, explica el Obispado de Córdoba, es darle sobriedad a un momento de la misa que se encuentra sometido a debate. El Sínodo de los Obispos de 2005 ya estableció una discusión sobre la oportunidad de mantener el momento de darse fraternalmente la paz en las eucaristías.
La Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos especifica que «por ello, se comprende la intensidad con que se vive frecuentemente el rito de la paz», pero aclara al respecto, que «se ha visto la conveniencia de moderar este gesto, recordando que el alto valor del gesto no queda mermado por la sobriedad necesaria para mantener un clima adecuado a la celebración».
En concreto, se pide moderación y sobriedad para el momento de la liturgia que consiste en un gesto de hermandad de la feligresía. El documento está dirigido por Manuel Hinojosa, delegado diocesano de Liturgia.
Algunas de las directrices prácticas que pide a los párrocos para el gesto de la paz son:
-seguir las pautas del ritual romano,
- evitar la introducción de un canto para la paz,
- evitar los desplazamientos de los fieles para intercambiarse la paz,
- evitar que el sacerdote abandone el altar para intercambiar la paz con algunos fieles;
- que en determinadas circunstancias como en la solemnidad de Pascua o de Navidad, o durante las celebraciones rituales como el Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación, el Matrimonio, las sagradas Órdenes, las Profesiones religiosas o las Exequias, el darse la paz sea ocasión para felicitar o expresar condolencias entre los presentes.
La finalidad, explica el Obispado de Córdoba, es darle sobriedad a un momento de la misa que se encuentra sometido a debate. El Sínodo de los Obispos de 2005 ya estableció una discusión sobre la oportunidad de mantener el momento de darse fraternalmente la paz en las eucaristías.
La Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos especifica que «por ello, se comprende la intensidad con que se vive frecuentemente el rito de la paz», pero aclara al respecto, que «se ha visto la conveniencia de moderar este gesto, recordando que el alto valor del gesto no queda mermado por la sobriedad necesaria para mantener un clima adecuado a la celebración».
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