Hoy pensaba que no hay ninguna
otra generación en la historia que este tan saturada del sexo, de drogas,
alcohol o de asesinato a tan temprana edad. Entonces cuando uno ve que la
juventud está bajo tanto peligro, que la pornografía está al alcance de un clic
del mouse. Antes la pornografía no la encontrábamos, no sabíamos ni donde
estaba; hoy en día nuestros niños, once, diez años, cada vez la edad es más
baja y están expuesto a todo tipo de basura virtual, a cualquier tipo de mal
formación sexual y esa basura se instala en la mente de nuestros hijos; y no
podemos decir somos “open mind” tenemos la mente abierta, porque tarde o
temprano eso afectará su comportamiento como adulto, en su pareja o en su
matrimonio.
Y la pregunta que debemos
hacernos es ¿a quién culpamos cuando nos pasa esto? No podemos culpar al nuevo
presidente, no podemos culpar a la sociedad, no podemos culpar ni siquiera a la
iglesia, porque desde los siglos, desde que el hombre es hombre las raíces
siempre se colocan y se fundamentan en el hogar. No hay otro lugar, no lo puede
hacer el pastor, no lo puede hacer un sacerdote, no lo puede hacer un rabino,
las raíces se fundamentan en el hogar, siempre, siempre; y lo que ocurra en el
hogar, determinara si pondremos un hombre o una mujer de bien en la sociedad.
Por eso la pregunta que nos
refiere el Señor es: ¿Cómo esta nuestra familia? La biblia narra que había un
hombre llamado Nehemías que llega con 43.000 patriotas judíos a la ciudad de
Jerusalén, y la ciudad de Jerusalén hasta el día de hoy está rodeada de muros,
esos muros habían caído, habían sido derribados y cuando llega Nehemías con
toda la gente ve que los muros están derribados y dice: “pongámonos a trabajar
a levantar los muros”. Pero luego que los muros de la ciudad son levantados, él
levanta las puertas de cada hogar, de cada casa, que obviamente también estaban
destruidas, derribadas y él dicen levanten las puertas de cada en Nehemías 7:3
que él dijo: no se abran más las puertas de Jerusalén hasta que caliente el
sol, ciérrenlas y atrancadlas, para que no entren los enemigos obviamente, y
señale guardias, oigan esta palabra porque esto es lo que titula el mensaje que
estoy trasmitiendo ahora que se llama guardias del hogar; y señale guardias,
hay alguna versión que dice guardas, de los moradores de Jerusalén, cada cual
en su turno y cada uno estaba delante de su casa. Cada guarda después que
levantaron los muros se paró delante de su casa a vigilar que ningún enemigo
entrara a la casa.
No hay un ejemplo más claro como
el cristal o como el agua que este, que cada sacerdote de hogar, cada papá,
cada mami, tiene que pararse en la puerta de su hogar simbólicamente y cuidar
lo que entra en nuestra casa, que libros consumen nuestros hijos, que videos,
que deben ver, en que navegan por internet. Nuestros hijos no pueden tener vida
privada mientras que vivan bajo nuestro techo, puede ser antiguo, pero son
nuestra responsabilidad y solo una vez pasaran por nuestro hogar, no pasaran
dos veces y nosotros somos los guardas que tenemos que vigilar que entra en
nuestro hogar.
En nuestros tiempos cuando uno
quería escuchar música ponía un toca disco ¿se acuerda? Y se enteraban los
viejos, el abuelo y todo el barrio. Hoy en día vemos a nuestros adolescentes
que van en nuestro propio automóvil y ni siquiera participan de la charla de
los padres, conozco inclusive familias donde los adolescentes están sentados a
la mesa no oyendo lo que se habla en la mesa porque están conectados
electrónicamente, y paradójicamente mientras más conectados a la tecnología
están, más desconectados de la familia siguen estando y no hablan, no
contestan, balbucean y uno dice: “bueno es la adolescencia. Somos
guardias y estamos en la puerta de nuestro hogar, porque si uno se hace el
indiferente a un problema de estos , puede ser una incubadora de problemas más
grandes.
