HABLÓ CON PERIODISTAS BELGAS SOBRE GUERRAS, SINODALIDAD, EL CONCILIO Y ACCIÓN SOCIAL
Los semanarios católicos
belgas Tertio (en
neerlandés) y Dimanche (en francés) han
publicado ahora una detallada entrevista con el
Papa Francisco, aunque la realizaron hace más de dos meses, el 19 de
diciembre de 2022, "dos días después de que
Francisco cumpliera 86 años y un día después de que Argentina ganara la Copa
del Mundo". Realizan la entrevista hablando en español.
Los periodistas ya le habían entrevistado en 2016 y, como en aquella ocasión,
también en ésta la solicitud de entrevista la cursó el antiguo obispo de Gante,
Luc Van Looy, viejo conocido de Francisco por la colaboración entre la Iglesia
belga y la universidad católica de Córdoba, Argentina.
"Una Iglesia que no celebra la Eucaristía no
es Iglesia. Pero una Iglesia que se esconde en la sacristía tampoco es
Iglesia", les dirá el
Papa, cuando hablen sobre las prioridades eclesiales.
EL
CONCILIO VATICANO II
El primer tema que plantean al
Papa es su visión del Concilio Vaticano II (1962-1965),
recórdándole que en realidad es el primer
Papa moderno que no participó en él.
"Los historiadores dicen que se
necesita un siglo para que los decretos de un Concilio surtan pleno efecto y
se implementen. Todavía nos quedan cuarenta años", responde
Francisco.
"Juan XXIII era un hombre abierto a los impulsos
del Señor. Así es como Dios le habla a su pueblo. Y aquí Él ciertamente nos ha
hablado", añade.
"El Concilio abrió la puerta a una mayor
madurez, más acorde con los signos de los tiempos. Por ejemplo, Lumen Gentium, la
Constitución Dogmática sobre la Iglesia, es uno de los documentos más
tradicionales y al mismo tiempo más modernos, pues en la
construcción de la Iglesia lo tradicional, bien entendido, es siempre moderno.
Eso es porque la tradición continúa desarrollándose y creciendo”, detalla.
"Como afirmó el monje francés Vicente de
Lérins en el siglo V, los dogmas deben desarrollarse más, pero
según esta metodología: 'Ut annis scilic et consolidatur, dilatetur
tempore, sublimetur aetate' (para que se consolide a lo largo de
los años, se expanda a través de tiempo y profundizado por la edad,
ed.). Es decir: desde la raíz, siempre seguimos creciendo. El Consejo ha dado
ese paso adelante, sin cortar de raíz, porque eso no se puede si se quiere dar
fruto".
SINODALIDAD:
EL EJEMPLO DE LOS CATÓLICOS ORIENTALES
Preguntado por el Sínodo de la
Sinodalidad, Francisco retoma el Concilio, que inició Juan XXIII pero clausuró
Pablo VI.
"Cuando terminó el Concilio, Pablo VI quedó muy
consternado al comprobar que la Iglesia occidental casi había perdido su
dimensión sinodal, mientras que las Iglesias católicas orientales habían
logrado conservarla. Por lo tanto, anunció la creación de la
Secretaría para el Sínodo de los Obispos con el objetivo de promover nuevamente
la sinodalidad en la Iglesia. Esto se ha vuelto cada vez más común en los
últimos sesenta años", explica Francisco.
"Poco a poco
se fueron aclarando las cosas, por ejemplo en cuanto a si sólo los obispos tenían
derecho a voto [en un Sínodo]. A veces no estaba claro si las mujeres podían
votar", añade.
Según Francisco, la necesidad de realizar un sínodo sobre sinodalidad se
constató en un sondeo entre obispos.
"Cuando termina un sínodo, se
sondea a los participantes ya todos los obispos del mundo sobre el tema que les
gustaría ver en la agenda del próximo sínodo. El
sacerdocio era el número uno y la sinodalidad ocupaba el segundo lugar. Aparentemente, era un tema
compartido que todos los obispos sienten que ahora es el momento de
abordar", asegura.
Francisco insiste en que no hay que pensar en un Sínodo como en un parlamento
mundano, porque en el Sínodo se reza. “En un sínodo
se habla mucho, cada participante por turno da un discurso de cuatro
minutos. Después de tres intervenciones, siguen cuatro minutos de silencio, tiempo
de oración, para que el Espíritu nos ayude".
LA
GUERRA DE UCRANIA Y OTRAS GUERRAS
Francisco también responde
preguntas sobre la Guerra de Ucrania, desde su perspectiva de diciembre, con
bombardeos dejando a los ucranianos sin electricidad ni gas en invierno y antes
de que se frustrara, por ejemplo, la posibilidad de una tregua por
la Navidad ortodoxa.
