Marcela huyó de la persecución sandinista junto con su marido y dos hijos de 2 años y 8 meses, dejando en Nicaragua a familiares que han pasado por la cárcel y que siguen amenazados por el acoso liberticida y antirreligioso del régimen de Daniel Ortega.
Esta mujer, refugiada en España desde 2018, vive en la distancia el
sufrimiento del pueblo de Nicaragua a manos de la dictadura sandinista, pero lo
ha padecido en sus propias carnes y en las de su familia.
Con el objetivo de preservar su seguridad y la de su familia, ACI Prensa
se ha comprometido a no desvelar su identidad completa.
Marcela, que ha dado a luz a su tercer hijo en España, enfatiza que la persecución
a la Iglesia por parte del sandinismo responde a que “siempre
ha sido acompañante del pueblo. Es una Iglesia pobre que vive la realidad del
pueblo”.
En lo que le afectó de forma directa, Marcela recuerda: “No podíamos entrar en nuestra parroquia, porque la
tenían rodeada”.
“Estamos viviendo una persecución espantosa contra
la Iglesia”, subraya, también al recordar a
uno de los sacerdotes encarcelados, el P. Ramiro, tío de una amiga suya también
exiliada en otro país americano.
“HASTA AQUÍ LLEGAMOS.
NOS VAN A DESAPARECER”
Así, tomaron la determinación de escapar: “Nos
vigilaban, no podíamos vivir así. Me despedí sin nadie, apenas de algunas
amigas cercanas”. Con sus dos hijos y su marido se dispusieron a cruzar
la frontera como turistas camino de Costa Rica.
De entre todos los pasajeros del autobús, a su marido le tocó ser
registrado y retenido durante 40 minutos. “Hasta aquí
llegamos. Nos van a desaparecer”,
pensó entonces Marcela, quien afirma que rezó durante todo ese rato con
confianza.
“Finalmente, la mano de Dios hizo que pasáramos por ese
desierto”, rememora. Tampoco olvida la
enorme huella que la violencia ha dejado en su hijo mayor. Entonces sólo tenía
dos años y, durante el viaje de exilio a España repetía cada vez que encontraba
a un agente: “La Policía mata”.
“HAY QUE RESISTIR”
El padre de Marcela aún permanece con su mujer y cinco hijos escolares y
universitarios en Nicaragua cuidando de una abuela y una tía enferma.
Ha decidido no salir del país porque, explica Marcela que es la mayor de
sus hijos, su padre opina que “ya hemos pasado lo
más fuerte y hay gente que tiene que resistir. Hay que dar la vida”. Y
eso que, debido a las presiones, se ha visto obligado a cerrar su
empresa.
“Para mantener la empresa o el trabajo hay que dar
prebendas al gobierno, puntualiza Marcela.
Esta posición es aún más relevante, si se tiene en
cuenta que hace décadas su padre militaba en el sandinismo hasta que
experimentó una conversión religiosa tras una crisis existencial.
Desde entonces se han manifestado junto a sus
compatriotas contra las injusticias del régimen. “Un tío mío está refugiado en
Guatemala porque se negó a golpear a la gente y a su suegro miembros del
Consejo de Seguridad Ciudadana le amenazaron de muerte”, explica Marcela.
“A dos hermanas de una tía mía las metieron presas
por desacato a la autoridad durante tres o cuatro meses”. “Dispararon cerca de
nuestra casa”. “Tenían identificado nuestro coche”. Marcela narra atropelladamente, uno tras otro, detalles diversos sobre
la situación que la llevó a tomar la decisión dolorosa de huir de su
país.
El 30 de mayo de 2018, día de la histórica marcha cívica que el régimen
de Daniel Ortega y Rosario Murillo decidieron convertir en un baño de sangre,
toda la familia participó. “Salimos en la camioneta
de mi papá y pasaron los motorizados. En cuanto los vimos, supimos que iban a
matar”, detalla Marcela. Entonces, decidieron dar media vuelta, para
evitar lo que luego fueron los disparos de los francotiradores contra la
multitud que se refugiaba en la Catedral de Managua.
VIGILIA DE ORACIÓN
La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en España ha
organizado este sábado 27 una vigilia de oración protagonizada por la comunidad
nicaragüense de la parroquia de San Valero en Zaragoza.
🔴 ¡No te pierdas este evento en #Zaragoza!