Controlen con quien susurra sus
hijos por teléfono, con quién chatea, porque se encerró a llorar en la
habitación, porque come en algunos casos desaforadamente y luego se encierra
rápido en el baño, porque navega por internet con la puerta cerrada, aunque te
diga estoy haciendo tarea, es tu responsabilidad controlar que estén haciendo
la tarea o que no estén charlando, siendo menores a veces con mayores, con
gente desconocida a través de la peligrosa red de internet, si se usa de forma
indebida, quienes son sus amigos, que videos miran con sus amigos, quién trajo
a tu hija y quien manejaba el auto, la gran mayoría de los hispanos con quien
hablo me dicen:
- yo veo a mis hijos crecer
durmiendo en la cama porque cuando me voy están durmiendo y cuando regreso
están durmiendo otra vez - y uno le dice:
- ¿no podes compartir más tiempo
con ellos?
- no puedo pastor, porque si no
trabajo el sábado, contratan a otra persona, si no trabajo el domingo al
mediodía contratan a otra persona.
Y tienen que cuidar el trabajo, y
el trabajo hace que de pronto tengan la vida soñada, tengan el estilo de vida
que mantiene a la familia, pero que en el proceso, la familia se vaya
perdiendo, se vaya desconectando, y el distanciamiento es lento; no tiene fecha
de caducidad, no tiene fecha de vencimiento. Y cuando vamos trabajando y nos
esforzamos, nos empezamos a desconectar, nos olvidamos que Dios nos había
puesto en primer lugar para ser guardias de la puerta de nuestra casa. Cuando
estemos en el cielo, Dios no nos ha de preguntar “¿te recibiste de ingeniero,
cuidaste el diploma, hiciste muchos nuevos contratos?, ¿Cómo estaba tu
compañía?” no, no son preguntas que Dios nos hará. Nos dirá:
- ¿Qué de las o dos tres ovejitas
que te di para cuidar?, ¿Qué del pequeño?, ¿que hiciste con la pequeñita la
cuidaste, la protegiste, la entregaste a un hombre pura hasta donde la mente te
dio?, ¿Hiciste todo lo imposible para que ella diera lo mejor que tiene a un
marido, o la abandonaste y creíste que tan solo porque ya podía tener sexo ya
era mujer? Dios nos hará una serie de preguntas y nunca estarán referidas a
nuestra profesión, a nuestra carrera.
No tengan miedo a hablar, no tengan miedo a charlar, y si hay algo que arreglar no esperen a arreglarlo solo en la cama, siéntense en la mesa de la cocina, de la sala, porque no es el sexo el pegamento para un matrimonio, el sexo puede ser solamente eso, un momento de pasión hormonal y al otro día seguir siendo tan desconocidos como siempre, y Dios dice si estas desconectado es porque no has cuidado la puerta de tu casa. Nehemías dijo póngase cada uno cada sacerdote en su puerta.
Dios nos llama a una pureza, Dios
nos llama a ser más santos, más puros, a ser íntegros; tu hogar necesita que tú
estés como un hombre íntegro que muchos de nosotros dejemos de ser niños.
Dios le dice una palabra hoy a
los padres que se han desconectado: ¡tú tienes que ser un portero en la casa, un
guardia de la casa!
Muchos ganas para el hogar pero
no ganan en el hogar. Si estas desconectado de tu familia hoy Dios te trajo
para que te conectes, para que seas un padre presente, les traigo una palabra a
los hombres y mujeres que crían hijos solos porque también los hay aquí, ¿y que
pastor de los que estamos solos que ya alguien nos dejó o que soy madre
soltera? o papás que están criando un hijo solo, les hablo a las mamás que se
entregaron a un momento de placer, en algún momento de la vida creyendo en un
romance que no era tal y un día el príncipe cobarde te abandono y entonces
nadie estuvo allí cuando te colocaron el niño ensangrentado recién salido de la
placenta en tus cabellos sudorosos, nadie estuvo allí para consolarte, para
decirte: “empuja un poco más”.
