El P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, sacerdote de la diócesis española de Getafe, afirmó que el verdadero amor muestra cómo es el Cielo al que toda persona aspira.
En un hilo de
Twitter publicado el 17 de agosto, el sacerdote resaltó que los
seres humanos “estamos muy bien hechos. Estamos
hechos para el Cielo y al Cielo vamos. El verdadero amor nos muestra un poquito como
es ese Cielo”.
El sacerdote explicó que “el corazón anhela
cosas grandes, tan grandes como el Cielo, por eso nada en este mundo lo puede
llenar salvo un amor que sea tan grande como para prometer vida eterna”.
En ese sentido, dijo que “el verdadero amor
entre los esposos significa empezar a degustar ese amor de otro mundo en este”.
“El hombre puede ver en la mujer y la mujer en el
hombre un trozo de Cielo, alguien que le complementa y le dice que el
amor para el que estamos hecho existe”, continuó.
De esa forma, indicó el P. Bronchalo, “el
matrimonio cristiano de verdad es pre-gustar el Cielo, pero al mismo tiempo la
otra persona no puede darme la perfecta felicidad porque es limitada”.
“A veces esperamos que el otro dé lo que es
imposible que dé porque sólo Dios puede dar”,
advirtió y destacó que “el matrimonio es
un camino precioso de amor para ayudar al otro a llegar al Amor”.
“Y es difícil pues requiere dejarse amar como uno
es y amar al otro como es, no pasarse la vida tratando de cambiarle y
proyectando las frustraciones propias”, aseguró.
Para concluir, el sacerdote recordó a los esposos que tienen “una gran responsabilidad en tu matrimonio de ayudar
a la otra persona a ir al Cielo que tanto anhela su corazón”.
El numeral 1661 del Catecismo de la Iglesia Católica señala que “el sacramento del Matrimonio significa la unión de
Cristo con la Iglesia”.
“Da a los esposos la gracia de amarse con el amor
con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el
amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los
santifica en el camino de la vida eterna”, subraya.
En el numeral 1662 se lee además que “el
matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la
voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de
amor fiel y fecundo”.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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