🙏 Vigilia de oración por Nicaragua
🗓️ sábado 27 de agosto de 20.45 h a 21.45h
Parroquia San Valero. c/ Unceta, 18
En colaboración con la parroquia y su grupo de
nicaragüenses 🇳🇮
¡Únete en #oración
por ellos! pic.twitter.com/QqLsEJPx6f
— Ayuda a la
Iglesia Necesitada (@AyudaIglesNeces) August 22, 2022
Marcela será una de las personas que intervendrá en su nombre. Según ha
detallado a ACI Prensa la delegada de ACN en Zaragoza, Patricia Aliaga, la
vigilia comenzará con una procesión presidida por la Virgen Inmaculada,
patrona de Nicaragua, en la que también se portarán imágenes de los sacerdotes
secuestrados.
La estructura de la vigilia pretende reflejar tres dimensiones de la
Iglesia Católica en Nicaragua: la profética, la
perseguida y la peregrina. Para ilustrar la dimensión profética, se va a
proyectar un vídeo del Obispo Auxiliar de Managua, Monseñor Silvio Báez,
exiliado desde hace tres años.
A continuación, se ilustrará la situación de la Iglesia perseguida con
los testimonios de Marcela y de Francis, otro nicaragüense refugiado en España.
La tercera parte del acto contará con una exposición del Santísimo Sacramento,
la meditación de las bienaventuranzas a cargo del párroco P. Alfonso Palos y la
elevación de algunas peticiones.
Tras la bendición solemne y la reserva de la Sagrada Eucaristía, se
proyectará un vídeo resumen de la labor pastoral del Obispo de Matagalpa, Mons.
Rolando Álvarez, desde sus inicios como presbítero hasta su reciente secuestro
por el régimen comunista de Nicaragua.
SITUACIÓN DE LA IGLESIA
EN NICARAGUA
La persecución a la Iglesia Católica en Nicaragua se ha ido
incrementando desde hace años. No en vano, los obispos alertaron de la deriva
dictatorial del Gobierno de Ortega ya en el año 2014. Y, a partir de 2018, el
uso de la fuerza indiscriminada ha sido moneda de cambio habitual por parte del
Gobierno.
Debido al apoyo de la Iglesia Católica a los movimientos ciudadanos de
oposición al régimen durante las movilizaciones de 2018 se fue incrementando la
presión sobre obispos, sacerdotes y fieles laicos.
El ejemplo más claro es que quien fuera Obispo Auxiliar de Managua,
Mons. Silvio Báez, vive exiliado en los Estados Unidos después de que se
supiera que el sandinista Daniel Ortega había ordenado su
asesinato.
También el Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Waldemar Stanislaw
Sommertag, fue expulsado del país en marzo de 2022, circunstancia que fue
recibida desde el Vaticano con “sorpresa y dolor”.
“Resulta incomprensible ya que, durante su misión,
S.E. Mons. Sommertag ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y
del pueblo nicaragüense" expresó la Santa Sede en un
comunicado.
El Vaticano subrayó en especial la labor del Nuncio "por los más vulnerables, buscando siempre favorecer
las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades de Nicaragua”.
En el mes de julio, fue expulsada también una comunidad de las
Misioneras de la Caridad, fundadas por Santa Teresa de Calcuta.
Mons. Álvarez fue encerrado en el obispado de Matagalpa en arresto domiciliario
de facto, sin juicio, junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas y tres laicos
desde primeros del mes de agosto. Unos días antes el régimen sandinista
clausuró las radios católicas del país por la fuerza.
Desde el pasado domingo 14 de agosto, cinco sacerdotes nicaragüenses han
sido acosados por policías, uno de ellos fue detenido y EWTN Noticias pudo
confirmar este 17 de agosto que otros dos han sido trasladados de su parroquia
para evitar que sean llevados por las autoridades al servicio de Ortega y
Murillo.
En la madrugada del 19 de agosto la Policía irrumpió en el Obispado y
trasladó por la fuerza al Obispo y sus acompañantes a Managua, en un secuestro
alentado por el Gobierno.
El 21 de agosto, el Papa Francisco realizó un llamamiento sobre la
situación en Nicaragua: “Sigo desde cerca con
preocupación y dolor la situación que se ha creado en Nicaragua, que involucra
a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que
por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden todavía encontrar la bases
para una convivencia respetuosa y pacífica”.
El 24 de agosto, el Gobierno de Daniel Ortega clausuró una nueva radio
católica de la Diócesis de Estelí, después de 28 años emitiendo en el país.
POR NICOLÁS DE
CÁRDENAS | ACI Prensa
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