Esa mamá que no puede darse el
lujo de estar tres meses o cuatro meses criando a su niño, es apenas
amamantarlo, y debe salir a trabajar, porque el príncipe cobarde que la
abandonó, luego de hacerle el amor, no le alcanza para mantener la familia y
tienen que criar los hijos solas. Dios te ha puesto como guarda del hogar y
doblemente te va a bendecir porque con muchas menos posibilidades que con
familias funcionales, estás haciendo lo imposible para que ese hijo siga
adorando a Dios, siga creyendo al Señor y le has dicho: “sigue, continúa,
adelante, nos han abandonado, pero hay un Dios que no nos deja, hay un Dios que
va a abrir puertas, hay un Dios que nos va a bendecir”. Dios te va a bendecir
aunque críes los hijos solas, hay muchas razones por las que cuales mucha gente
cría a los hijos solas; posiblemente porque ya no se encuentren hombres con
carácter como antes, pero aun así yo bendigo a las mamás, celebro a las viudas,
a las solteras, a las mamas solteras, a las separadas, a las divorciadas. Te
bendigo mama, te bendigo papá solo, te bendigo. Ese aplauso te celebra porque
lo has hecho bien, lo has hecho bien, wow hay que tener lo que hay que tener
como mujer para hacer lo que has hecho, sin un esposo al lado.
Tengo una última palabra para los
divorciados. Aquí hay mucha gente divorciada con dolor, nadie planifica
divorciarse, creo que solo lo hacen las celebridades de Hollywood porque tienen
mucho dinero para perder y hacen contratos prematrimoniales, que si no
funciona, cada uno queda con su fortuna, pero nosotros no, nosotros no tenemos
fortuna que cuidar, apenas construimos una casa entre ambos y un día, una
infidelidad llega como un intruso para instalarse en nuestra mesa de comer, un
día la traición hace pedazos el sueño de la casita de cristal y nos encontramos
con un dolor, con un luto que dice que es solo comparable a la muerte; los que
han vivido la traición saben de lo que les estoy hablando y tengo una palabra
para los que están hoy divorciados. Dicen como pastor me voy a poner como guardia
de mi hogar cuando me hicieron esto tan feo, cuando me hirieron en lo más
profundo. Y es doloroso perder una pareja porque como dijo alguien: se lleva
tus secretos. Porque cuando uno debe despedir a alguien porque se mudó a la
eternidad uno sabe que todos tus secretos mueren con esa persona, pero cuando
te enteras que tus secretos, tu corazón que abriste de pronto está en la cama
de otra persona, te causa dolor y es una herida que siempre está abierta, como
pastor te comprendo, sería pacato si te dijera: “olvídalo hermano perdona y
mira para adelante”; es cierto que el perdón lo hará olvidar todo, es cierto
que debes perdonar y la sangre de Cristo hará lo imposible para que tú puedas
iniciar una nueva vida, pero esa herida vuelve a abrirse una y otra vez cuando
piensas que si pudieras volver atrás harías las cosas diferentes.
Si tuviera que darte un solo
consejo como pastor es: nunca, por mas dolorido que estés o dolorida que estés
contamines la mente de tus hijos, cuídalos, enséñales a respetar a ese papá
aunque te haya abandonado y traicionado; cuando un día sea adulto entenderá las
razones y él sacara sus propias conclusiones sin que le tengas que pervertir la
mente, pervertir significa desviarse del uso natural, es pervertir una
relación, y tú nunca le darías a tu hijo un peso más excesivo del que pueda
cargar su cuerpo, así que tampoco le des un peso emocional que no tiene porque
llevar.
