Sí, tenéis razón, he escrito toda
una serie de posts de sabor apocalíptico. Pero es como si viera el futuro ya
ante mis ojos. Los obispos del Viejo Continente llevan desde los años 70
advirtiendo de que estábamos sembrando las semillas del alejamiento del orden
divino, y que eso traería consecuencias. Eso lo he oído mil veces.
Pues bien, ahora se acerca el
tiempo de ver los frutos consumados de una sociedad alejada de Dios. En un
decenio, vamos a ver muchas cosas. Creedme, muchas cosas.
Ni yo necesito para afirmar esto
de ninguna revelación particular, ni aquí os he dicho que creyerais ninguna
revelación particular. Basta que leáis las Escrituras y las apliquéis.
Lo de Siria es una tragedia, lo de África es para echarse a llorar.
Países de Latinoamérica han caído en el populismo. En Irak están ocurriendo
cosas espeluznantes. China ha creado un régimen de esclavos. La pobreza aumenta
en el mundo entero. Ya sólo falta que el mazo de la Justicia golpee lo que, por
tanto tiempo, ha sido el corazón del mundo, Europa.
P.
FORTEA
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