"El día después de que comenzara la invasión, fui
personalmente a la embajada rusa. Algo que no se veía y que un Papa normalmente
no hace. Me puse a disposición para viajar a Moscú y asegurarme de
que el conflicto no continuara. Desde el principio hasta el día de hoy, el
Vaticano ha estado ocupado. Varios cardenales ya han viajado a Ucrania, el
cardenal Konrad Krajewski [el
limosnero pontificio, polaco] ya ha ido allí seis veces para ayudar al pueblo
ucraniano. No dejará [el Vaticano] de hablar con el pueblo ruso para que haga
algo", detalla.
"Esta guerra es terrible, es una crueldad inmensa. Hay
muchos mercenarios luchando. Algunos son muy crueles. Hay tortura; los niños
son torturados. Muchos
niños que residen en Italia con sus madres, refugiados, han venido a verme.
Nunca he visto sonreír a un niño ucraniano. ¿Por qué esos niños no se ríen?
¿Que vieron? Es aterrador. Esas personas están sufriendo, están
sufriendo por la agresión. El presidente Volodymyr Zelensky envió varias
delegaciones para hablar conmigo".
"Recuerdo lo que me decían mis padres:
"La guerra es una locura". No hay otra definición", lamenta.
Después comenta otras guerras "a las que
no prestamos atención: Myanmar, Siria, Yemen, donde los
niños se ven privados de educación y mueren de hambre... El mundo está en
guerra".
Francisco considera que la industria de
armamento de países ricos está interesada en que haya guerras.
"Hay una cosa que hay que denunciar
y es la industria armamentista. Cuando un país rico comienza a
debilitarse, se dice que necesita una guerra para sobrevivir y volver a ser más
fuerte. El comercio de armas está aumentando. Se deshacen de todas las armas
viejas que tienen y prueban otras nuevas. Es terrible. Dicen
que la Guerra Civil Española sirvió para probar armas para la Segunda Guerra
Mundial. No sé si es verdad, pero las armas siempre se prueban,
¿no? Esta es la industria de la destrucción, la industria de la guerra, de un
mundo en guerra. En cerca de un siglo hemos tenido tres grandes guerras
mundiales: la del 14-18, la del 39 al 45 y la actual que también es una
guerra mundial, en la que los países ricos renuevan sus armas".
Recuerda que cada día de difuntos visita un cementerio y ha visitadp los
cementerios de Redipuglia y Anzio, llenos de soldados muy jóvenes muertos en la
Primera Guerra Mundial.
"Toda guerra es un fracaso. Pero no
aprendemos. Y ahora que estamos viendo una de cerca otra vez, es de esperar,
Dios mediante, que finalmente aprendamos algo de ella. Comenzó con Caín y Abel
y sigue y sigue. Para mí es muy doloroso y no puedo elegir bando, la guerra es
mala en sí misma", insiste.
Preguntado por la violencia en Congo, antigua colonia belga, el Papa asiente. "Sí, la violencia en Goma, en el noreste del Congo,
donde se ubica la guerrilla ruandesa. Tales guerras han estado ocurriendo
durante años, pero las ignoramos".
¿RENDIR
CULTO O HACER CARIDAD? AMBAS COSAS
Los periodistas plantean si la
Iglesia debería centrarse más en lo "social y
profético" para ser relevante, y no en "la
liturgia y el anuncio". El Papa responde que ambas cosas son
necesarias y van unidas.
“No puedes enfrentar esas actividades. No son
contradictorias. Una Iglesia que no celebra la Eucaristía no
es Iglesia. Pero una Iglesia que se esconde en la sacristía tampoco es Iglesia. Esconderse en la sacristía no
es un culto apropiado. Cuando celebras la Eucaristía, tiene sus consecuencias",
añade.
E insiste: "Oración y compromiso van juntos. La adoración
a Dios y el servicio de nuestros hermanos y hermanas van juntos, porque en cada hermano y hermana vemos a Jesucristo".
Y detalla más: "Atención, el compromiso social
de la Iglesia es una reacción, una consecuencia del culto. Por tanto, no
debemos confundir ese compromiso con la caridad que también puede hacer un
incrédulo. Para la Iglesia, su acción social brota de su ser, porque reconoce
en él a Jesús. Eso es tan fuerte que es incluso la medida por la cual seremos
juzgados según Jesús. Escucharemos esa medida de nuestra
caridad, según Mateo 25, en el Juicio Final: “He aquí, tuve hambre, y me
disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; Estuve en la cárcel y me
visitasteis; Estuve enfermo y me cuidaron...' Se trata de acciones sociales,
pero no por compulsión social o por un deber, sino porque Jesús está ahí. Sin
embargo, nunca reconoceré a Jesús allí si no lo reconozco también en adoración
y adoración".
Más aún: "Esa conexión siempre ha estado ahí,
incluso en el Antiguo Testamento. Cuando Dios da sus leyes y reglamentos
a los israelitas, ¿qué es lo que siempre dice en conclusión? 'Cuida
al huérfano, a la viuda y al extranjero, al migrante'. Él
ordena un cuidado especial para el que está en necesidad".