La biblia dice, si el árbol fuese
cortado aún queda esperanza, sus renuevos no van a faltar, pero si se envejeciera
en las tierras sus raíces y su tronco fuese muerto en el polvo al percibir el
agua va a reverdecer y hará copa como planta nueva. ¿Qué dice la biblia? Que
siempre el casamiento es la unión de dos agendas hacia un solo destino, pero si
el infortunio, si por alguna cuestión de la vida se divorcian, te tocó la parte
más fea, bailar con la más fea, divorciarte, y el árbol fue derribado; aun tú
tienes que pelear por tu semilla, tienes que pelear por la profecía. ¿Cuál es
la profecía? Los hijos de esa unión. Si el árbol fuese cortado, sus renuevos no
van a faltar. Tus hijos no merecen convertirse en víctima inocente de una
guerra que ellos no declararon, ni pidieron, porque si permites además de que
tu matrimonio se perdió, a que los retoños se pierdan, todo habrá sido en vano.
Cuando te estés muriendo, cuando te toque partir de esta tierra, si el Señor no
viene antes, tus hijos te van a honrar, aun si los construiste, si los edificaste
con un árbol derribado.
Tengo una palabra para los
divorciados, aunque dices: “y yo no sé ni cómo hacer, ella es un demonio, o él
es terrible”, aun así pelea por la profecía, pelea por tus retoños, tus hijos
son la profecía, tus hijos son el futuro, son la semilla de un árbol que está
muerto, a lo que mejor este roto, pero tienes que pelear por tus hijos, para
que no se desconecte, no dejes que el sistema te enseñe una nueva forma de
criar a los hijos.
No críes los hijos con culpas si
no pudiste tener un buen matrimonio, que esa culpa no sea trasladada a los
hijos.
Te diría: no me importa cómo te
fue en la pareja, no me importa si él te engaño, ¿Qué has hecho con el retoño?
Pero mi árbol fue cortado ¿y el retoño? Salva la profecía, pelea por las
profecías.
Aun las leonas, las tigresas, las
osas pelean por su cría aunque el oso se vaya, pelean por lo que han tenido, y
tú tienes que pelear como hombre, como mujer tienes que pelear por lo tuyo sin
discutir, aunque tengas que ceder, aunque tengas que decir : me voy a hacer a
un costado para que mi hijo sea un hombre o una mujer de bien.
Y ponte firme, quítale
privilegios hasta que aprenda a obedecer y si tu hijo no entiende el mensaje,
que un día entre a la habitación y encuentre solo el colchón, todo lo demás no
está, y te va a decir: “pero sos una endemoniada, sos satanás”, y te va a decir
de todo, enséñale a respetar y si sigue insultando, sin colchón, en el piso
hasta que entienda, es tu hijo y cuando pasen los años él te lo va a agradecer,
no estoy diciendo, transfórmate en alguien malo, pero hay una liviandad hay una
falta de hombría, de feminismo en lo que debe ser, porque feminismo no es
debilidad y hombría tampoco lo es. Hay una falta de carácter en como criar los
hijos.
Ahora sé lo que pasa, ustedes
dicen: pero yo no quiero adorar a Dios los fines de semana y transformarme en una
bestia en la semana; esa es parte de la madurez, yo quisiera como pastor ser
siempre simpático, por ejemplo, y siempre traer palabras de buena onda y que
todos digan “hay pastor, que lindo” pero he entendido que un pastor debe ser
papá, y debe decir las cosas lindas y las otras. ¿Cómo las aprendí? Siendo
padre, poniendo limites, poniendo horarios, diciendo que la hora de comer es la
hora sagrada de comer, porque tu madre no es una sirvienta, esto no es un sitio
abierto las 24hs para que te sirvas de la nevera más tarde, ahora es la hora de
comer y vas a honrar a tu madre porque ella acaba de cocinar para que te
sientes en la mesa, deja la computadora, el iPod y te sientas a comer.
Dice la biblia que Nehemías dijo:
“no teman delante de sus enemigos peleen por vuestros hijos, por vuestras
hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas”.
Mis amados, nunca paguen el
precio que el rey David pago, nunca. ¿Quieren ver las horas finales de David?
El rey David, el gran compositor, el mata gigantes, él que llevaba los
escuadrones a la batalla y los volvía a traer en victoria, David, dice la
biblia, que está a horas de bajar al sepulcro y se siente solo, no quiere morir
solo. La biblia narra que un frio se había instalado en sus sabanas, llaman a
algunas de sus esposas, ninguna está ahí, algunas de sus concubinas tampoco
aparecen en la historia, sus hijos, oh tiene decenas de hijos, ninguno de sus
hijos vendrá para verlo morir y al superlativo rey, el gran administrador de la
nación, se siente solo. Sus sirvientes contratan a una mujer de la calle, una
prostituta para que se acueste en su cama y le de calor, pero la biblia dice
que ni siquiera tuvo relaciones con ella. Él solo quería morir en los brazos de
alguien y tiene que morir en los brazos de una extraña.
Hazte un favor, triunfa en el
hogar, triunfa en tu casa, ama al que use tu alianza, ama al niño que lleva tu
apellido.
Si construiste tu vida fuera de
tu casa, va a ser desalentador cuando llegues a viejo, por eso muchos
matrimonios se divorcian después de 20 años, porque mientras que mediaban los
hijos, el trabajo, y corrían y corrían, y cada uno en su auto, cada uno con su
celular y llegaban a la cama cansados, no se daban cuenta que estaban
desconectados. Cuando un día sus hijos se empluman y vuelan su propio vuelo, se
dan cuenta de que estaban viviendo con un extraño, con una extraña y se
divorcian.
Todas las águilas deben posarse
alguna vez, hasta el águila más grande, porque en la compañía están tus colegas
que te quieren por lo que haces, pero en tu casa están los que te quieren por
lo que tú eres. Necesitas algo más que te defina por lo que eres y no por lo
que tienes, ni por lo que haces, porque no son los diplomas los que te hacen
querido, no es la oratoria que hace que las personas que están al lado tuyo te
quieran, sino aquello que has sido en la vida.
¿Cómo te vas a insertar en la
vida de los tuyos cuando seas viejo? Porque si fuiste mal papá o mala mamá, no
lo vas a arreglar como abuelo ni como abuela, no intentes arreglar con tu nieto
lo que no hiciste con tus hijos y si las personas por quienes te esforzaste
toda la vida ya no se encuentren allí cuando te toque el tiempo de retiro y
tengas que aterrizar, ¿Cuál es tu plan de aterrizaje? Por eso hay hombres de
50, 60, 70 años que vergonzosamente tienen que ir a buscar a una extraña de 20,
30 años al final de su vida, porque son extraños conocidos, porque no querían
pasar la vejez solos.
Necesitamos aterrizar en los
brazos de una vida que este definida por algo más que aquello que lo que
hayamos logrado, y de todos los mensajes que alguna vez me ha tocado predicar,
es este el que quiero que siempre quede en vuestros corazones. Triunfa en el
hogar, hazte un favor, se lo mejor en tu hogar, y si estas solo, pelea por lo
que vas a formar, pero haz las cosas bien porque tienes una sola vida, y esa
vida haz de pasar viviéndola dignamente o viviéndola miserablemente.
De nosotros depende, no es de
Dios, no es de los cielos, no es de la fortuna, ni del horóscopo que sale en
los periódicos cada mañana, sino de nosotros, lo que hagamos como padres. Nunca
seremos excelentes padres nuestros hijos, siempre nos verán defectos, no creo
que mis hijos digan: “wow mi padre se rompió el molde cuando él nació”,
seguramente tendrán cosas que reprocharme, pero si algún día en la vida se
recuestan sobre los brazos de alguien más, si algún día toman por el mal
camino, yo tendré la frente en alto como un pedernal sabiendo que hice lo mejor
que pude como padre, hasta donde la mente me dio, hasta donde la
intelectualidad me dio. Si se equivocan yo les abre dado un camino, no los
puedo acompañar hacia donde van, soy como Moisés, solo puedo decirles y
prepararlos para un mundo que posiblemente yo no vaya a ver, pero estoy seguro
que habré hecho un buen trabajo, esa es la responsabilidad de los padres,
guardias del hogar. Denle un aplauso al Señor diciéndole ¡Señor yo quiero hacer
mi mejor trabajo, mi mejor trabajo en este día, ¡aleluya!.
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