LA
PROFECÍA DE JOEL: VIEJOS Y JÓVENES SE APOYAN
Preguntado por las relaciones
cristianas entre ancianos y jóvenes, Francisco cita la famosa profecía de Joel
(Joel 3,1): "Tus hijos y tus hijas
profetizarán, los viejos soñarán, y los jóvenes verán visiones".
Así, propone ponerlos en relación, que ancianos y jóvenes se
visiten, se escuchen y conozcan. "Acercar a los jóvenes a sus abuelos es sembrar
vida, es sembrar futuro. Debemos apreciarlos. No son material de usar y tirar,
como tampoco lo son los jóvenes". También lo aplica a la relación
entre niños y abuelos: "Es muy
importante que los niños tengan contacto con sus abuelos", insiste.
Jóvenes scouts
visitan una residencia de ancianos en Coahuila, México. Francisco a menudo
insiste, en viajes, catequesis y entrevistas, en que hay que poner más en
contacto a los jóvenes y los ancianos.
EL PAPA TAMBIÉN PIDE TERNURA A LOS QUE TRABAJAN CON ANCIANOS.
"Si ese trabajo se vive como vocación, con
ternura, es muy digno. Es muy triste que algunas residencias de ancianos se
estén volviendo demasiado comerciales, perdiendo la ternura. Cuando era obispo
en Buenos Aires, me encantaba celebrar la Eucaristía en las residencias de
ancianos. Siempre me aseguré de tener mucho tiempo, porque hablaba con todos y
solo entonces celebraba misa. Recuerdo una vez – habrá gente que se enfadará
que diga esto, pero lo digo de todos modos – que llegó el momento de comulgar y
alguien dijo: 'El que quiera comulgar, que levante la mano' y yo
pasaba junto a ellos para que no tuvieran que desplazarse. Todos levantaron la
mano, por supuesto. Había una señora a la que le di la comunión y luego me tomó
la mano y me dijo: 'Gracias, padre, gracias, soy judía'. Le respondí:
"Bueno, este que te di también era judío, ¿no?" (Risas) La
persona mayor busca compañerismo, cercanía y conexión, que trasciende la
creencia religiosa. A los obispos les digo: 'Id a las casas de
reposo, id a visitar a los ancianos'".
UNA
ECONOMÍA CON PAUTAS CRISTIANAS
Después preguntan al Papa por la
alternativa económica que puede ofrecer la Iglesia.
"La doctrina social de la Iglesia, desde el
Papa León XIII hasta nuestros días, puede inspirarnos en esto", responde
el Papa.
"Escribí el libro Let Us Dream con el
periodista Austen Ivereigh. Atrevámonos a soñar, en efecto, también con
economías que no sean puramente liberales. Ciertamente, una economía también puede integrar pautas
cristianas", añade. "Si está
demasiado centrada solo en las finanzas, solo en números sin una entidad real
detrás, entonces la economía se derrumba y puede conducir a una traición
grave".
"La economía debe ser una economía social. Cuando hablamos de 'economía
de mercado', Juan Pablo II añadió lo 'social': economía social de mercado. ¡Siempre
tener en cuenta lo social!", insiste,
Un ejemplo que le sirve como ilustración fue la industria
textil Flandria, cerca de Luján, en Argentina, desde
los años 20 hasta los 90 del siglo XX, impulsada por belgas, "que poseían los propios trabajadores y participaban
de los dividendos".
UN
SANTO PATRONO PARA LOS PERIODISTAS
Los entrevistadores le comentan
la posibilidad de declarar al carmelita holandés
Titus Brandsma (1881-1942) como santo patrono de los periodistas. Cientos de periodistas de Holanda y Bélgica
lo han pedido en una recogida de formas. Brandsma murió mártir, por inyección
letal, en el campo nazi de Dachau. Fue canonizado por Francisco en 2022.
"Estoy totalmente de acuerdo con esa
propuesta", dice el Papa. Pero enseguida matiza: "Hay otro santo que califica para eso, que
también murió en un campo de concentración, ¿no?" Se refiere a San Maximiliano Kolbe, que
también fue un gran impulsor de la comunicación de masas. "Me pondré en contacto con el Dicasterio de los Canónigos para
ver qué es posible", añade.
[En España se promueve más bien como patrono de periodistas modernos la figura
del beato Lolo -Manuel Lozano Garrido-, de Linares (Jaén),
ejemplo de santidad ante la enfermedad y escritor incansable incluso paralizado
durante años].
El Papa aprovecha para prevenir contra los "cuatro pecados" del mal
periodismo (desinformar, calumniar, injuriar y publicar basura que
fascine o escandaliza) y para proponer en cambio tres buenas cualidades:
"escuchar, traducir y transmitir, porque siempre hay que
traducir, ¿no? Pero escuchar primero. Hay periodistas que son genios porque
dicen claramente: 'Escuché, dijo esto, pero yo pienso lo contrario'. Esa es una
buena manera de jugar el juego".
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